20 motivos para odiar a Zigor

1º Motivo: Su nombre

RAZON NUMERO UNO: SU NOMBRE.

La razón numero uno era completamente lógica y racional, a mi parecer.
¿Cómo podía no odiarse a alguien llamado de aquella forma? Era demasiado pretencioso, ostentoso y extravagante. Solo unos padres idiotas podrían ponerle ese nombre a su hijo. Y de unos padres idiotas, solo podía nacer otro idiota.

Observe, desde mi asiento en la parte trasera del aula, como Zigor Fisher se reía a carcajadas con su grupo de amigos. Cualquiera diría que era una escena completamente inocente, pero lo mas probable es que estuviesen riéndose de algún pobre estudiante al que acababan de atormentar por el simple hecho de existir en el mismo entorno social que ellos. Parece algo completamente sin sentido e injustificado: pero para Zigor, que disfrutaba de ver como los demás sufrían y se arrodillaban ante él, era el pan de cada día. Lo mas normal del mundo.
Sin embargo, debía reconocer que el nombre Zigor tenia cierto encanto. Era fuerte, masculino y violento: exactamente tal cual era él. Jamás lo admitiría en voz alta, pero la realidad es que Zigor era alto, atlético y muy atractivo. Por supuesto, aquellos rasgos quedaban opacados a causa de su horrible y despreciable personalidad (o al menos para mí, ya que al resto de las chicas del curso parecía no importarle en absoluto). Sus ojos casi siempre tenían un brillo sádico, sobretodo después de molestar a mi mejor amigo Cam, y le gustaba despeinarse el cabello rubio para parecer mas sexy y atrevido. Sin lograr su cometido, por supuesto (o eso me gustaba pensar).
-Lily.
Como si hubiese sido invocado, Zigor había aparecido repentinamente al lado mío. Apoyo ambos brazos sobre mi banco, inclinándose sobre mi de una manera un poco invasiva. Me apresure a guardar mi diario debajo del banco, para que no vea lo que estaba escribiendo, y alce la vista. Unos ojos negros me observaban con una mezcla de crueldad y diversión.
-¿Que quieres? -pese a que mi objetivo era sonar segura, provocativa e incluso un poco amenazante, la realidad fue muy distinta a la ficción: se me corto la voz y no pude evitar balbucear.
-¿Donde esta tu novio? -me pregunto, inclinándose un poco mas sobre el banco y, por ende, sobre mi. Una media sonrisa diabólica se dibujo en la comisura de su boca-. Tengo algo para darle.
Le lance mi mejor mirada asesina.

-Cam no es mi novio -me sentí en la necesidad de aclarar-. Y donde este no es problema tuyo. Mantente alejado de él.

Zigor lanzo una carcajada sonora.
-¿Intentando protegerlo? Que encanto -su tono era burlón. Sin embargo, de un momento para otro, adquirió un tono sombrío y se acerco tanto a mi rostro que pude sentir su aliento en mi rostro-. Dile que la próxima vez que lo vea, lo asesinaré. Y hablo enserio.
Sabía que hablaba enserio. Durante los últimos años, había visto a Zigor molestar a Cam en repetidas ocasiones, pero era la primera vez que veía aquella seriedad criminal en su expresión.
Dicho eso, Zigor camino nuevamente hacia donde estaba su grupo de amigos, como si nada hubiese sucedido. Mientras tanto, yo luchaba por respirar y controlar los nervios que comenzaban a invadir mi cuerpo.
La verdad es que el nombre Zigor Fisher me generaba escalofríos. A mi nunca me haría nada -de hecho, nuestros padres eran amigos, por lo que jamás me había tocado un solo pelo-, pero Cam era el objetivo constante de su maldad. Cam era mi mejor -y único- amigo, y la idea de que un matón como Zigor pudiese hacerle algo me aterraba.
Me pregunte que habría sucedido entre ellos.
Cam nunca me había dicho cual era el motivo de la especial fijación de Zigor hacia él. Se lo había preguntado repetidas veces, pero siempre buscaba evadir la conversación: "No existe un motivo, simplemente me odia", "Es un imbécil y no hay justificación para su imbecilidad". Pero yo sabia que había algo mas.
Zigor era un imbécil, si. Pero su obsesión por Cam a veces rayaba lo subnormal.

* * *

Al salir del colegio, Cam me estaba esperando. En la esquina contraria al lado al que solía ir Zigor, por supuesto. Mi mejor amigo era un chico alto, de cabello negro y piel pálida. Siempre usaba ropa negra y raramente se lo veía sin un cigarrillo en la boca. Cuando me acerque, estaba recostado contra la pared de forma despreocupada mientras ojeaba su celular.
-¿Porque no viniste hoy a clases? -le pregunte, sin siquiera molestarme en saludar.
Sus ojos negros inexpresivos se encontraron con los míos.