LIVING THE DREAM | CHRISTOPHER VELEZ | TERMINADA✔

CAPITULO 33.

Christopher P.O.V

Dos meses y medio después.

-Christopher, tranquilízate por favor. – Me decía Zabdiel.

- ¿Cómo quieres que me tranquilice después de ver esto? – Ya había pasado mi mano entre mi cabello tantas veces al ver una y otra vez el mismo video tratando de encontrar alguna explicación.

-No sabes cómo pasaron las cosas, hermano.

- ¡Claro que lo sé! ¡Las estoy viendo con mis ojos, Joel! – Caminaba de un lado a otro con desesperación.

- ¿Qué está pasando? Tus gritos se escuchan desde el pasillo. – Entró Erick a mi departamento.

- ¡ESTO PASA! – Le mostré mi celular dejándoselo en sus manos, ya no quería verlo de nuevo. Ya no podía.

El enojo que estaba sintiendo era demasiado, pero más que nada decepción. Me sentía con la necesidad de romper o golpear algo. ¿Cómo es posible que me haya hecho esto? No entiendo nada.

-Yo no creo que esto sea verdad.

- ¿Acaso eres ciego? Se ve muy claro ese beso.

-Yo no veo ningún beso, Christopher. – Bufé. Ahora yo soy el que ve mal.

-A ver, estamos hablando de Nana, ¿Lo entiendes?

- ¡Basta, Richard! Sé de quién estamos hablando, ella me engañó, ¡Entiende eso tú!

- ¡Ella es incapaz de engañarte, Christopher! – Me gritó de vuelta Zabdiel.

- ¿Por qué la defienden tanto? ¡Ya vieron el maldito video! Tendrían que estar de mi lado, yo soy su amigo.

- ¡Los dos son nuestros amigos y los conocemos a ambos! Ella no te haría algo así, Christopher, entiéndelo.

- ¿Saben qué? ¡Estoy harto! Sigan defendiéndola, pero yo ya sé lo que vi. ¡Me largo! – Tomé mi chamarra junto con mis llaves y salí dando un portazo en mi propio departamento.

No puedo creer como Fernanda me engañó. No han pasado ni tres meses desde que se fue y le fue tan fácil irse a besar con alguien más. Todas las mujeres son iguales, estoy harto.

No había necesidad de destrozarme así. Tan sencillo que era decirme "Chris, ya no quiero estar contigo, me enamoré de alguien más", en vez de engañarme. Hubiera dolido igual, pero no habría existido traición alguna. Yo sé cómo fui antes de conocer a Nana, era una mierda, pero por ella valía la pena cambiar y que estúpido fui, ahora me vengo a dar cuenta que no valía tanto la pena.

En estos momentos sólo quería borrar todo de mi cabeza, y quizás suene patetico de mi parte, pero beber hasta perder el conocimiento no me parece una idea tan descabellada, sólo así podría olvidarme de que existe tal video y del dolor.

Me detuve en el primer bar que me encontré y caminé directo a la barra para pedirme el trago más fuerte que pudieran tener y beberlo de un trago.

Mi mirada estaba perdida en la nada misma y ya había perdido la cuenta de cuanto había bebido, pero seguía estando un poco consciente de todo.

-Hola, guapo ¿Qué haces aquí? – Sabía de quien era aquella voz.

-Ahora no, Valery, déjame en paz. – Le respondí con mucho enojo.

- ¿Quién te hizo enojar tanto, bebé? – Me hablaba al oído mientras pasaba su mano entre mi cabello.

-Nadie. – Respondí cortante dando un largo trago a la bebida que sostenía en mi mano.