Yesterday.

Capítulo 1.

Las agujas del reloj parecían que no avanzaban nunca y todavía me preguntaba por qué escogí Historia del Arte como una de las asignaturas importantes en cuanto a la evaluación. Justo cuando el profesor terminó la explicación de las divisiones entre la vida y el mundo espiritual, sonó ese maravilloso sonido, que finalizaba las clases y deja a los profesores con la palabra en la boca. El timbre.

Decenas de alumnos corrían hacia lo que iba a ser el comienzo de su fin de semana entre empujones y gritos de alegría. Rebeca y yo salimos de clase como pudimos y nos dirigimos hacia la salida.
-¿Te vienes a comer?-preguntó ella mientras se ponía las manos en la tripa.-Conozco el bar de un amigo en el que hacen las mejores hamburguesas de la ciudad.

Sólo con oír "hamburguesas" y "queso" mi tripa empezó a rugir.
-Que va, tengo que ir a la oficina de mi padre, que hemos quedado para comer.

Rebeca asintió,me abrazó y acordamos vernos después de comer. Bajé las escaleras con intención de llegar sana y salva de los adolescentes hormonados que había por los alrededores. Pasé por una mesa llena de chicas y una de ellas me lanzó una mirada furtiva.

-¡Hombre Zenda!-rió-Creo que hoy te has superado, ya no llevas esos vestidos de tu abuela que tanto me gustaban.-comentó sarcástica.

La banda de chicas sin personalidad que tenía tras de sí se empezaron a reír a coro.

Decidí no meterme en una pelea absurda e inmadura y seguí mi camino hacia la parada de autobús más cercana. Me desplomé sobre el asiento metálico cubierto por un tejado rojo en forma de cúpula. Observé mis zapatillas rojas un tanto desgastadas, cubiertas por el barro causado por la lluvia torrencial de esta mañana, hasta que unas bambas azul chillón captaron mi atención y miré hacia arriba.

Bruno.

¡Hola! Bueno, lo primero, espero que os haya gustado este pequeño fragmento de lo que va a ser "supongo" una extensa novela. Soy muy primeriza en esto y la verdad, no sé cuándo y cómo finalizar un capítulo. Intentaré hacerlo lo mejor posible. Muchos Besos y ¡gracias por leerme!