Roto pt.2

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Finalmente llegamos a casa. Los bebés fueron llevados a sus sillitas para alimentarlos, alargando la llegada de la gran conversación que tendría con mis padres.

No sabía qué hacer o qué decir antes de eso, así que únicamente me senté en el sofá y me abracé a mi mismo, hipando un poco todavía y apenas logrando mantener los ojos abiertos, pues mis párpados estaban hinchados a más no poder.

-Baek, ¿Qué es lo que tienes? -preguntó con voz excesivamente suave el peli naranja, una vez que terminó de darles su puré de frutas a sus hijos.

<<¿Qué tengo? Una vida de mierda, nada más>>

Suspiré antes de responder, en voz baja.

-Posiblemente trastorno bipolar.

-Preguntaría por qué nos lo ocultaste, pero creo que lo sé -dijo Seunghyun, muy tranquilo, siendo aquel hombre que siempre tenía respuestas certeras para todo -Tenías miedo ¿Verdad?

-¡No quería que me dejaran! -confesé llorando de nuevo y lanzandome al piso para abrazar sus piernas. -T-tenía miedo que todos me abandonaran por estar loco y tuve razón; C-Chanyeol se largó y Jongdae también.

-Baek, nosotros nunca te abandonariamos -replicó Jiyong mientras se agachaba a mi lado.- Te amamos como si fueras nuestro hijo, te consideramos nuestro hijo y miembro de la familia.

-No conozco mucho sobre este padecimiento pero si sé que no cambia el hecho de que eres una gran persona y, sobretodo, que sigues siendo una persona -añadió Seunghyun, ayudándome a levantarme. -Sigues siendo nuestro Baekhyun.

Miré su rostro borroso, con las lágrimas cubriendo mis ojos y mis mejillas, resbalando hasta mi jodido traje, ensuciandolo aún más. Ese hombre que meses atrás yo ayudaba a levantarse de su asiento ahora me estaba levantando a mi de mi desgracia, me estaba ayudando a ponerme de pie y no me estaba echando a la calle, como yo temia.

-¿E-entonces no me dejarán? ¿Aún me quieren? -pregunté en un hilo de voz con una mano en el pecho, intentando mantener a mi corazón en su lugar, evitando que cayeran sus temblorosos fragmentos.

-Oh Baek, nosotros te amamos -respondió Jiyong con una leve sonrisa y me abrazó, uniéndose Seunghyun inmediatamente. Pude sentir las lágrimas de ambos en mi hombro y en mi cabeza. Pude sentir sus corazones consolar al mío.

Sabían que vivía con Chanyeol y sabían que, evidentemente, tendría que mudarme, así que me ofrecieron quedarme con ellos el tiempo que quisiera y por supuesto que acepté sin dudarlo.

Ahora el problema era ir por mis cosas. La idea de volver al hogar que compartí con Park por unos meses y que estaba lleno de recuerdos como el cielo de nubes me causaba ansiedad, y Seunghyun se ofreció a acompañarme.

-Tienes una copia de la llave del departamento, me imagino -dijo el alto mientras caminabamos por las familiares calles. Asentí y se la enseñé, lista en mi mano.

-Supongo que la tiraré a la basura después de esto -comenté amargamente.

-¿No se la devolverás a Park?

-Dudo mucho que siga aquí -bufé antes de pasar saliva con dificultad, con una ligera sensación de náusea.

-¿Qué te hace pensar- Oh... -nos detuvimos abruptamente al doblar la calle en la esquina en la que se encontraba el edificio.

Unas bolsas de basura negras estaban amontonadas en la puerta de entrada. No hacía falta ser un genio para saber que dentro de ellas estaban mis pertenencias.

Seunghyun se acercó a paso rápido para revisarlas y arrancó una nota pegada a una de las bolsas, la cual apenas me dió tiempo de leer, pues la incineró con sólo un dedo en un segundo, con evidente molestia en su rostro.

Madly BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora