Capítulo 9

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Al regresar a Hogwarts me llevé una increíble sorpresa. En la enfermería, ahora teníamos otro paciente, claro que este no era una estatua; Hermione estaba ingresada y con un gracioso aspecto con toques felinos.

La mayoría de la escuela también había notado su ausencia, creyendo al principio que había sido atacada como los otros, y arremetían con la enfermería sin descanso, buscando entrar para descubrir la condición inquietante de ella. Eran tantos los alumnos, que tuve que ayudar a Madame Pomfrey a colgar las cortinas de su propia cama para evitarle la vergüenza de que la vieran con la cara peluda.

Harry y Ron iban a visitarla todas las noches; cuando aparecía, susurraban entre ellos, debían estar ocultando la información del heredero de Slytherin. No entendía el porqué, después de irrumpir nuestra sala común, ya no tenían más pistas.

De todas formas, seguían actuando extraño y lo único que podía escuchar de lo que hablaban eran los deberes que Hermione les obligaba a traer desde el inicio de clases.

Pero debía ignorar eso; las clases, la asistencia a Pomfrey y el refuerzo en pociones, estaba agotando mi tiempo y debía aprovechar lo poco que me quedaba para seguir practicando mi oclumancia.

-¿Qué tal me fue hoy? -le dije a Luna. Caminábamos en el bosque buscando la forma de regresar al castillo.

-Mejor que ayer, supongo. Pudiste mantener el recuerdo por más tiempo, pero al tratar de cambiarlo, fallaste y tuviste que sacarme -Pateé unas hojas del camino, estaba agradecida y ofendida por su sinceridad-. Sigue siendo un avance.

-Tienes razón.

Me agarré de su brazo, estaba abatida. Los árboles llenaban el camino, agradecía ir con Luna, porque de estar sola, ya estaría llorando por no poder encontrar la salida. La luz se hacía más fuerte y los árboles se hicieron menos, hasta que el castillo se hizo visible.

Luna estaba hablando de unas criaturas que juraba haber visto en el camino.

-Si fue así, debiste decirme en ese momento. Yo también quería... -me trabé un segundo- verlas. -A lo lejos, pude reconocer una cabellera azabache y una pelirroja, estaban buscando algo y un segundo después, corrieron detrás de una pared.

Era extraño, me había encontrado con ellos con más frecuencia últimamente. Salía de clases y los veía en pasillos y rincones. ¿Tal vez... estarían vigilando a los Slytherin?

-La próxima vez debemos buscarlas y estudiarlas, seguro le gustará a papá que le enviemos lo que descubramos. -escuché la voz de Luna, la miré y me preocupé.

Se podría encontrar con ellos.

-Luna, me gusta el frente del castillo. Deberíamos rodear el lugar y entrar por ahí, ¿te parece?

Jalé su brazo y la llevé al lado contrario de los chicos.

-Es un poco tarde, deberíamos...

-¿Correr? -le dije viéndola sobre mi hombro- Por supuesto.

Me apresuré a llegar al otro lado, debía evitar que siquiera se encontraran. ¿Pensaran que estamos huyendo? ¿Les parecerá extraño?

No lo creo. Tienen cosas más importantes en las que pensar.

. . .

Narrador

-Lo notaste -decía Harry, atravesando los pasillos del castillo -. Está huyendo de nosotros.

El pelirrojo caminaba a su lado y se volvió a él, con una mirada llena de obviedad.

-Bueno, yo también huiría si tengo que esconder el secreto de una bestia que petrifica a las personas y gatos -levantó el brazo y elevó su voz cuando dijo:-, ¡incluso fantasmas!

Reencarné en La Cámara de Los SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora