Después de retirarme, fui a casa a tomar una ducha y a descansar, me encontraba totalmente exahusta, pues unos días antes, estaba con demaciado trabajo, que ni podía dormir siquiera.
A la mañana siguiente, desperté por el sonido de mi celular, así que con mala gana, aún adormilada, lo tomé y contesté.
- Hola? - dije mientras me frotaba los ojos.
- ¡Vero! - dice en un tono desesperado - ¿Estabas durmiendo? ¡Por dios! No me digas que lo olvidaste..
- Olvidar qué? - me quedó viendo a la pared por un momento, hasta que caigo en cuenta de que estaba hablando, haciendo que de un tirón me levante de mi cama soltando un chillido - Lo siento! Lo olvidé por completo, ahora mismo voy para tu casa, Lorena.
Después de colgar la llamada, veo la hora, y casi se me sale el alma al cuerpo, eran las 2:00 pm! ¿Cómo es dormí tanto?.
Tomé una ducha de manera rápida y fui a ver que ropa me colocaría, le había prometido a Lorena que iría a acompañarla a la boda de su prima. Opté por un vestido dorado sin mangas, tenía un escote en el pecho no muy exagerado, era acentuado a mi cuerpo. Terminé colocandome los tacones al último y arreglando mi cabello haciendome unas ondas, concluyendo al echarme algo de perfume y así salir rapidamente de mi casa y fui para el lugar tomando un taxi.
Llegué una hora después a la catedral, bueno, 1 hora y media, ya que el tránsito estuvo terrible.
- Verónica!
Inmediamente busco con la mirada aquella voz que reconozco llamandome, sonrió al encontrar a una chica pelinegra, me acerco a ella y la saludo dejando un beso en su mejilla, sentándome a su costado
- Lo siento, me había quedado dormida y sigo sin entender como es que tanto - digo disculpandome mientras tomo aire aún - ¿Llegué tarde?
- No te preocupes, y no, no llegaste tarde - me muestra una sonrisa y yo suelto un suspiro de alivio - pero ya están llegando - dice apuntando hacía las puertas del lugar, en el cuál se le ve a su prima Aurelia, con un hermoso vestido blanco y con un velo larguisimo junto a su papá, el señor Brown.
Veo como la música resuena, mientras la novia junto a su papá, caminan lentamente hacía donde estaba Anderson, el novio, y por su puesto, también el cura.
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Después que que el cura hablara, intercambiaran votos y se hayan puesto los anillos, fuimos a otro lugar, en el cual, sería la fiesta.
- Llegaste - dice una rubia acercandose a mi, dejando un beso en mi mejilla - Gracias por venir, pensé que no lo harías - veo como baja la cabeza apenada - El otro día fui dura contigo, lo siento.
- No te preocupes. - digo rapidamente - Ya pasó, ¿sí? - hablo con suavidad. Aurelia había pensando qué yo había ayudado a escapar a Lorena a una fiesta, a lo que me gané una reprendida injusta.
- Gracias. - se limita a decir con una tímida sonrisa - Espero disfrutes la fiesta, quizás incluso encuentres un hombre - codea mi codo de manera juguetona y yo suelto una carcajada. Se que me está molestando con aquello, Lorena también es así.
- Jajaja, ya veremos. - digo siguiendole el juego - Bueno, iré al baño, tengo que retocarme el maquillaje.
- Esta bien, avisame si necesitas algo.
- Claro, te lo diré. - sonrió y me despido de ella con un beso en la mejilla, para después ir hacía los baños y poner manos a la obra.
Cuando terminé, empezó a sonar el timbre de mi celular. Rápidamente lo busqué en mi bolso y contesté. Sin darme cuenta del remitente.
- ¿Hola?
- Verónica, ¿Dónde estas? - inmediatamente reconocí esa voz. Era mi mamá.
- Estoy en la boda, o bueno, ya en la fiesta de Aurelia, la prima de Lorena, ¿Por qué? ¿Pasó algo?
- Es que un señor irá a la casa a dejar unas cosas de tu padre. Se que es inesperado, pero ¿Podrías ir a recogerlo, por favor?
-Son muy importantes para mí hija mía, por favooor - dice la voz de papá, suplicando a lo lejos como un niño, haciendo que una sonrisa se dibujara en mi rostro.
- Esta bien, allí estaré - digo aceptando - Los quiero - despido con un beso a través de la línea para después colgar.
Al salir, me despedí de Laura y Aurelia, quién primero no me dejo ir porque faltaba que lleguen los padrinos y porque ya faltaba poco para que empezara la fiesta.
Mientras caminaba, no me percaté que alguien corría con prisa y chocó contra mí, haciéndome caer al suelo sin ningún cuidado.
- Auch! - dije quejandome, mi muñeca me dolía por que intenté retener con eso la caída.
- Deberías fijarte por dónde caminas - dijo aquél hombre, que es más alto que yo, para luego seguir su camino, dejandome sorprendida.
Me levanto del suelo, limpiando mi vestido para acercarme a el.
- Disculpe - digo al chico pelinegro, quién choco conmigo - ¿Podrías por favor ser más cuidadoso?
- No es mi culpa que usted haya sido descuidada.
- Perdón? - dije aún más sorprendida por su reacción.
- Esta usted perdonada, pero qué esto no vuelva a suceder. - dice para después retirarse del lugar sin decir más.
- ¿Qué? - me quedé desconcertada ante sus palabras, ¿Pero qué acaba de pasar aquí?.
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SIEMPRE A TU LADO, VERÓNICA.
Romantik- ¿Ahora me acaba de decir vieja? ¿Pero que le pasa? Primero me llama loca y después vieja. - ¿Sabe? Mejor me retiro, tengo trabajo que hacer - digo retirandome, ya cansada de la absurda conversación. Yo soy paciente, cordial y dulce, pero este chi...