LIVING THE DREAM | CHRISTOPHER VELEZ | TERMINADA✔

CAPITULO 38.

- ¿Por qué tarda tanto? Renato nos regañará de nuevo. – Se quejó Joel.

-Siempre tarda años en despertar, no es novedad. – Le respondí con indiferencia, me daba igual si Renato nos regañaba o no, ya estábamos acostumbrados.

Zabdiel apareció al salir del ascensor.

-Ya estoy aquí, lo siento. – Chocó puños con todos saludando. - ¿Nos vamos?

Nos pusimos de pie ya que estábamos sentados en la pequeña sala del lobby que tiene el edificio. Una camioneta negra ya nos esperaba afuera, todos entraron dejándome en los asientos de en medio, del lado de la puerta corrediza, compartiéndolo con Erick.

El chófer arranco camino al estudio.

Iba observando por la ventana la ciudad y de a ratos mi vista se perdía viendo las nubes. Caí en cuenta que no estábamos yendo en dirección al estudio, el chófer se desvió hace dos calles.

- ¿A dónde vamos? – Le pregunté a Erick confundido.

-Ehm pasaremos por alguien. – Vaciló al responderme.

Bueno, quedé igual de confundido. Iba a insistir, pero noté que nos estábamos deteniendo en frente de otro edificio.

Mi corazón se aceleró y me puse nervioso al verla ahí de pie con una maleta en su mano. Se ve tan linda como siempre.

¿Pero que hace afuera de otro edificio?

Reaccioné al ver que Joel abrió la puerta y salió para ayudarla con su maleta. Ese debería ser yo ayudándola, pero sé que rechazaría mi ayuda.

Ella entró en la camioneta, viendo donde sentarse, me hice a un lado dándole espacio para sentarse, pero como era de esperarse me ignoró, ocupó el lugar donde estaba Joel y él terminó sentándose a mi lado.

No entiendo que hace ella aquí y tampoco entiendo por qué nadie está haciendo preguntas. ¿Es que acaso a nadie le provoca curiosidad? Porque a mí sí.

De igual manera me contengo de preguntar porque no quiero que piense que me entrometo en sus asuntos.

Llegamos al estudio y todos entramos, Nana iba arrastrando su maleta, ¿Será que viajará después de irse de aquí? Haciendo mis cuentas, el tour aun no debería haber terminado, debe ser eso.

Pero si se va, ¿Cómo se supone que la voy a recuperar? Odio esto, maldita sea. ¿Por qué nada me sale bien?

Entramos los seis a la oficina de Renato.

- ¡Renato! – Ella corrió a abrazarlo. – Te he extrañado.

-Y yo a ti, ¿Qué tal todo en la gira? – También me interesa saber esa respuesta.

No sé nada de ella desde que rompimos y necesito saber que tal le ha ido, el cómo ha estado, todo.

- ¡Súper bien! La experiencia está siendo genial, ya quiero que sea el próximo concierto para estar arriba del escenario de nuevo. – Su emoción y alegría al decir aquello me hace sentir paz y orgullo de ella.

Renato empezó a rebuscar entre sus cosas hasta que encontró unas hojas que no alcancé a ver que decían, pero las puso sobre su escritorio.

-Me alegra escuchar eso. – Tomaron asiento, mientras nosotros esperábamos en un rincón de la oficina, que igual no es muy grande que digamos. – Al menos me da tranquilidad saber que serás feliz ahí también.

-Gracias por preocuparte, – Ella aceptó la pluma que Renato le ofrecía.

-Sólo tienes que firmar aquí y eres libre. – Dijo con tristeza.