Capítulo 17

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Sonia se sentó algo mareada. Se esperaba que Dante y ella hablaran, pero no esperaba ese repentino brote de sinceridad por parte de su marido.

Hacía algo así como una hora que había salido corriendo de casa y había acabado en casa de sus suegros. Por suerte para ella se había encontrado con Bianca directamente y esta la había acompañado hasta su despacho.

Al principio no se había sentido muy cómoda hablando del tema con ella, al fin y al cabo era la madre de Dante, pero le había demostrado una gran profesionalidad. Le había dado consejos sobre cómo mejorar la comunicación y también sobre como atraerle, sexualmente hablando. Eso había sido un poco perturbador, pero lo cierto es que le había dado algunas ideas.

Después habían hablado sobre el tema de los bebés. Bianca no le había contado nada concreto, solo que Dante tenía motivos justificados para sentirse reticente al tema de tener hijos, pero estaba convencida que si Dante hiciera algo de terapia podría dejar esos pensamientos atrás.

Cuando habían terminado la había acompañado a la habitación y le había prestado algo de ropa. Los pantalones le quedaban un poco grandes de cintura, pero le había colocado alrededor un bonito cinturón que le quedaba muy bien.

—El arte insinuar lo es todo cariño. Él está aquí, Tony me mandó un mensaje en cuanto llegó.

Luego Dante se la había llevado a su habitación y había empezado a hablar de un tirón y la historia era terrorífica la verdad.

—¿Mataron a su propio hijo? —Sonia lo miraba con expresión de horror.

—Sí. Les importaba más el dinero y la coca que el crío. Nosotros no íbamos a pagar e íbamos tras ellos, se sintieron acorralados. Yo tampoco creí que fueran a hacerlo, cuando amenazaron con matarlo pensé que iban de farol, pero no.

—Dios santo, lo siento muchísimo. No me puedo creer que nadie sea capaz de hacer algo así.

Sonia se puso en pie y se acercó a Dante, este la tomó por la cintura y la hizo sentarse en sus piernas abrazándola. Notaba como la respiración de su marido estaba entrecortada, le levantó el rostro y pudo ver que estaba llorando. Eso la rompió en pedazos, su pobre Dante, que había sido un completo capullo con ella hacía dos horas...

—Cariño no llores, ya pasó. Ella no está, no vas a tener que pasar por ello otra vez.

Sonia levantó el rostro de Dante y le secó las lágrimas y después lo besó. Sabía que eso no arreglaba su situación, pero era incapaz de no sentir empatía hacia él. Su marido, tan grande, tan fuerte y estaba allí llorando, encogido como un niño pequeño.

—Estás muy guapa, te queda muy bien esa ropa. —Le dijo más calmado cuando se separaron.

—Es de tu madre.

—Vale... eso es raro. —Esta vez ambos rieron. Deposito un suave beso en el escote, justo por encima de sus pechos.

—¿Dante? No creo que sea el momento, además tu familia estará esperando para comer.

Dante se echó a reír a carcajadas.

—Se nota que todavía no los conoces. Habiendo comida en una mesa no esperan ni a su madre. De verdad.

—Bueno será mejor que bajemos de todas formas.

Dante hizo un puchero y nuevamente la atrajó hacia él besándola. El besó se intensificó y ambos cayeron en la cama.

Cuando terminaron se quedaron un tiempo callados, abrazados, recuperando la respiración.

—Toda tu familia está abajo. Van a saber lo que hemos estado haciendo.

Saga Familia Gotti 7: Infierno (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora