Memorias 5: El dolor de un Corazón roto

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Mientras los años pasaban y la chica se volvía una mujer, más y más hermosa. Merlín se volvió su sombra inseparable de Arturo. Yo lo veía a cierta distancia. Pasaba gran parte de mi tiempo trabajando con los portales. Así me fui volviendo muy cercano de los conocidos de las otras dimensiones. Entre ellos está un fénix, un rey del hielo, horcos y dragones.

En mi persona me parecía una linda pareja Arturo y Merlín. Muchos rumores mal intensionados surgieron de que el rey no se casará. Aún pero que anduviera con un grupo de hombres siempre. Hubo no una sino muchas propuestas de matrimonio, pero era obvio que la pelirroja los rechazará. Siendo mujer no se iba a casar con una mujer. Solo los hombres más cercanos a su majestad estábamos enterados de su condición. Además entre los mismos miembros de la mesa redonda muchos pretendían a la dama. Yo ni siquiera tenía interés. Pero los candidatos favoritos para ser la pareja de la mujer. Uno, el más evidente por ser su fiel consejero era Merlín. El segundo también bastante notorio era el maldito de Lancelot.

Se dicen muchas cosas sobre Arturo, Merlín y Lancelot. Pero si he de ser sincero se ha distorsionado con el tiempo. Al no poder rebelarse como doncella, debía Arturo aceptar una propuesta de matrimonio interna que limitaba un poco sus relaciones con otros países, debilitó las fronteras, causando incertidumbre entre los pobladores. La pelirroja se lanzó a la defensa de su país cuando llegaron las guerras en las fronteras. La idea era mantener el control del territorio como el monarca que era.

No era una mala guerrera, ni un idealista. Era una mujer inteligente y culta que a través de sus campañas llevó avances, tecnología, educación y esperanza a sus ciudadanos, con lo que recuperó fuerza Inglaterra. Pero Lancelot aprovechando la inocencia e ingenuidad de la dama fue buscando como ganar el cariño de la mujer. Merlín era su fiel compañero y confidente en muchas cosas, siendo el consejero del rey se volvió un estorbo para Lancelot, por lo que ingeniosamente encontraba momentos para estar a solas con Arturo. Llámalo instinto si quieres pero con la convivencia logró conquistar el corazón de la doncella.

El primero en enterarse de la boda de su majestad fue también el más afectado: Merlín. Luego de que su corazón fuera herido por esa ingrata mujer vino a verme buscando un consuelo. Algo que yo no podía darle, aún recuerdo nuestra breve charla.

- No tienes buena cara Merlín... - dije

- ¡No te preocupes mi pequeño desafortunado! Solo he perdido. Pero es parte de los giros de la vida. Tú no seas tan tímido como yo. Se valiente. Así no sentirás el dolor de la decepción que sufro... - dijo con un forzado tono que claramente era de melancolía

- ¿Por qué lo dices Merlín? ¿En qué pudiste perder? Eres el mago más poderoso de todos los tiempos... lo sé porque he estado ahí... - dije ignorante

- Hay mi pequeño Merlak. Tu fuiste bendecido con la oportunidad de encontrar a tu amor. Yo sabía que no me debía enamorar por ser quién soy, pero no se puede mandar en este deseo ridículo llamado amor... - dijo con tristeza

- Es Arturo ¿verdad? - dije con un suspiro

- Supongo que soy muy obvio mi querido amigo... - dijo

- Pero, ¿por qué dices todo eso Merlín...?- insistí

- Porque Arturo de Pendragon se va a casar con Lancelot... - dijo pensativo

- Debiste decirle a Arturo... no ahora es Arturia... que la amabas. Tienes tanto derecho como cualquiera de los miembros de la mesa redonda... - dije molestó

- No te preocupes mi pequeño desafortunado. Pará las personas como tú y yo el tiempo es algo relativo pero que cura mucho el dolor y el odio. No porque olvidemos, sino porque continuamos... - dijo con una sonrisa

SilenciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora