ÚNICO

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—Vamos, el avión ha aterrizado—anunció su amigo, SeokJin, un lindo chico que conoció mientras estudiaba en Corea. Decidió traerlo consigo pues no quería que se quedara solito en estas fechas.

—Vamos—tomó su bolso y se levantó del asiento.

—¿Qué haremos?—preguntó mientras le seguía el paso.

—Dormir—respondió bromeando.

Aunque su amigo no pareció notarlo—. ¡Bien! Realmente necesito dormir—golpeó levemente sus hombros.

—Era broma, necesitamos trabajar—palmeó el hombro del azabache.

—Hyung-nim, ¿no puede darme el día libre?—suplicó.

—Esa empresa no se dirige sola—negó.

—Ah...entonces...¿qué le parece medio día?—negó—. Si tan solo te hubiera abandonado ese lluvioso día en este momento estaría tranquilamente en mi cama—entrecerró los ojos.

—"Hubiera" El hubiera no existe—se encogió de hombros. El mayor solo bufó y aceleró el paso. Kai le siguió el paso riendo un poco.

—¿Quién es ese apuesto chico?—preguntó en un susurro su madre

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—¿Quién es ese apuesto chico?—preguntó en un susurro su madre. Kai y SeokJin recién iban llegando a la casa del primero y en la puerta se encontraron con su madre, aunque Jin aún no la veía pues estaba ocupado tomando fotos.

—Es mi amigo, SeokJin, del que te hablé—respondió de la misma forma—. ¡Hyung! Ven, esta es mi madre—llamó.

—¿Eh? Ah...Ho...la, mi...nombre...es SeokJin, un...gusto—sonrió e hizo una reverencia. Kai sonrió por la tierna forma de hablar del mayor pues aún no dominaba del todo el idioma chino, solo sabía lo básico y una que otra palabra más, pero para eso estaba él.

—Oh, su chino es bueno—aplaudió, el mayor miró confundido a su amigo y este solo levantó el pulgar dando a entender que lo hizo bien—. Pasen, pasen—hizo un ademán para que se acercaran. Los tres entraron a la casa.

—¿Y papá?—preguntó mirando a todos lados.

—Esta trabajando, sabes lo necio que es—se cruzó de brazos.

—¿Debería hablar con el? Sus rodillas me preocupan—aplanó los labios.

—No gastes tu tiempo—hizo un ademán—. Mejor lleva a tu amigo a una habitación.

—Su...casa es...muy boni...ta—sonrió.

—Gracias, todo es gracias a su gran trabajo que podemos tener esta bonita casa—respondió, aunque el coreano no entendió nada.

—Dice que esta bien que no te haya dado el día libre para que así tenga una casa más bonita—dijo al notar su confusión.

—¡No es cierto! ¿O...sí?—tocó su barbilla a lo cual el azabache negó divertido.

20cm| Xu Kai| O.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora