Y la historia sigue, porque no hay nada mejor que seis mujeres con alcohol en la sangre que buscan a un chico rubio sólo para ayudar a su amiga.
Así que para ahorrar tiempo, las chicas decidieron separarse y estar al pendiente por el celular por si algún nuevo dato aparecía, quedando entonces Jiro con Mina, la primera pidiéndolo enérgicamente por saber de antemano que Ashido era la más alocada y extrema de las seis.
Es por eso que con ayuda de Momo y el navegador supieron que había un restaurante de curry algunas cuadras alejadas de la discoteca, pero lo suficientemente cerca para recurrir a él por si sentías ganas de comer el platillo si estabas por la zona.
No le toma mucho tiempo llegar, así que entran, observando por sus alrededores intentando ver un cabello bicolor o una mata de cabello rubio, y aunque parezca cómico, lo único que alcanzaron a ver eran personas de cabello castaño o negro, y uno de cabello azul grisáceo que estaba junto a dos personas de cabello rubio, que fue descartada rápidamente al ver que se trataba de una chica y un hombre muy mayor como para que fuera el chico que Ochako les describió. Es luego de preguntar al mesero si había visto a aquel grupo de chicos y recibir una respuesta negativa es que salen.
— ¡Esto no puede ser posible! –exclama Mina, con el tono algo flojo y alargando las palabras. Jiro bufa- ¡¿Cómo coño un grupo de imbéciles se pierden tan rápidamente una noche de celebración?! –continúa.
— ¿Será porque no planeaban quedarse toda la vida comiendo o sólo fueron a buscar otro local que conocen y saben que cocinan bien? –deduce, con tono cansino.
Mina hace un puchero, moviendo los brazos de arriba abajo, visiblemente molesta y haciendo berrinche cual niña de kínder.
— ¡Da igual! –chilla-, ellos debieron quedarse o al menos decir la dirección exacta de ese restaurante –culmina, cruzándose de brazos y dándole la espalda a Jiro, exclamando en voz baja mil y un maldiciones en contra de los pobres chicos que deberían de rezar para que su descendencia tuviese una vida próspera.
—Ya, Mina –le corta, acercándose hasta la chica-, es mejor volver y decirle a las chicas que no lo logramos –concluye, no sólo por volver rápido a su departamento, sino porque era la verdad, no lograrían nada esa noche por mucho que lo intentaran, ese tal Bakugo fue sólo un chico que Ochako llegó a conocer por azares del destino.
Si el mismo universo quisiera que ellos estuvieran juntos, pues Ochako no tendría tres números faltantes ni ellas estarían a las afueras de un restaurante de curry. Era mejor no forzar las cosas y dejar que todo fluyera de manera natural.
—Bien –gimotea Mina, Jiro parece sorprendida, eso había sido más sencillo y no tuvo que recurrir a la persuasión para que Ashido-. Volvamos, pero yo de verdad quería ayudar a Ochako, ella es tan linda y buena, se merece a alguien bueno, y la vida se lo estaba dando ¡Pobre Ochako! –se abraza a Jiro, quien rueda los ojos y le da leves palmaditas en la espalda para que se calme-. ¡Soy una pésima amiga!
—No, Mina, no eres una pésima amiga –niega Kyoka-, hiciste todo lo que pudiste, y eso es ser una gran amiga –consuela, dándole una gran sonrisa. Mina le mira, un puchero en sus labios y una expresión de resignación en sus ojos, aun sintiéndose mal por no poder ayudar a Ochako-. Voy a llamar a las chicas, ¿sí? Para que podamos volver –avisa, sacando su teléfono mientras Mina seguía refunfuñando cual niña pequeña sobre los idiotas que eran los hombres y más cuando no daban su número bien. Kyoka decide dejarla ser, era mejor que estuviera quieta maldiciendo y no saltando o corriendo de un lugar a otro-, tal vez volver en un taxi o llamar un Uber –murmura, pensando las opciones mientras termina de buscar el número de Momo para avisarle de su fallido descubrimiento. Grande fue su sorpresa cuando, al ubicarla y estar a punto de llamarle, ésta la está llamando a ella-. Momo, qué bien que llamas, te venimos con malas noticias –dice, al descolgar la llamada.
—Ponla en altavoz –pide Mina, acercándose-, quiero disculparme con Ochako.
Con un suspiro resignado y rodando los ojos, Kyoka accede.
"¿Jiro, me escuchas?" pregunta Momo, al otro lado de la línea.
—Te escuchamos –avisa-, estas en altavoz.
Al otro lado de la línea Momo parece suspirar, dice algo sobre "Qué alivio" o "Qué buena suerte", aunque no pueden estar muy seguras ya que precisamente en ese momento lo que parecía ser un camión había pasado.
"¡Les tenemos grandes noticias, chicas!" continua, con un tono de emoción más que evidente en la voz "¡Descubrimos que...!"
"¡Hay más de un local!" le interrumpe Ochako, con un gran grito que les aturde unos momentos a Kyoka.
— ¡¿Cómo que más de uno?! –salta Mina, alegrándose al escuchar aquel dato.
"Así es, chicas" Momo vuelve a tomar la palabra "Ochako y yo acabamos de descubrirlos, veníamos a avisarles para que se llegaran hasta allá" hay una pequeña pausa y un largo silencio, muy en el fondo, opacado por el ruido contaminante de carros y autobuses pasando, se puede escuchar el sonido del teclado y una entusiasta Ochako que no para de dar chillidos emocionados "Listo, ya les envíe la dirección de los otros ¡Avísennos cualquier otra cosa!"
"¡Las quiero mucho, chicas!" y con aquel grito, la llamada se corta.
Kyoka no tiene ni que voltear a mirar a Mina para saber lo emocionada que está por aquel nuevo dato de parte de sus otras dos amigas. Sólo le queda dar otro suspiro al aire al sentir su mano ser sujetada fuertemente por Ashido y comenzar a ser arrastrada por la misma, mientras parloteaba la suerte que tenían y que ese era el mismo destino, así como lo buen amiga que comenzaba a sentirse, olvidando el leve momento de depresión que tuvo hace poco.
Borrachos, piensa Kyoka. Así que con aquel pensamiento en mente, comienza a darle la dirección a Mina, los otros dos quedaban a no muchas cuadras de allí, al segundo que fueron no consiguieron nada, pero fue en el último, luego de darle la descripción de los chicos que buscaban al gerente, que por fin obtuvieron resultados.
—Oh, sí, esos chicos, muy ruidosos, había uno que no se cansaba de insultarlos y otro que no dejaba de insistir que quería soba –recuerda el hombre, con la mirada perdida en el piso y una mano rascándose la barbilla-. Ordenaron y luego se fueron, lo lamento, muchachas, pero llegaron tarde.
— ¿No escuché, de casualidad, si decidieron ir a algún otro lado? –inquiere Kyoka.
El hombre parece pensativo, con el ceño semi fruncido y la mirada viajando al techo, murmurando varias cosas en el aire, hasta que parece que la respuesta ha llegado con el mismo golpe que le da a aquella mesa y que logra sobresaltar a ambas chicas.
—Sí, sí, sí, escuché algo, dijeron que irían a un boliche por la zona comercial –dice, haciendo memoria-, ya saben esos sitios que hay unos pinos y se usa una bola para derribarlo.
—Sabemos que es un boliche –le corta Kyoka-. Muchas gracias por el dato, que tenga buena noche –y salieron del local, con Mina muy pegada a sus espaldas.
— ¿Qué haremos?
— ¿Qué crees? –Responde ella, terminando de marcar un número en su teléfono-. ¿Aló? ¿Momo? Pues...
Capítulo subido para darle una disculpa a Hakagure por creer que era la traidora y terminó siendo Aoyama. Desgraciado yo te amo!!!
Perdonen los errores y las incoherencias, entiendan que yo escribo que si con las nalgas XD
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¡𝕆𝕐𝔼, 𝔹𝔸𝕂𝕌𝔾𝕆!
FanficUraraka sólo quería salir a beber con sus amigas, divertirse sin complicaciones ¿Y qué consigue? Una persecución por media ciudad para volver a ver al chico que le dio mal un número de su teléfono ≫≫≫ ¿Podrá hacerlo antes que el misterioso chico se...