veinte y cuatro // 스물네

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2 años más... Parecían toda una eternidad, no esperaba a estar vivo otros años más, tantos ataques que había soportado estos años se sentía desgastado, en su rostro podíamos ver aquel cansancio que lo mataba poco a poco... Parece que el dolor se había vuelto normal en sus días, ya no se molestaba en llorar, sus lágrimas se habían cansado de salir y ser desperdiciadas de tal manera que el dolor no iba a sanar.
Decidió seguir con su vida como cualquier otra persona, ¿Qué había conseguido? Más dolor, intentaba no enfocarse tanto en aquellos problemas que lo asfixiaban y lo tenían preso en su propia mente, intentaba hacer cosas productivas para no tener que estar encerrado. Taehyung notaba su esfuerzo, la desesperación por poder estar bien consigo mismo, por más intentos o costumbres buenas que se provocaba no lo conseguía.

Había dejado de ir a las pláticas con Jimin, solo duró un mes en ese sitio, el alfa se sintió decepcionado pero acepto aquella decisión, sabía que el Omega no estaba cómodo escuchando consejos he historia que probablemente le ponían triste o no hacían algún cambio en el.

¿Cómo podía ser feliz? Nadie le había dicho como, nadie escontraba aquella respuesta que siempre buscaba, los psicólogos, su alfa, su amigo, incluso el Omega quien lo odiaba, nadie tenía esa respuesta... Por más que hiciera cosas que le gustaban, que le llamara la atención o degustará la mejor comida no funcionaba, era complicado entender cómo podía alcanzar aquella meta que se propuso estos dos últimos años, nada le hacía feliz y ya era un hecho.
Tae incluso le solía  preguntar “¿Eres feliz conmigo?” y el solo callaba, no sabía si era completamente feliz, le hacía sentir bien, amado, ¿Eso era felicidad? No estaba tan seguro de ello.

Despertó porque alguien lo llamaba, una pequeña y dulce voz, abrió los ojos y se encontró con el pequeño de cuatro años llamándolo para que fuera a comer.

– Yoonie, Yoonie, a come'! – decía el cachorro con una sonrisa – Ñam Ñam~ Papi hizo salchichas!

– Ahora voy, Sukie...

La relación que tenía con el cachorro era algo... Complicada. Se negaba a llamarle “papá” aunque él no se lo exigía, su padre Tae era quien lo hacía, el menor pensaba que Yoongi era la razón por la cual su papá Tae no quiera a papi Kookie, ¿Cómo llego a esa conclusión? Por la cizaña que le metía Jungkook en la cabeza cosa que le molestaba mucho a Taehyung. Su hijo era tan solo un niño, no debía porque haber maldad en el, quería el mismo respeto que le daba a el a Yoongi, su Omega no podía cocinarle, intentar abrazarlo, incluso a veces decirle que lo quiere porque eso es cosa que su papi Kook hace, no tendría porque hacerlo el Omega de su papá alfa.

Aunque recibiera un trato difícil por parte del cachorro lo quería como si fuese suyo, se dejó llevar por el sentimiento que alguna vez lo confundió y sufrió por ello, estaba conciente que no era Fresita y nunca lo sería, pero era Jungsuk, su hijo, el hijo de su alfa, hijo de otro Omega...

Se levantó de la cama y busco en los cajones las vendas que solía utilizar la mayor parte del día, ya sea cuando salía o estaba presente el cachorro en la casa, sus manos, muñecas y brazos eran horribles, llenos de cortadas, cicatrices, marcar moradas y rojas y otras de un café por la sangre seca. No había dejado de cortarse pero las cosas reducieron un tanto, ya no lo hacía a menudo, solo lo hacía cuando la demencia lo alcanzaba y no encontraba otra manera de desahogar o marcar su dolor, era muy difícil dejar de hacerlo, pero ahora solo lo havia cuando el momento era malísimo.

Camino a la cocina ya con su vendaje puesto, vio a su alfa poniendo el desayuno en la mesa, Suk ya estaba comiendo solo faltaba el de estar en la mesa.

– Buenos días, Yoonie

Dijo Tae mientras se acercaba a darle un beso en su mejilla. Era muy lindo con el, apreciaba todo lo que hacía incluso como lo trataba en momentos delicados.

 Devuélveme a mi Alfa || JimSu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora