ɴᴇᴘᴏ ʙᴀʙʏ [ᴘᴀʀᴋ ᴊᴏɴɢꜱᴇᴏɴɢ | ᴊᴀʏ]

2

— Bueno, esta es mi casa. —dijo Eliza abriendo la puerta— Pueden dejar sus cosas en la sala, mientras yo voy a preparar la comida

— ¿Qué querían comer? —preguntó Jay

— Michelle quería pasta y ensalada.

— ¿Quieres que te ayude?

— No, no es necesario. Ya me has ayudado bastante hoy.

— Está bien, yo no tengo problema.

— ¿Seguro? —preguntó dudosa ya que definitivamente no se sentía cómoda pidiéndole más favores por más pequeños que fueran.

— Si, me gusta cocinar.

— Todo está en la alacena, puedes tomar lo que quieras. Mientras voy a lavar las verduras.

— Perfecto.

— ¿Siempre eres tímida? —preguntó mientras preparaban la pasta

— Algo —dijo Eliza sonriendo— Perdón si esto está siendo incómodo.

— No te preocupes. Mientras podemos hacernos preguntas para conocernos.

— Si, si quieres.

— ¿De dónde eres?

— Yo nací en Quebec. Mi mamá es colombiana y mi papá japonés.

— ¿Y qué haces en Corea, por qué no te quedaste en Canadá?

— Yo solo quería venir de vacaciones pero terminamos viviendo aquí.

— ¿Hace cuanto?

— Hice hasta el primer año de secundaria en Canadá y después vine aquí. ¿Qué hay de ti?

— Mis papás son coreanos, pero vivía con mi mamá en Seattle.

— ¿Y tú qué haces aquí?

— Mi papá me dio la opción de conseguirme trabajo en vez de ir a la universidad. ¿Tu sabes que quieres estudiar?

— No realmente. Mis opciones no están muy relacionadas entre sí y la verdad no creo que ninguna carrera me guste lo suficiente como para dedicarme a eso por el resto de mi vida.

— Pero te gusta el modelaje.

— Si, desde pequeña siempre quise ser modelo pero mis papás creían que era solo una etapa aunque tratan de apoyarme, bueno mi mamá.

— Ahora puedes probarles que realmente te gusta hacer esto.

— ¿Ya está la comida? —preguntó Michelle entrando a la cocina para tomar una fruta— Me muero de hambre.

— No tarda, tres minutos más y ya.

— Está bien. Por cierto Liz, Jisung dice que quiere hablar contigo.

— Dile que no tardamos. Cuando terminemos de comer hablo con el.

— ¿Segura?

— No tengo opción, entonces sí.

— Está bien, le digo.

— ¿Regresarías con él? —preguntó Jay mientras Eliza sacaba los platos

— No sé, siento que si lo volvemos a intentar va a terminar igual pero aun así quisiera hacerlo

— En caso de que necesites una excusa, dile que si necesitas academia no te van a dejar tener novio.

— ¿Cuánto costaría la academia?

— No te preocupes, puedes conseguir una beca.

— ¿En serio?