En la familia Hamilton existen relaciones poliamorosas, su inteligencia los ha posicionado como la empresa número uno de Los Ángeles.
Los Herederos y Enigmáticos hermanos Hamilton saben cómo tener a más de una mujer sobre sus pies, lo que no saben...
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21 de Julio, 2025.
Despierto con mas ojeras de lo normal, mi cabello sigue húmedo ya que me bañe en la madrugada, camino al closet sacando un conjunto rosa de seda, una falda negra que me llega por las rodillas y una blusa blanca, me aplico un poco de corrector y maquillaje lo más natural posible.
Salgo de la habitación caminando hacia la sala, tomando los zapatos de ayer, mi bolsa mi teléfono el cual suena con un número desconocido que me hace ponerme alerta, un frio recorre mi cuerpo antes de contestar y llevarlo a mi oído.
–Bu-Bueno– maldigo por tartamudear y escucharme nerviosa.
–Querida soy Alice, me encuentro abajo– respiro mas tranquila, no recordaba la salida de hoy.
–Si, una disculpa en 5 minutos bajo– responde un si y cuelga.
Guardo la pequeña libreta en mi bolso, al salir cierro bien y me dirijo a la entrada, veo un carro negro estacionado y baja la esposa de mis jefes.
–Listo querida, primero vamos a desayunar algo, por que presiento que no lo has hecho– me observa regañándome con la mirada y mis mejillas se ponen rojas ante tan situación.
–No, no me dio tiempo– mentira no me acorde que iba a ir con ella y por eso no desayune nada.
–No importa, vamos y así te voy contando mis ideas y me ayudas– me jala subiéndome al auto.
Llegamos a un restaurante muy lujoso, bajamos del auto, en la entrada da su nombre y nos llevan a una mesa apartada de los demás.
–Pide lo que quieras- me guiña un ojo antes de que se acerquen a tomarnos la orden– Me trae un Capuchino, una rebanada de pay de zanahoria y tu querida- voltea verme dándome una sonrisa sincera.
–A mi me trae un chocolate y una rebanada de pay de limón por favor– menciono y lo veo irse.
–Muy bien a lo que hemos venido, aun no me decido de los dos lugares que tengo en mente, tu que opinas en nuestra casa o en algún salón– pregunta mirándome.
–Por comodidad yo diría que en su casa– asiente convencida ante mi comentario.
–De la decoración tengo pensado combinar colores claros con oscuros, un azul marino con blanco– voltea a verme esperando mi comentario.
–Yo creo que esta genial, digo usted conoce mas a sus hijos, ¿Cuánta gente tiene pensado invitar?– le regalo una sonrisa ante mi respuesta, voltea a verme con una ceja alada pero su mirada no parce molesta.
–No quiero mucha gente en casa, así que pienso en unas 1,000 personas, la mayoría son socios de la empresa y en esta ocasión poca familia vendrá– abro los ojos sorprendida, por la pequeña cantidad de personas.
El desayuno llega y seguimos platicando que comida va hacer, las bebidas, los cubiertos y solo anoto ante lo que me dice.
–Y creo que eso seria todo Astrid, normalmente esto será un convivio pequeño y no quiero ser tan extravagante ya que a mis hijos no les va a gustar tanta gente– asiento ante ese comentario y me causa curiosidad como son los hijos.
