Capítulo 48.-«And I Love You So» Elvis Presley.

105 6 15
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sé cómo continuar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sé cómo continuar. 

Mi cabeza está saturada. 

Es difícil recordar, salto de un lugar a otro, me pierdo, casi como si yo misma me hubiese colocado en un laberinto y tuviese que encontrar la salida, sin ayuda ni algún hilo que me muestre el camino. Me mareo y llego a callejones sin salida, recuerdo cosas que no deseo recordar, eventos que considero olvidables e inconfesables. O eventos demasiado memorables y preciosos que atesoro como una brújula de oro dentro del laberinto de mi mente.

Canté en el medio tiempo del Super Bowl y el show fue increíble y uno de los más vistos de la historia (el primero fue el de Demian). Lloré mucho, estaba cumpliendo mis sueños, cada uno de ellos, y no estaba sola en la cima, tenía a mi compañero de vida a mi lado y, aunque a veces nuestras carreras nos separasen un poco no importaba, sabíamos que nuestro lazo seguiría ahí, por siempre. Sabíamos que estábamos a un vuelo de distancia, a una llamada de escuchar la voz del otro, a un paso de verlo a través de una pantalla, y a una carta que recibir del otro.

Demian cumplió 32 años, y lejos de hacer una fiesta loca y gigantesca como los años pasados, le organicé una reunión con nuestros amigos y familia. Fue tranquila y amena, invité a Brianna, Dorian, Ana y sus hijos, creo que Ana ya estaba embarazada por tercera vez, esa mujer siempre estaba embarazada, y creo que por eso nunca la vi beber o alocarse excepto por la noche en la que la conocí. 

Ana era la típica mujer y esposa perfecta; Sabía cocinar, sabía hornear, sabía tejer, era dulce y atenta, a veces un poco tímida, era también una mamá ejemplar y siempre sonreía, no lo sé, a veces me parecía demasiado perfecta y altruista, como cuando me regaló un suéter tejido color lila con un montón de pequeñas llamas de fuego verde, para celebrar mi álbum "Infinitely Cursed" y honestamente no supe qué decir además de un escueto "Gracias", Demian se rio un poco por ello, y me dijo que Ana también le había regalado suéteres a él por cada ocasión especial. 

Así era ella, era el tipo de persona que se pasaba semanas tejiendo un suéter para una chica que la había ofendido y la había tratado mal al inicio, pero le caía bien por alguna razón, quizá porque sentía lástima por todo el asunto de Owen, o quizá me entendía. Quizá le recordaba a alguien, no lo sé. Sólo era amable y cariñosa.

ESTÁBAMOS CONDENADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora