La oscuridad se hizo de tus días, la soledad invade tu cama cada amanecer, al abrir las cortinas de tu habitación solo lloras inocentemente, te lamentas de lo que nunca pudo ser. El vil recuerdo de un amor no correspondido hace de tus ojos un desastre, llena el tono de tu voz de cicatrices roncas y enreda tu descuidado cabello, haciéndolo crecer más y más, sin control alguno. Hace varias semanas atrás, decidiste confesar lo que sentiste por más de una década a quien caminó contigo toda tu vida, a tu amiga de la infancia llamada Yumisisleidis Pacheco Prieto Angúlo.
Tu
EllaSe trataba de nadie menos que tu amiga de la infancia, quien estuvo para ti en todo momento, quien hizo promesas de amor contigo bajo el árbol de más de 100 años que cuidaba la sabia anciana de la encantadora morada antigua de madera. Ambos eran inseparables, el uno para el otro, agua y sal, mar y tierra, como el cielo y las aves disfrutando de su libertad, tú eras la paz, y ella era la guerra.
Más, hubieron días oscuros, días que prefieres olvidar, esos días en que ves cosas pero cierras los ojos, pues ojos que no ven corazón que no siente, y justo eso hiciste, escapar, no sentir. Ignorante lo que pudiste haber visto y lo que pudiste haber evitado, te limitaste a pensar que todo estaría bien. En que al mojar la galleta en el vaso de leche podrías agitarla sin que se partiera en dos.
Pasaron varios días mientras reunías el valor suficiente para confesarte, días en los que no supiste nada de ella, pero solo pensabas en ti, en como afrontarías lo que estaba por suceder, nunca imaginaste lo que podría estar haciendo ella mientras te revolcabas en tus sábanas apretando tu pecho susurrando le a la almohada lo tanto que la amabas...
Y llegó ese día, fuiste a visitarla a su casa, llevabas junto a ti el plan perfecto, lanzarías rocas hacia su ventana y cuando abriera las mismas te declararías a todo pulmón, de tus labios saldrían lo que llevabas acumulado todos estos años.
Más, en su habitación había más de una persona, siluetas de dos seres humanos siendo solo uno, convencido de que era solo un malentendido, arrojaste la piedra y en respuesta i mediata el cristal fue abierto. Y entonces, pudiste ver lo que sucedía en realidad, de tus labios no salió ninguna palabra, pero en los suyos estaban entrando más que frases y oraciones completas.
Ese día, diste por perdida tu vida, y te sumergiste en lo hondo, del pozo sin fondo de la desesperación.
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El lado oscuro del sol ( Shrek x Lector +18)
RomanceLuz, eres nada, la nada que nunca puede. Sol que se oculta tras nuestra mano Suspiro de alivio para mi de tus besos. En tu pantano del mismo modo nunca habrá un cambio Razón suficiente para pensar en ti, en nosotros, pero no estás, pero no est...