¡𝕆𝕐𝔼, 𝔹𝔸𝕂𝕌𝔾𝕆!

》 8. Strike, eres el perdedor 《

— ¿Qué tienen los hombres con los boliches? –inquiere Hakagure luego de revisar aquel mensaje que les había enviado Momo con la información que Jiro le había proporcionado. Tsuyu, a su lado, sólo se encoge de hombros, también con aquella duda pero sin querer indagar mucho en ella-. Parece algo lejos, ¿y si tomamos un taxi? –sugiere, al ver mediante el mapa que quedaba al otro lado de aquella no tan transitada autopista.

—Sería lo más sensato –concede Tsuyu, se acercan hasta la acera, haciendo varios llamados hasta que, finalmente, un vehículo acepta su llamado y se estaciona.

—Buenas noches, señoritas –saluda aquella dama una vez ambas féminas se instalan en la parte trasera del automóvil-, ¿a dónde desean llegar?

—Buenas noches para usted –devuelve Tsuyu, acercándose hasta el vidrio mientras volteaba su celular para mostrar aquel mensaje-, necesitamos que nos lleve a este lugar, si no es mucha molestia –prosigue, entregando su teléfono cuando la mujer lo pide y lee la dirección.

Ésta, con una sonrisa, niega, devolviendo el aparato a su dueña.

—No es ninguna molestia, para eso me están pagando –dice, pisando el acelerador para comenzar a poner en marcha el taxi-. Y ¿viven por aquella zona? –inquiere, intentado hacer plática hasta que llegasen a su destino.

Hakagure niega a su pregunta.

—No, vivimos por la zona de Zelené –responde Toru. La mujer hace un gesto de sorpresa que ambas chicas pueden notar por el reflejo del retrovisor.

— ¿No van a un sitio muy alejado de su hogar entonces? –prosigue, con el tono de dudo más que evidente en su voz., ¿van de visita a estas horas? -Tsuyu menea la cabeza de un lado a otro, con una mueca de duda en el rostro.

—No, vamos a buscar a un chico –contesta Asui. La mujer asiente, con un gesto de entendimiento y abriendo ligeramente la boca mientras asentía.

— ¿El novio de alguna les mintió y se fue a alguna fiesta y lo van a buscar? –intuye ella, y ambas chicas niegan rápidamente ante aquella suposición-. Oh, bueno, perdonen entonces, es que ha habido otras chicas que han hecho ese tipo de cosas.... Y bueno.

—No, no, no, para nada –refuta Toru, moviendo mucho las manos-, o sea, sí buscamos a un chico, pero no es para nosotras, sino para una amiga.

— ¿Van en busca de un stripper? –Cuestiona la taxista, causando que las chicas vuelvan a negar y a reír un poco-. Oh, pues perdonen de nuevo. Pero es que ustedes no saben la cantidad de historias que he escuchado en mis diez años como taxista chicas.

— ¿Lleva diez años siendo taxista? –se sorprende Tsuyu, la mujer sonríe.

—Y muchos más si el creador me lo permite –afirma, parando el auto en un semáforo en rojo-. Y bien, ¿por qué buscan a un chico para su amiga?

—Oh, pues –comienza Toru, carraspeando un poco mientras comenzaba a jugar con su cabello-, es una historia algo graciosa y larga.

—Pues relátela sin miedo a la hora que este viaje será lo suficientemente largo –apacigua-, hagamos algo, si la historia es lo realmente buena, les cobraré la mitad del viaje –propone, y las chicas parecen sorprendidas ante aquel ofrecimiento-. Y bien, ¿qué opinan?

Y tanto Tsuyu como Toru comienzan a relatar la historia de cómo Ochako se encontró a un chico en el bar y que éste –aun ellas no sabían si había sido adrede o sin intención- le había dado su número con tres números faltantes, y que por esa razón estaban yendo hasta aquel boliche para que su amiga pudiese tener un romance perfecto –cosa que no tenía lógica alguna, pero eran dos chicas borrachas y una escritora sin imaginación, así que la lógica era algo que no se debía de buscar si quieren disfrutar la historia-.