No cedas o te arrepentirás.

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Asher

El olor de su perfume inundó mis fosas nasales y me tuvo en un estado de embriaguez, odié el momento en el que el chico interrumpió nuestra escena, mierda, estaban tan cerca. Lo que ocurrió después de esto, no lo tengo tan presente, solo se que estoy en medio de muchas personas, sudando, bailando, con una molesta erección por el espectáculo y la música retumbando en mi cabeza.

La melodía de una canción bastante sugerente hace temblar los vidrios de la gran mansión mientras todo el mundo esta bailando, besándose y haciendo cosas bastante agradables si fuésemos voyeur. Siento unas pequeñas y frías manos recorrer mi torso mientras se restriega bailando contra mi, bajo la mirada y capto unos hermosos ojos verdes con las pupilas dilatadas probablemente por el alcohol y el ambientes . Sonríe de manera perversa y sin temor a equivocarme cierro mis manos en su pequeña cintura guiando sus movimientos.

En un rápido movimiento la giro y pego su espalda a mi descubierto pecho, suelta un pequeño gemido y se mueve aun mejor, va a hacerme perder los estribos si sigue bailando así. El sudor recorriendo su hermosa piel blanca, sus labios entre abiertos y su cuerpo moviéndose como si fuera una diosa y el mundo tuviera que estar a sus pies.

-Ven, vámonos de aquí. Tengo algo tuyo. - su dulce voz inunda mis oídos.

No pongo la mas mínima resistencia cuando me arrastra entre todas las personas hacia el parking de la fiesta.

Sin mediar palabra nos encontramos frente a un auto jeep color negro, abre la puerta trasera y extrae mi sudadera negra que había olvidado por completo que estaba bajo su control, honestamente no esperaba que en algún momento me la regresara.

-No te la he reclamado.

-Ya, pero quiero devolvértela. - exclama poniendo la sudadera en mis manos

-Creí que la robarías. - una sonrisa juega en sus labios y eso hace que yo sonría sin intentar disimularlo.

-¿Tengo cara de andar robándole sudaderas a desconocidos?

-Tienes cara de muchas cosas, pero de verdad no la quiero de vuelta, puedes quedártela.

-¿Me la estas regalando?

-¿Tu crees? - ruedo los ojos poniendo entre sus manos la sudadera de vuelta.

-Se siente extraño tener algo tuyo y mas si no te doy nada de vuelta.

-No te estoy pidiendo nada a cambio, es una simple sudadera.

-¿Vas por ahí regalando sudaderas a cualquiera?

-¿Eres cualquiera? - exclamo arqueando una ceja.

Suelta una risita que luego sigo yo, tentando mi suerte me acerco un poco encerrándola entre mi cuerpo y el auto, todo esta oscuro y su sonrisa se borra lentamente mientras no despega sus ojos de los míos. Un paso mas, entreabre sus labios, otro mas, suelta un suspiro y estamos tan cerca que solo falta alzar mi mano para tocarla directamente.

Antes de que me gane mi tentación y la toque, veo en medio de la oscuridad como su mano se alza y toca lentamente mi pecho con sus suaves dedos. El toque me hace erizar y cierro mis ojos disfrutando de el.

Sin poderlo evitar tomo su cintura, la pego a mi pecho y aspiro su olor, no es dulce y no es hostigoso, es simplemente hipnotizador, no sabría describirlo, solo se que si en este momento ella me pide cualquier cosa, la haría sin pensarlo.

Alabama enreda sus brazos en mi cuello, se pone en puntillas y acerca su rostro al mío, tanto que puedo sentir su respiración en mi rostro, su aliente caliente chocando en mis labios y sin resistirme un minuto mas choco nuestros labios en un desesperado intento por sacármela de la cabeza de una puta vez.

Respira un poco mas fuerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora