(mínimo🍃)

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OPHELIA ANDERSON
(capítulo editado)

El viaje escolar ya había terminado para todos, así como terminó, inicio otra celebración.

El festival deportivo.

Debido a esto, Hairo pidió ayuda para poder hacer el… ¿mural?

El punto aquí, es que al parecer la "ayuda" solo somos Kusuo y yo. Vaya ayuda, la mejor de todas, sin duda alguna.

- Oye, bichito - le llamé, el me miró por sobre su libro - ¿puedo besarte?

- ¿Te sientes bien?

- Claro que sí, solo me comí un brownie sospechoso que encontré por ahí - solté una risita.

El dejo su libro aun lado suyo y se acercó a mi - Dejame ver tus ojos - ordenó.

- ¿Para que? - me reí.

- Vámonos ya.

¿Que está loco?

-¡Claro que no! - exclamé, aterrorizada con tan solo la idea - los sermones de Hairo son más grandes que mis ganas de comer.

El suspiro cansado - Bien.

Acercó sus manos a mi pecho y yo me gire por todo el piso antes de topar con la pared.

- ¿Que crees que haces? - me tape con las manos - ya se que soy irresistible, pero mínimo invítame un café.

- Deja de decir tonterías y no te muevas - se acercó a mí y puso sus manos en mis hombros, después de eso sentí mi cuerpo más pesado.

Juraría que hace unos segundos era más ligero.

- ¿Que me pasó? - pregunté confundida.

Siento como si acabará de despertar de un sueño reparador.

- Te drogaste - respondió, como si nada.

- A mira que bien, es cosa de todos los días - comenté con sarcasmo - ¿no sé supone que justo ahora debería de estar drogada?

- Regrese tu cuerpo un día hacia atrás, el día de mañana sufrirás los síntomas - explico.

- ¡¿Por qué hiciste eso?! - pregunté alterada.

Oh, esto no es bueno.

- ¿Que?

-¡Mañana voy con mi abuela! - expliqué - si me drogada, pensara que su nieta no tiene futuro.

- ¿Tu también? - pregunto con fastidió.

- ¿Eh?

- Yo también voy con mis abuelos mañana.

Oh, que buena información.

Pero aún así… ¿no sé suponía que no tenía más familia aparte de sus padres y su hermano?

- ¿Lo ves? - le hice ojitos - el destino nos quiere juntos todo el tiempo.

El giró los ojos fastidiado - ¿Qué te asegura que estaremos juntos?

- Dime… ¿cómo se conocieron nuestras madres?

- No lo sé.

- Se conocieron porque nuestras abuelas son amigas - dije con obviedad.

- Eres odiosa - murmuró al darse cuenta de que tenía razón.

- Así me quieres.

- ¿Cuando dije que te quiero?

OPHELIA | Saiki Kusuo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora