Mamá, ¿te gustan los italianos?

25: Ataque de la resaca 2.0 o algo así.

Dejo al italiano seguir durmiendo y me meto en la ducha, no tardo mucho pero si lo suficiente para que él se duerma. Termino de arreglarme y tras despertarle y asegurarle que la ducha va a quitarle la resaca consigo que se levante.
Salgo de la habitación en busca de comida y nada más bajar las escaleras y llegar al salón encuentro a Laia dormida, despatarrada en el sillón. Cojo una manta y se la paso por encima, pero lo hago tremendamente mal porque la despierto.

- No sé si te debo dar los buenos días, ¿has intentado asesinarme? - susurra Laia incorporándose levemente. Odio a mi mejor amiga, es la típica chica que si, que es guapísima incluso dormida y recién levantada.

- No, quería aparentar ser una buena amiga y arroparte - murmuro sentándome sobre sus piernas pero finalmente me dejo caer apoyando mi cabeza sobre su hombro y ella me envuelve entre sus brazos.

- Pienso vengarme - murmura con la voz aún ronca. Le miro extrañada y ella me regala una sonrisa. - Tienes el pelo empapado y estás mojando mi camisa.

- Siempre te vengas de cosas que ni recuerdo hacer así que... - susurro pero un bostezo me interrumpe haciéndonos reír.

- ¿Donde has dejado al italiano? - pregunta curiosa. - ¿Le has despachado ya? Mira que yo no te he educado así eh - de nuevo reímos juntas.

Fer aparece y se sienta en otro sillón frente a nosotras. Lleva unas gafas de sol y directamente lleva en su mano derecha una botella de agua, creo que alguien más tiene resaca.
Laia me obliga a incorporarme, pero porque básicamente necesita ir al baño. Así que mientras espero a que regrese me envuelvo en la manta y miro a Fer. Éste al sentirse observado termina por abrir la boca.

- Si me sigues mirando así voy a empezar a creer que sientes algo por mi - sonríe de lado y se queja de nuevo llevándose las manos a su sien. - Te juro que no vuelvo a beber en mi vida.

Una melena, larga y negra entra en el salón junto con mi amiga Helena. Me quedo un poco desconcertada, ¿cuando vino el chico pelazo a casa?

Se sienta a mi lado y veo como se toma una pastilla para el dolor y se bebe casi una botella entera de agua. Ethan suspira y apoya su cabeza dejándola caer hacia atrás.

- ¿Y tu cuando apareciste? - pregunto curiosa y él sonríe.

- Cuando estuviste cerca de una hora en el baño con Laia - ríe y yo le miro sin entender. - Ayer ibas muy borracha, ¿de verdad no te acuerdas de cuando aparecí? - niego con la cabeza y deja escapar una risilla.

Laia aparece de nuevo en el salón y siento como crece la tensión, ¿entre ellos dos? Mi mejor amiga le regala una mirada asesina a Ethan.

- Yo voy a irme ya - comenta ella y le miro sin entender. - Me están esperando en casa.

- ¿Vamos juntas? - pregunto y antes de ponerme en pie, Ethan pasa sus brazos por mi hombro obligándome a quedarme en mi sitio.

- No es necesario - exhala tras ver lo que el chico pelazo acaba de hacer. Se le ve dolida y yo sigo sin entender que ha pasado. - Te veo mañana antes de irme a la casa de campo de mi abuela, ¿vale? - asiento y veo como se despide de Fer y pasa olímpicamente de Ethan.

Vale, esto ha sido muy extraño. Pero no me da tiempo a pensar mucho porque Damiano aparece dejándose caer a mi otro lado, mira el agarre de Ethan pero busca con la mirada al resto de personas.
Saluda a Helena la cual había desaparecido en la cocina minutos antes de que Laia se fuera y que ahora está al otro lado del chico pelazo abrazada.

Damiano ignorando el público y lo que pueda decir besa mis labios. No soy de demostrar delante de la gente, y lo sabe, y por eso lo hace. Me libero del agarre de Ethan y me pongo en pie, necesito hacer algo productivo y no estar aquí tirada por mas tiempo. Así que lo mejor que se me ocurre es ayudar a limpiar la cocina y quitar de en medio todas las bolsas de basura que logramos llenar ayer. Pese a que Helena insiste en que no lo haga, la ignoro. Salgo y tras tirar la basura reviso mi teléfono.

"Laia está enamorada desde hace años de alguien y no te dio su nombre" Eso es lo único que logro recordar de anoche. Pero no veo que eso sea tan dramático como para que Ethan y ella estén así de raros, ¿a Ethan le gusta Laia? Bueno, sería extraño porque parece tener algo con Helena. Vale, me he perdido mucho.
Voy a tener que hablar con mi mejor amiga, porque obviamente Ethan no va a pasarme la información. Es totalmente comprensible. Es que imagínate pillarte de una lesbiana siendo hetero o bueno, viceversa.

Una vez en la casa y respondido los whatsapps de mis padres pidiéndome que no llegue muy tarde porque hoy me toca comer con ellos y mis hermanos decido que es hora de irse. Me despido de todos y aunque tardo un tiempo más con el italiano, finalmente consigo salir de esa casa. Aunque lo cierto es que no quería irme. Le he prometido a Damiano que mañana pasaré casi toda la mañana con el, básicamente porque no pienso dormir en casa. Mañana es veinticuatro de diciembre, y aunque no me apetezca ir, por razones que dejaré que comprendáis vosotros solos en su momento, tengo y debo ir. Por lo que se, Fer le ha invitado a pasar la Navidad con su familia ya que Thomas y Vic ya están en Italia y Ethan viaja esta noche para allá.
Honestamente, que Fer le haya invitado me parece un gesto súper tierno y que lo hace genial, no sé, no todos deciden invitar y menos en esa fecha o al menos,  no es común en España.

Al llegar a casa saludo a mis padres y corriendo voy a cambiarme de ropa. Le dije a Laia que le vería mañana y me ha surgido otro plan, así que voy a presentarme en su casa con un par de chocolatinas que sé que le gustan para disculparme por el plantón que voy a darle mañana. Aunque se lo pienso avisar ahora mismo.

Aviso a mi madre y me pide que llegue temprano al restaurante al que solemos ir. Tras prometerle que no pienso llegar tarde salgo de casa a pasos acelerados y en menos de diez minutos ya me encuentro en casa de Laia, y bueno, he tardado tanto porque he tenido que buscar la chocolatina que tanto le gusta.

No llamo al telefonillo, básicamente porque cuando pensaba entrar en su bloque de pisos salía Carlos. ¿Os acordáis de él? Bueno, os resumo, es un amigo de mi ex novio, él y Daniel, y los dos ayudaron a Thomas en sus primeros días de universidad y ahora son muy buenos amigos. O al menos eso tengo entendido.

Cruzamos un par de frases donde prometemos vernos en estas navidades, aunque soy consciente de lo ajustada que está mi agenda.
Subo las escaleras al quinto piso porque me da pereza esperar al ascensor. Es demasiado lento y encima hace ruidos muy extraños, y mira, valoro mi vida.
Al llegar a su planta sonrió al ver los adornos que hay en la puerta. Todos son hechos a mano por Laia. Los renos le han quedado este año bastante bien, y en fotos no se apreciaban. Llamo al timbre y Laia no tarda nada en aparecer. Me mira extrañada y en cuanto le enseño los chocolates blanquea los ojos y hace amago de cerrar la puerta en mis narices, pero es todo mentira.

- Lo siento, pero es que...

- El italiano te roba la mañana, ¿no? - finge estar molesta. - Al final si que voy a terminar odiando a Damiano por robarme a mi mejor amiga - se burla y me deja pasar. - Vamos a mi habitación, mi madre y su novio han salido a hacer unas compras. Ah, - se gira y tiende su mano a la altura de mi cara - dame el soborno que me has traído o te pateo ese precioso culo.

- Vale, vale - digo alzando las manos y ella sonríe triunfal.

El tiempo que estoy en su casa se pasa volando y pese a que he intentado que me diga la verdad sobre si le gusta alguien no he conseguido información. Básicamente dice que la última que le ha gustado es Vic y que de eso se basó que ayer estuviésemos tanto tiempo hablando en el baño, y que sobre Ethan no sabe bien por qué está así con ella. Solo sabe que ayer estuvieron hablando también un buen rato antes de irse a dormir, pero que no pasó nada fuera de lugar.

Y bueno, decido confiar, porque ¿para qué me mentiría mi mejor amiga?
El caso es que tras jurarle que en cuanto vuelva de las vacaciones de campo se vendrá a casa a dormir como solemos hacer una vez al mes, y ella acepta.
Antes de cerrar la puerta decide hablar dejándome un poco extrañada.

- ¿Tan bien oculto mis sentimientos? - ha sido más como un susurro y yo la miro extrañada. La abrazo y ella sonríe tiernamente. - Anda, vete, que tus padres me van a matar por retenerte tanto tiempo.

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Os dejo otro capítulo por aquí y me voy.
Espero que estéis genial y que los exámenes no estén agotando vuestras vidas.

Besis