La chica más genial del barrio

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No es precisamente la chica más popular, pero tampoco busca serlo. Recuerdo una vez verla caminando por la calle y pensar: "sería un placer conocerla". Al fin y al cabo, es la chica más genial del barrio. Muchos darían lo que fuese con tal de pasar un momento con ella. Yo fantaseaba en mis tardes de infante cómo sería el encuentro con esta princesa del parque.

Su caminar admirable y su forma de mirar a los ojos cuando te habla. En mi mente nuestro encuentro es genial: ella me pregunta de dónde soy y yo no sé qué responder. Quiero decirle que soy del lugar de donde vienen sus ojitos preciosos, porque me siento parte de ahí. Aún no la conozco y ya me siento parte de ella. En este sueño en el que me encuentro cada tarde, esta chica del barrio me cuenta sobre su vida, sobre sus aspiraciones y sus ganas de devorarse el mundo; aunque a la vez me cuenta sobre sus ganas de quedarse en casa durmiendo para siempre y no tener que enfrentar la cruda realidad del mundo exterior. Aún no la conozco y siento que ya la quiero. En mi cabeza, la chica del barrio confía mucho en mí. No tiene miedo de decirme lo que piensa, no tiene miedo de mostrarse tal cual es, aunque cuida su imagen de una manera muy sabia.

Dejé de volar por las ideas que rondaban por mi cabeza pues algo me interrumpió el pensamiento. - ¿Cómo estai? – una voz me hizo volver al mundo real. Pensé un momento para en verdad saber cómo estaba. Respondí. – Bien, ¿y tú? -. Me miró con unos ojos que nunca olvidaré. Eran unos hermosos ojos rasgados, rodeados de un manto blanco en el cual parecía haber guardado muchas sonrisas y penas, alegrías y decepciones. Era ella. Era la chica con la que había estado fantaseando todo este tiempo. Era la persona con quien en mi cabeza escribía las mejores historias que se pudiesen haber contado. Era ella. Estaba frente a mí. Nunca sentí algo tan real.

La chica más genial del barrio no era muy conocida por la gente de por aquí. De hecho, no todos la conocen como la chica más genial del barrio. Yo le acuñé ese nombre, aunque temo que ella no lo sabe. ¿Ella sabrá que es la chica más genial del barrio? Espero que lo sepa. Si no lo sabe, será mi misión hacérselo saber. La chica más genial del barrio tenía una mirada que te decía todo. O al menos eso se decía. La chica más genial del barrio me miró y quise comprobar si era verdad lo que se decía sobre su mirada. Cuando me propuse mirar a sus ojos para así descubrir si era verdad lo que se decía de su mirada, me di cuenta... Había estado mirando a sus ojos todo este momento. Todo lo que había pasado por mi cabeza lo había producido sus ojitos al mirarme y atravesarme con su mirada. Cuando me percaté de mi poca concentración y de lo distraído que estaba por esta chica del barrio, me asusté. Pensé en lo difícil que sería volver a tener una conversación con ella y en lo mucho que lo estaba arruinando todo por solo ponerme a pensar y pensar en lugar de disfrutar mis escasos segundos con ella.

Yo también pienso mucho - me dijo. – A veces la gente se asusta porque me quedo pensando en algo y no saben qué me sucedió. Veo que te acaba de pasar. ¿En qué pensabas? -. La miré con ojos de admiración, asombro e interés. No sabía si sería muy pronto para decirle todo lo que pasaba por mi mente. Muchas veces pienso demasiado las cosas y no soy capaz de decirlas. Me encantaría alguna vez en la vida lograr decir las cosas que pienso de una sola vez sin pensarlo demasia... - En ti – me interrumpí a mí mismo. Sentí la vergüenza subirme por la espalda hasta el cuello. Sentía cómo mis mejillas se ponían color vergüenza y cómo mi mente solo decía "por qué lo dije, por qué lo dije, por qué lo dije". – Yo también pensaba en ti – me dijo. Sentí mi alma volver al cuerpo. – A veces fantaseo con cosas, me agrada cuando creo escenarios ficticios en mi cerebro contigo – la chica del barrio parecía haberme conocido desde hace décadas. – Me gusta que pienses en mí tanto como yo pienso en ti -. Nos miramos a los ojos. Entendimos lo que pensaba el otro. Yo sentía todo lo que ella sentía por mí. Era como estar frente a un espejo de las mejores características de cada uno. Yo reflejaba sus virtudes en ella, reflejaba mis virtudes hacia mí. Éramos un ciclo eterno de nunca acabar. Me quise quedar ahí para siempre. Y ahí me quedé.

Hoy estoy en la cabeza de la chica del barrio. La chica del barrio me mira como diciendo: "sería un placer conocerlo". Ella no tiene idea que yo me siento igual que ella. Con la misma necesidad de querer conocerla y mostrarle a sus ojitos cómo ven el mundo los míos. Soy el chico del barrio en la cabeza de la chica del barrio. Solo existo cuando ella piensa en mí y solo en su cabeza puedo quedarme para siempre con ella. Sé que puede ser difícil de entender. Sé que no es fácil comprender esta decisión de querer quedarme en su mente por siempre. Esta vez dejé de ser el chico del barrio que ella teme conocer. Esta vez decidí ser el chico del barrio de su mente, al cual le cuenta sus secretos y sus miedos, sus virtudes y sus defectos. Soy ese chico del barrio. El que su mente creó. El que ella conoce y sabe que estará siempre para ella. Porque hoy no soy el chico del barrio. Soy el chico de su mente que vive en el barrio y el chico del barrio que vive en su mente.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2021 ⏰

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