¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los movimientos del menor comienzan a delatar que se estaba despertando, a pesar de que no fuesen más de las cinco de la mañana.
Se remueve hasta despertar, con el mayor aún entre sus brazos.
Cuando abre sus ojos, lo primero que ve es la mirada perdida de HwanWoong en un punto para nada concreto de la habitación. Se preocupa un poco al notarle la mirada cansada mientras un ligero puchero sobresalía de sus pequeños labios.
Se incorpora, haciendo que el mayor espabile y se incorpore junto a él.
—¿Te desperté? —preguntó rápidamente el mayor, apenado, no quería que por su culpa el menor no durmiese lo suficiente y que, por consecuencia de ello, este no pudiese rendir al máximo en su trabajo.
Al recibir una negativa como respuesta, se limitó a suspirar.
La profunda voz del menor retumbó en sus oídos, provocando que su corazón diese un vuelco, luego otro y otros tres vuelcos más.
—¿Ocurre algo que te mantenga así de despierto?
No mentiría, sí había algo que lo mantenía despierto, ese mismo algo siempre le impulsaba a estar entre los cálidos brazos del menor.
Era un tema al que su cabeza llevaba dándole vueltas desde que le conoció, hace más de un año.
—Es complicado... —murmuró.
—Entre más complicado sea, menos tiempo te dará para dormir —dice DongJu, sentándose por completo y apoyando su espalda a la pared.
HwanWoong, sin siquiera haber sido invitado, se posiciona entre las piernas del menor y pega su espalda al pecho de este. No recibe ningún reproche, solo una risita traviesa.
—¿Y bien... —el menor quería seguir indagando, pensaba que eso quizá le ayudaría al mayor a descubrir qué era lo que lo mantenía tan despierto.
Pero ni siquiera pudo terminar su pregunta, puesto que el mayor se había dado vuelta, quedándole frente a frente, a un suspiro de nada.
El pelinegro respiró con pesadez al tener el rostro de su platónico amor tan de cerca.
Por su parte, Yeo finalmente acorta la distancia que él mismo había impuesto, presionando suavemente sus labios sobre los dulces y esponjosos labios contrarios.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
yeo hwanwoong, bájale una revolución a tu besito que me lo asustas al nene😳
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
