¿Y si solo nos enfocamos en el placer que nos da el vivir?
—Quiero que me enseñes a pelear —coloco mis brazos en mi cadera para luego alzar la vista y verlo mejor.
—¿Qué te hace pensar que yo se pelear? —sonrie a modo de burla.
—No solo lo creo sino que lo sé, si te contrataron para protegerme es porque además de ser un idiota sabes defenderte —ahora la que sonríe soy yo.
—¿Por qué no se lo pides a uno de tus juguetes sexuales? —se recuesta de la pared a su lado.
Pienso en Andreus y Athan, pensé en pedírselo a uno de ellos pues me sería más fácil aprender pero dudo que acepten además quiero joder un poco la paciencia de Adrián.
—Eso no te importa —muerdo el interior de mejilla— ¿Quieres o no?
Se lo piensa unos segundos en lo que me vuelvo impaciente y empiezo a golpear con mi pie el piso.
—Mañana a las cinco —declara.
—¿De la tarde?
—No, de la mañana —sonrie y regresa a la habitación en la que se encuentra Andreus.
Me va a hacer la vida imposible eso lo sé, pero yo necesito incluirme en todos sus planes ya que me conviene en sobremanera saber todo lo que pasa pues yo también necesito escapar de aquí.
No quiero ver a Axel como un enemigo y mucho menos tildarlo como tal pero él es peligroso y hay que estar siempre un paso por delante de él pese a que parezca imposible.
Avanzo en dirección contraria, no tengo ningún interés de volver a la habitación al menos no por ahora, quiero que Andreus piense las cosas, necesito que crea que soy capaz: ese malparido es demasiado terco y tengo el presentimiento de que si él no acepta Athan tampoco lo hará.
—Ta andaba buscando —estoy tan distraída que no me di cuenta en que momento Cassie apareció frente a mi.
—¿Qué pasa? —le pregunto al ver que tiene una expresión de susto.
—Algo raro está pasando —me agarra de la muñeca y prácticamente me arrastra con ella.
Pasamos por los pasillos corriendo y nos detenemos en uno no muy concurrido en el que un hombre bajo de estatura, piel trigueña el cual transmite orden con solo verlo, se encarga de mover unas cajas.
—No hay nada de raro en eso —le digo.
—Mira, no tengo mucho tiempo aquí, Bryan me hizo venir pues es uno de los lugares más seguros del mundo —hace comillas con las manos al decir lo último—. Pero mira.
Se acerca al hombre, lo golpea en la mejilla pero para mí sopresa no hace nada, ni siquiera la mira; Cassie incluso impide que agarre una caja pero él hombre va en busca de otra.
—Se llama hipnosis —su voz me hace tensar.
—Señor no sabía que estaba aquí —Cassie se aleja del hombre quien sigue en lo que hace.
—Hola —Arturo me pasa por el lado y se acerca por completo a mi amiga, aunque me da la espalda puedo ver como se arrodilla hasta la altura del vientre de Cassie—Ha crecido bastante—, levanta su mano como si quisiera tocarlo.
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Ryche. ©
Misterio / SuspensoEn un mundo de monstruos ser normal no es una opción. Casi siempre los planes fallan y te traiciona quien menos crees pero si hay algo que despierta la esperanza, es el querer que quien te hizo el mal pague por ello. Conoce está historia donde las a...