Chapter 7

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─ Gracias, Geonhak. ─ Dijo Hwanwoong y luego me miró.

─ Un idioma que se entienda, por favor. ─ Dije y los dos rieron.

─ Que sí, que no hay problema. ─ Dijo mi amigo.

Miré a Geonhak.

─ ¿Seguro que no tienes cosas que hacer y te estoy quitando tiempo sólo por mi capricho? Porque puedo esperar a que Hwanwoong tenga tiempo, no hay prisa, de verdad.

─ No. ─ Me respondió. ─ Por mí está bien, a menos de que no quieras ir conmigo. ─ Rió.

─ No, digo, sí. ─ Sacudí la cabeza. ─ Quiero decir, gracias por llevarme.

─ A Geonhak le gusta ese lugar, seguro que está más que encantado. Él te puede dar un tour. ─ Bromeó Hwanwoong.

─ Y para mí sería todo un placer. ─ Geonhak se rió y mostró todas las perlas blancas que formaban su sonrisa, en la que por un lacónico segundo, me perdí.

─ Gracias. ─ Musité y me giré de nuevo a mirar la televisión.

Me había asustado un poco, un inusual hecho. Desvié completamente mi atención a propósito, debido al pensamiento que la reacción había producido y me puse a pensar en eso. ¿Por qué encontraba a Geonhak tan atractivo? Sí lo era, pero lo que realmente me preguntaba era ¿por qué todo él causa una sensación extraña en mí? Miré de reojo a la feliz pareja detrás mío, y pude ver la sonrisa de Geonhak volar hacía Hwanwoong. Entonces llegué a una conclusión fácil. Estaba deslumbrado por él. Por supuesto, era el hombre más apuesto con el que me había encontrado en toda mi vida. Me reí discretamente. Qué suerte la de Hwanwoong.

─ ¿Te quedas a cenar? ─ Preguntó Yeo, luego de un rato. ─ ¿Sabes? Con Dongju se me ocurrió una idea hoy, ¿por qué no salimos un día los cuatro? Nosotros tres y Youngjo. ─ Explicó él sin esperar la respuesta de su novio a la primera pregunta.

─ No, cielo, no puedo quedarme. Hoy hay cena familiar. ─ Torció el gesto. ─ Y lo de la salida los cuatro suena estupendo, le diré a Youngjo hoy.

¿Debería preocuparme? Sabía que Hwanwoong ocultaba muy dentro de él emparejarme con alguien, pero al pensar el hecho... ¿qué tan malo podría ser si se trataba del hermano de Geonhak? Seguro también era apuesto.

─ Hasta mañana. Vendré a desearte buena suerte antes de que te vayas. ─ Dijo Geonhak a su novio y luego besó su frente.

─ Gracias, amor.

─ Dongju, mañana tenemos muchas cosas por hacer, espero no te canses. ─ Sonrió.

De pronto sentí una emoción que no pude explicar, un ligero entusiasmo allí, cerca de donde se encontraba la fierecilla enjaulada.

─ No lo haré, hasta mañana. ─ Musité y le devolví la sonrisa.

Hwanwoong y Geonhak salieron hasta la puerta donde tardaron más de cinco minutos en despedirse; traté de no pensar en ello, porque a fin de cuentas, su manera de decirle adiós era algo que a mí no me incumbía.

Luego de que oí la puerta cerrarse, Hwanwoong se sentó a mi lado en el sofá y luego suspiró.

─ ¿No es perfecto?

─ ¿Qué cosa? ─ Inquirí, confundido.

─ Mi novio. ─ Musitó, con aire de orgullo.

Yo reí, pero no dije nada. Aún cuando Hwanwoong me lo había preguntado no podía decirle lo que pensaba. Sí, sí era perfecto. Pero por alguna extraña razón, mi boca no podía soltar esas palabras frente a mi amigo.

─ ¿A qué hora te irás mañana? ─ Pregunté.

─ A las seis.

─ ¿De la tarde?

─ De la mañana.

Abrí los ojos con sorpresa y lo miré.

─ ¿Seis de la mañana? Y, ¿a qué hora vendrás?

─ No lo sé. ─ Torció el gesto. ─ La Isla de Torcello está un poco lejos, quizá venga como a las cinco de la tarde.

─ Pero si sólo te harán una entrevista, ¿por qué tardarás tanto?

─ Porque si me aceptan, me quedaré para que me capaciten o algo así. ─ Se encogió de hombros.

─ Voy a extrañarte. ─ Hice un puchero.

Él rió.

─ Me extrañarás más si consigo el trabajo, porque saldré desde las ocho de la noche. ─ Volvió a reír y esta vez yo no me uní a su risa.

─ Woongie, estoy cansado, me acostaré ya. ─ Dije.

─ ¿Tan pronto? Pero si son las ocho de la noche.

─ Ocho y cuarenta. ─ Corregí. ─ Y sí, estoy cansado y quiero dormir.

Bueno, de lo que había dicho, sólo la primera parte era cierta porque tenía demasiado miedo de volver a soñar la misma pesadilla de la noche anterior.

─ Está bien, buenas noches.

─ Buenas noches. ─ Me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación.

─ ¡Ah! Mañana te tienes que levantar temprano. ─ Me avisó. ─ Geonhak vendrá antes de que yo me vaya y luego te llevara al Puente de los Suspiros.

Me detuve antes de entrar a la habitación.

─ Genial. ─ Mascullé y sonreí.

Me introduje a la habitación y me arropé para dormir, me acosté en la suave cama y me cubrí con las sábanas. Me quedé mirando el techo en total oscuridad, alcanzaba a percibir el sonido de la televisión proveniente de la sala.

Sentía el entusiasmo crecer con cada minuto que pasaba, mañana iría al famoso Puente de los Suspiros, un lugar que he querido visitar desde que Hwanwoong se vino a vivir aquí; pero había otra razón para alimentar ese entusiasmo, y era que pasaría un buen rato con Geonhak. 

Pero aún no sabía porqué esa idea me entusiasmaba tanto.

Manual de lo prohibido [LeeOn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora