Parte 2

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Después de retirarme,  fui a casa a tomar una ducha y a descansar, me encontraba totalmente exahusta, pues unos días antes, estaba con demaciado trabajo, que ni podía dormir siquiera.

A la mañana siguiente, desperté por el sonido de mi celular, así que con mala gana, aún adormilada, lo tomé y contesté.

- Hola? - dije mientras me frotaba los ojos.

- ¡Vero! - dice en un tono desesperado - ¿Estabas durmiendo? ¡Por dios! No me digas que lo olvidaste..

- Olvidar qué? - me quedó viendo a la pared por un momento, hasta que caigo en cuenta de que estaba hablando, haciendo que de un tirón me levante de mi cama soltando un chillido - Lo siento! Lo olvidé por completo, ahora mismo voy para tu casa, Lorena.

Después de colgar la llamada, veo la hora, y casi se me sale el alma al cuerpo, eran las 2:00 pm! ¿Cómo es dormí tanto?.

Tomé una ducha de manera rápida y fui a ver que ropa me colocaría, le había prometido a Lorena que iría a acompañarla a la boda de su prima. Opté por un vestido dorado sin mangas, tenía un escote en el pecho no muy exagerado, era acentuado a mi cuerpo. Terminé colocandome los tacones al último y arreglando mi cabello haciendome unas ondas, concluyendo al echarme algo de perfume y así salir rapidamente de mi casa y fui para el lugar tomando un taxi.

Llegué una hora después a la catedral, bueno, 1 hora y media, ya que el tránsito estuvo terrible.

- Verónica!

Inmediamente busco con la mirada aquella voz que reconozco llamandome, sonrió al encontrar a una chica pelinegra, me acerco a ella y la saludo dejando un beso en su mejilla, sentándome a su costado

- Lo siento, me había quedado dormida y sigo sin entender como es que tanto - digo disculpandome mientras tomo aire aún - ¿Llegué tarde?

- No te preocupes, y no, no llegaste tarde - me muestra una sonrisa y yo suelto un suspiro de alivio - pero ya están llegando - dice apuntando hacía las puertas del lugar, en el cuál se le ve a su prima Aurelia, con un hermoso vestido blanco y con un velo larguisimo junto a su papá, el señor Brown.

Veo como la música resuena, mientras la novia junto a su papá, caminan lentamente hacía donde estaba Anderson, el novio, y por su puesto, también el cura.

                            °°°°°°°°°

Después que que el cura hablara, intercambiaran votos y se hayan puesto los anillos, fuimos a otro lugar, en el cual, sería la fiesta.

- Llegaste - dice una rubia acercandose a mi, dejando un beso en mi mejilla - Gracias por venir, pensé que no lo harías - veo como baja la cabeza apenada - El otro día fui dura contigo, lo siento.

- No te preocupes. - digo rapidamente - Ya pasó, ¿sí? - hablo con suavidad. Aurelia había pensando qué yo había ayudado a escapar a Lorena a una fiesta, a lo que me gané una reprendida injusta.

- Gracias. - se limita a decir con una tímida sonrisa - Espero disfrutes la fiesta, quizás incluso encuentres un hombre - codea mi codo de manera juguetona y yo suelto una carcajada. Se que me está molestando con aquello, Lorena también es así.

- Jajaja, ya veremos. - digo siguiendole el juego - Bueno, iré al baño, tengo que retocarme el maquillaje.

- Esta bien, avisame si necesitas algo.

- Claro, te lo diré. - sonrió y me despido de ella con un beso en la mejilla, para después ir hacía los baños y poner manos a la obra.

Cuando terminé, empezó a sonar el timbre de mi celular. Rápidamente lo busqué en mi bolso y contesté. Sin darme cuenta del remitente.

- ¿Hola?

- Verónica, ¿Dónde estas? - inmediatamente reconocí esa voz. Era mi mamá.

- Estoy en la boda, o bueno, ya en la fiesta de Aurelia, la prima de Lorena, ¿Por qué? ¿Pasó algo?

- Es que un señor irá a la casa a dejar unas cosas de tu padre. Se que es inesperado, pero ¿Podrías ir a recogerlo, por favor?

-Son muy importantes para mí hija mía, por favooor - dice la voz de papá, suplicando a lo lejos como un niño, haciendo que una sonrisa se dibujara en mi rostro.

- Esta bien, allí estaré - digo aceptando - Los quiero - despido con un beso a través de la línea para después colgar.

Al salir, me despedí de Laura y Aurelia, quién primero no me dejo ir porque faltaba que lleguen los padrinos y porque ya faltaba poco para que empezara la fiesta.

Mientras caminaba, no me percaté que alguien corría con prisa y chocó contra mí, haciéndome caer al suelo sin ningún cuidado.

- Auch! - dije quejandome, mi muñeca me dolía por que intenté retener con eso la caída.

- Deberías fijarte por dónde caminas - dijo aquél hombre, que es más alto que yo, para luego seguir su camino, dejandome sorprendida.

Me levanto del suelo, limpiando mi vestido para acercarme a el.

- Disculpe - digo al chico pelinegro, quién choco conmigo - ¿Podrías por favor ser más cuidadoso?

- No es mi culpa que usted haya sido descuidada.

- Perdón? - dije aún más sorprendida por su reacción.

- Esta usted perdonada, pero qué esto no vuelva a suceder. - dice para después retirarse del lugar sin decir más.

- ¿Qué? - me quedé desconcertada ante sus palabras, ¿Pero qué acaba de pasar aquí?.

SIEMPRE A TU LADO, VERÓNICA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora