Narra DianaLa llamada de Vincenzo sobre las 10 de la mañana me extrañó.
- Ella no ha vuelto... - me dijo en un tono preocupado. Antes me había contado como Caleb y Virginia salieron de fiesta la noche anterior. Su faceta sobreprotectora era muy conocida para mí.
- Vince, conozco a Caleb, todo estará bien. Algunas veces les tocará a ellos reunirse a escondidas - fue largo el rato que estuve con él al teléfono, nada lo relajaba - Tengo una idea, iré allí y los esperaremos juntos... En el mismo sofá y quizás con poca ropa..
Un leve gruñido se escuchó al otro lado de la línea - ¿Me dirás de qué color será el tanga? - preguntó, siguiendo el juego
- Deberás descubrirlo... En 20 minutos estaré allí.
Narra Caleb
Mi sueño comenzó a aligerarse, la claridad entraba por la ventana, el cuerpo de Virginia se removía cada cierto tiempo y la voz estridente de mi hermano se coló por mis oídos.
- Caleb... - escuche seguido del ruido que provocó la puerta al abrirse abruptamente. Virginia se despertó sobresaltada y llegó a tapar con la sábana las partes más íntimas de su anatomía. - ¡Mamá! ¿Por qué Caleb está con una chica desnuda? -
Mi cerebro ató cabos, miré el reloj de mi mesa de noche y descubrí que era mediodía, el recuerdo donde mi madre me advirtió que volverían para la hora de la comida se manifestó en mi cabeza.
La respiración de Virginia me demostraba que se había llevado un buen susto pero la embarazosa situación no había acabado.
- Caleb...- oí la voz de mi madre acercándose a la habitación - ¿De que está hablando tu herman..? ¡Dios mío! - exclamó al vernos a ambos desnudos. Aún estaba abrumada pero logró cerrar la puerta y llevarse a Rayan.
- Buenos días.. - dijo ella con una sonrisa graciosa. Con total facilidad, retiró la sábana que nos envolvía y se sentó encima de mí.
- En esa posición lograras que mis buenos días sean ardientes...
- ¿Y traumar a tu curioso hermano? Me temo que tus buenos días los darás con un simple beso.
Eso fue lo que consiguió. Succione sus labios hasta que creí que me había apoderado de ellos. Separarnos fue algo demasiado duro, nuestras frentes quedaron pegadas. Deseábamos más pero juntamos fuerzas para desprendernos, separa nuestras pieles que se encontraban enlazas desde aquella noche.
La noche donde la despoje de todos sus secretos. Descubrí cada una de sus cicatrices, bese cada centímetro de piel. Observe sus iris esmeralda cuando abrió sus ojos para comprobar si aquellas estrellas que sentía tan cerca de ella se hallaban en la habitación.
Nos levantamos. Se colocó su vestido e intentó dominar su melena rojiza pero era imposible. Sus rizos cobrizos, al estar alborotados , le daban un aspecto salvaje. Me preguntó donde estaba su bolso y se lo alcance con cuidado. Una vez oí que el contenido de los bolsos de las mujeres podía ser peligroso. Ella sacó unas bragas limpias, algo muy precavido de su parte.
Una vez se las acomodó, se abrocho improvisadamente sus tacones blancos y tomó su viejo móvil del bolso.
- ¿Cuántas llamadas perdidas hay? - al revisar el dispositivo me abrumaron las 11 notificaciones - Podría ser peor...- mencionó cuando le dije el número.
Al estar ambos decentes nos dirigimos a la cocina. Yo moría de hambre. No supe si la cara desfigurada de mi madre se debía a que entrará con ella de la mano, a su atuendo poco conservador o a las cicatrices de su mejilla izquierda. Ella no respondió al buenos días de Vir. Nos sentamos y rápidamente apareció un plato de macarrones con tomate frente a nosotros.
- Supongo que tendrán hambre... - fue lo único que moduló.
Comencé a devorar la comida hasta que mi Pianista se acercó sigilosamente a mi.
- Voy a hacer el ridículo con el tenedor - dijo entre risas - Me traes una cuchara, por favor - termino de susurrarme.
Luego de conseguirle el cubierto, comimos velozmente. El ambiente de mi casa estaba muy tenso (deseábamos salir de allí) y debíamos enfrentar al hermano de Virginia.
No consumimos postre y partimos rumbo a la casa de la abuela Lidia, que fue la casa de la Pianista y luego fue la suya.
El camino junto a ella se sentía diferente. Era más entretenido estar de la mano de la persona a la que solía ir a ver. Entre risas nos acercamos a su portal y me dejó la llave para que abriese. La risa pasó a ser sorpresa y derivó en extrañeza.
- ¡Diana..! - Mi amiga se encontraba sentada en el regazo de Vincenzo con la camiseta de él puesta y un tanga que no dejaba mucho a la imaginación.
- ¿Hoy es el día de encontrar hermanos con poca ropa? - dijo sarcástica mi chica en base a mi expresión, ¿acaso ella sabía algo de este rollo que tenían ellos?
Quería mantener la cabeza fría pero no lograba dejar de mirar a Diana, ella se estaba poniendo sus pantalones. Los hermanos empezaron una charla pero no estaba atento. Observé como Vincenzo y mi amiga se despidieron silenciosamente, con una mirada intrigante y ella me guió a la salida.
- Ven Caleb, te lo contaré todo en casa...
Nos dirigimos a su casa, al entrar nos encontramos a Rosa dormida en la silla mecedora. Aquel objeto tenía mucha importancia para Diana y para mí. Cuando éramos pequeños ambos entrábamos ahí y veíamos muchas películas con un cuenco de palomitas entre nosotros.
Para no molestar a su madre nos fuimos a su habitación. Ella se sentó con las piernas cruzadas en la cama, hice lo mismo. Por un tiempo no hubo palabras, vernos así avivaba los recuerdos de años anteriores.
- ¿Por qué él..? - fue lo único que pregunte.
- Es diferente... - mi gesto la invitó a que continuara - Él es diferente a todo lo que conocía, yo soy algo desconocido para él. Me tope con un príncipe azul que aún está verde... tengo que pulir sus defectos así como el complementa mis fallos. - dijo con una sonrisa, no una cualquiera sino una que demostraba amor.
- ¿Estás segura?
- No, eso lo hace más hermoso, la espontaneidad...- definitivamente estaba enamorada.
Nos miramos, sus ojos color almíbar me alucinaban. No podía juzgarla, yo también había caído en el hechizo del apellido Vitali.
- ¿Qué nos pasó? - dije refiriéndome a la distancia que hubo entre nosotros.
- La vida ... pequeños baches y atajos que lograron que nuestros caminos se bifurcarán. Eso, sin embargo, no logrará separarnos. No es el mismo camino pero son paralelos, siempre me tendrás a tu lado.
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Sácame de las sombras
Fiksi RemajaMi vida, aburrida y monótona, pasa a ser activa, misteriosa, perversa e ingeniosa gracias a ella.. ¿A quién? Mejor dicho, ¿a quiénes? Las tres musas que me rodean generando en mi una completa confusión. Yo un chico de pueblo pasará a vivir la vida e...