Mary Jane historias de cama

4.2 Sexo al fin

SU PRIMERA VEZ PARTE 2

El tacto al natural de su pecho con los magníficos senos de Mary Jane prendió a Flash como si algo se hubieran incendiado en él, su petrificado cuerpo se activó acelerándose, levantó ambas manos con velocidad y empezó a manosear los enormes senos desnudos que tenía delante de él, como si estos fueran plastilina. Mary Jane sonrió echando el cuello para entras, dejando que Flash le tocara irrespetuosamente los pechos, el rubio tomó los pezones de la pelirroja y los jaló ligeramente, obteniendo como resultado un corto jadeó.

Entonces Flash no lo pensó más, se agachó y puso su boca sobre uno de los pezones que había jalado, otro jadeo femenino se escuchó y Flash empezó a chupar.

—¡¡Oh...!!

Empezó un frenesí en el rubio, quien pasó a chupar sonoramente el otro seno de la chica, devorándolo con su urgida boca, mientras que ella tenía un satisfactorio gesto de placer. De pie, frente a la cama, también para el muchacho empezaba a generársele un ferviente gusto por los senos enormes. Luego de un par de minutos el chico le dejó el pecho, ahora quería más. Se arrancó los zapatos deshaciéndose de sus calcetines, se desabrochó el pantalón, se lo quitó y antes de que pudiera hacer lo mismo con sus boxers, una mano irrespetuosa pasó bajo el elástico, invadiéndole la erección.

Flash gimió cuando MJ le frotó el pene bajo los boxers.

—La tienes dura, y muy caliente —susurró ella al oído del muchacho, quien no paraba de parpadear y de sentirse excitado. MJ empezó a mordisquearle la oreja mientras se lo frotaba, Flash perdió la concentración pero después recordó la barrera, se movió causando que ella le dejara la oreja, se quitó lo boxers y ambos quedaron desnudos. Teniendo una amplia sonrisa pervertida cuando se volvieron a contemplar, luego se unieron y sus bocas empezaron a comerse con desesperación.

Las manos parecían serpientes, el palpitar de los dos estaba siendo exagerado, bombeante en su pecho, el nerviosismo y ansiedad por esto se notaba a simple vista en Flash, así como la determinación de la pelirroja por no despertar ni un día más sin que su vagina no hubiera recibido a un miembro, inclusive con la poca luz del exterior que entraba por la ventana se distinguía como dos pervertidos empezaban lo que sería una intensa noche de sexo.

Era completamente increíble la determinación que mostraba MJ, se notaba que era ella quien tenía el control de la situación, y no porque Flash se mostrara indeciso, pues obviamente él también deseaba acostarse con Mary Jane, pero parecía que ella ya tenía experiencia en esto, pues sus movimientos, besos y manoseo podían describirse como el de alguien que ya tenía práctica, aunque parcialmente si era cierto, pues aunque esto estaba siendo el inicio de su primera vez, sus anteriores aventuras parecían darle mucha ventaja sobre su novio, siendo que él era mayor que ella por un año y no parecía el tipo de muchacho que aún no hacía esto, pero caras vemos, intimidades no sabemos.

Luego de esos apasionantes besos, permanecieron de piel sin aun subirse a la cama, como si no necesitaran de ella, Flash adquirió más confianza e hizo algo que siempre había querido hacer:

Detuvo el beso, apretó las nalgas de su novia escuchando como a ella le gustaba eso, movió una mano y la otra la dejó en la nalga de la chica, puso dos dedos sobre el esternón de la chica, luego los movió sobre el voluminoso pecho de MJ describiendo un garabato, bajó por su vientre y llegó a su intimidad. La mirada de la pelirroja estaba mucho más ávida que la del muchacho. Tanta pornografía venía a su mente que solo podía esperar recibir lo que ya imaginaba, las yemas de los dedos de Flash bajaron y se encontraron con sus íntimos labios para empezar a cosquillearlos.

Mary Jane volvió a echar el cuello para atrás, disfrutando de los irrespetuosos dedos de Flash, dedos que poco a poco se movían con mayor velocidad excitándola más. La mente de Mary Jane se lo pedía algo a gritos, así que ella no esperó más.

La pelirroja se echó sobre la cama, abrió las piernas y sintiendo una intensa ansiedad combinada con deseo, puso sus ojos en él y, con una mirada pervertida le dijo que debía hacer, él había vuelto a paralizarse cuando la vio tendida en la cama con las piernas abiertas para él, pero luego de ver como ella había pasado la mirada de él a su vagina, volvió a ser el hombre que ella quería que fuera.

Sintiéndose el hombre más afortunado del mundo, la sujetó con decisión sobre una nalga, contempló el cuerpazo que tenía delante de sus ojos y tomándola para él... metió su boca entre los labios bajos de su novia, arrancándole un sonoro gemido.