El silencio gobernaba entre los dos, el tenía la mirada perdida, lo observaba esperando su sentencia, había hecho la confesión, me sentía en el estrado, esperando minutos eternos que parecían horas, esperando que el tribunal eligiera mi castigo, el parecía no entender por completo, lo que acababa de decirle - Qué acabas de decir?.
- Cuando me fuí, estaba embarazado, no lo sabía, no tuve el valor de volver, se que hice mal, pero el quería conocerte, por eso regresé, era su regalo de cumpleaños, Otabek, el de verdad quería verte, quise cumplir ese deseo y por eso volví, por eso te agradezco demasiado, porque, salvaste a tu hijo, nuestro hijo - comencé a llorar, esperando el veredicto, esperaba recibir cadena perpetua o algún tipo de castigo duro, estaba más que consciente, que la situación se me salió de las manos, pero el seguía perdido en sus pensamientos, parecía analizar todo.
- Dónde esta?.
- Esta durmiendo con mamá en la sala de urgencias pediátricas - se levantó sin decirme nada, segui sus pasos, mi madre lo entendía, se levantó de la camilla, el alfa se acercó, se sentó, Ian abrió sus ojos, era la primera vez que lo veia sin su máscara, ambos se observaban, mientras nosotros los mirábamos, la mirada del azabache era unica, mientras que mi cachorro tenía los ojos llenos de lágrimas, se movia avergonzado, jugaba con sus manitas nervioso, era la primera vez que estaba frente a frente con su padre.
- Porqué corriste?, debes fijarte antes de cruzar la calle cachorro, algo pudo pasarte, estaríamos muy tristes, si te lastimabas.
- Perdón, perdón, lo siento, lo siento - el acariciaba su cabello alborotado por dormir, secaba sus lágrimas con sus manos - no quería perder la pelota, es mi favorita, me gusta mucho.
- Es una pelota, pudimos comprar otra después.
- Pero esa pelota me la dio Beka, así que es especial, muy especial - se me quebró el corazón, mi madre lloraba conmigo, me abrazaba mientras observabamos el encuentro - Tu sabes quién soy? - la voz del alfa se quebró, pareciera que trago saliva antes de seguir hablando, no cabía duda que también a él, se le rompía la voz, Ian me miró buscando mi autorización para contestar, yo asentí con mi cabeza.
- Tu eres... Tu eres... mi papá - el acariciaba su carita, el pequeño se dejaba hacer, cerraba sus ojitos encantado por la cercanía de Otabek.
- Si, soy papá... Tu papá.
- Puedo darte un abrazo?
- Puedes, no necesitas pedir permiso, cachorro - Ian se levantó y rodeó su cuello con sus bracitos, el lo apretó contra de el utilizando su brazo sano, mi niño se aferro a su ropa con sus pequeñas manos, era el primer abrazo que le daba papá, restregaba su cabecita contra el pecho del alfa, como un gatito, el mayor liberaba su aroma, cubriéndolo por completo, mi pequeño cerraba sus ojitos encantado, su esencia era un arrullo.
Otabek siempre fue un hombre serio, muy difícil de quebrar pero estaba ahí, acariciando a mi pequeño, como si fuera el tesoro más valioso del mundo, estaba allí apretandolo a su pecho, estaba parado esperando que me dijera lo peor, esperaba incluso, que me insultara con todas las maldiciones posibles, esperaba en silencio con la cabeza baja, Ian se quedó dormido entre sus brazos, no aceptó que lo ayudaramos a cargarlo, cuando fueron dados de alta, subimos al auto, nuestros padres nos miraban por el retrovisor, ambos estabamos en el asiento trasero, no me decia nada, yo tampoco, llegamos a nuestro hogar.
Lo acostó en mi habitación, lo arrope con amor, el se giro y solo escuche la puerta cerrarse, esperaba la sentencia, no la recibí, eso me dolia más, esperar sus reclamos, esperar su odio.
La semana pasó, ellos jugaban ambos sin mascaras, mi niño disfrutaba estar con su padre, incluso se quedó varias veces a dormir con el, sin duda Otabek descargó en el, todo el amor que alguna vez soñé, era hermoso y llenaba mi corazón verlos despertase con el cabello alborotado, era dueño de su completa atención, sin embargo, no era lo mismo para mí, el me ignoraba la mayoria del tiempo, cruzabamos palabras solo lo esencial, me sentia tan herido, su manera de castigarme era dolorosa.
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Mi Único Amor
FanfictionYuri Plisetsky ha sido rescatado de las calles, por fin tiene una nueva oportunidad, de tener su final feliz, pero que sucederá, cuando se enamore de su salvador?. Otabek Altin sin duda es... Su único amor