Nueve años después
ANA POV
Despierto exaltada, me siento en la cama. Oigo unos gritos, me encuentro en la casa de mi hermana Regina hoy es 14 de febrero por suerte no tenía clase hoy en la Universidad. Ayer había decidido visitar a mi hermana y pasar un rato con ella, siempre los fines de semanas la venia a visitar, pero aproveché como al otro día no tenía clase por ser el día de los enamorados decidí pasarlo con mi hermana.
Me levanto de la cama, camino en puntilla hacia la puerta. Saco un poco la cabeza miro de un lado a otro todo estaba oscuro. Vuelvo a entrar en la habitación busco el celular y camino nuevamente hacia la puerta. Salgo enciendo la linterna, los gritos se hacía más fuerte, cuando llego a la sala no veo nada. Siento los gritos más fuertes, esta vez lo siento en la habitación de mi hermana Regina. La habitación de ella estaba al lado de la mía.
Abro la puerta lentamente, veo a Regina muy exaltada, escucho su voz llamando a mama y a papa.
—Mama, papa, donde están, —decía ella.
Me acerco a la cama y trato de despertarla, —Regina, despierta — decía mientras le tocaba el brazo suavemente, pero era inútil, ella continuaba llamando a nuestros padres y pedía auxilio. Fue en ese instante que supe que estaba reviviendo el accidente de hace nueve años donde perdimos a nuestros padres y por poco a mí también. Cuando desperté en el hospital, ella estaba a mi lado sosteniéndome la mano. Por suerte ella solo había sufrido unos rasguños y un brazo partido. Cuando me dijo que me había operado y tuvieron que sacarme el páncreas porque la hemorragia no cesaba y para sálvame la vida tuvieron que sacarlo. Ahora soy una persona insulina dependiente para toda la vida.
Me siento a su lado tomo su mano para calmarla. Apenas toque su mano y ella despierta de un salto en la cama. En cuanto me vio que era yo me acerque a ella y la abracé para calmarla.
—Tranquila Regina, ha sido una pesadilla, —decía mientras le daba unas palmaditas en la espalda para calmarla.
—De nuevo la misma pesadilla de siempre, ¡no!, —dije mientras ella asentaba con la cabeza.
Le di otro abrazo y nos tumbamos en la cama. Me le quedé mirando y empezamos a conversar. Sus ojos se veían cada vez más cansado hasta que se quedó dormida. Me le quedé mirando y acaricié su mejilla, no podía imaginar cuanto debe haber sufrido en ese día. La pobre ha ido a varios psiquiatras, es verdad que la ayudaban a calmar sus miedos, sin embargo, la pesadilla continuaba ahí.
No sé cómo ella ha podido sobre llevar todo, desde que murieron nuestros padres ella estado ahí para cuidarme. Y cuando querían separarnos en la casa de socorro, Regina luchó hasta el final para que no nos separasen. Le debo todo a ella, mi carrera, mi vida, en fin todo. Regina tuvo que dejar la Universidad para ocuparse de una niña que estaba a punto de entran en la adolescencia. Trabajo muchísimo para que no me faltase nada. Y la única forma de agradecerle todo lo que ha hecho por mí, es estudiando y estudiando. Estaba en segundo año de Medicina y estaba haciendo las prácticas en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón en Madrid.
No sé en qué momento me quedé dormida, cuando reacciono no veo a mi hermana. Empiezo a llamarla, la busco en el baño, en la sala, pero nada. Cuando voy a la cocina veo la nota de ella diciéndome que iba a correr. Voy al baño me aseo y vuelvo a la cocina a preparar el desayuno. En ese momento siento la puerta abrirse, era ella estaba toda sudada, parecía que había corrido la maratón. La veo acercarse a mí, apenas vi sus brazos abrirse y puede ver cuales era sus intenciones,
—No te atrevas acercarte así, estás toda sudada, ve a darte una ducha ya terminado de preparar el desayuno, —le dije mientras daba media vuelta y me decía de forma sarcástica
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Cara o Cruz
RomanceRegina y Ana son dos hermanas que apenas se llevan siete años. Sus padres murieron cuando Regina apenas tenía 18 años y Ana 11 años. Regina tuvo que dejar sus estudios y empezar a trabajar para que su hermana pequeña pudiera terminar sus estudios. N...