Un Oráculo perdido

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El camino se terció tranquilo y después  de muchas horas sin incidentes, al llegar al último punto, el llamado hogar, no estaba. Cansados y hambrientos suspiraron.

- Mierda. Ya se han ido. - Marina estaba más nerviosa de lo habitual. Y se enfadó - Hemos llegado tarde por tus meditaciones y tus ralladas. Como le pase algo, te juro que no te lo perdonaré.

Lula y Sergio se miraron entre sí, sin entender y sin comprender ese pequeño ataque de ira de su compañera. Marina era sosegada.
Indaga un poco más. Algo te esconde.

- Marina, la casa verde siempre está en movimiento. Lo sabes, esto nos ha pasado más veces. Si los otros oráculos de sangre, ven peligro, se trasladan. - Lula bajo del caballo y Sergio se quedó muy quieto observándolo todo - por favor, baja del caballo. Te he concedido 12 horas de margen, tengo hambre y estoy cansada. Y creo que tienes algo que contarme.
Ambas tenemos que meditar y encontrar el camino a casa. Y sino eres sincera, yo al menos, no lo haré.
Marina escuchaba silenciosa. Sabia que debía hacer. Tenía más miedo a la decepción que a la pérdida.

- No comprendes nada.- bajó del caballo, estalló y comenzó a llorar. Recibió un abrazo cálido de su amiga y poco a poco se fue calmando.
- Nos miente.
- Tranquilízate, lo tengo todo controlado.
Y entre sollozos, Marina contó su premonición.

" El humo lo tapaba casi todo. Un hombre grande y fuerte cogía de las solapas a uno de los protectores. Estaban en una colina pequeña. El protector le miraba asustado. No parecía que tuviera nada roto en ese momento, pero tampoco utilizaba su don. El tiene un gran Don. Y estaba asustado, temblando. Y solo llegue a oír una frase mientras me despertaba. Lula, donde estas."
Sergio aprovechó a dejarlas espacio mientras buscaba algún rastro.

- ¿Y porque no nos contaste esto antes?
- Sergio lo sabía.
- ¿Se puede saber por qué narices me habéis ocultado esto precisamente a mi? - Alzo un poco la voz, pero se relajó rápidamente, cualquier alteración podía hacer que su otro yo reaccionara.
- Lo siento ¿vale? Lo siento, ese protector. Es mi protector, estamos juntos.
- Ya sabía que estabas con alguien. Yo sé muchas cosas. Por desgracia. - Muy graciosa. Te informo que está a punto de decirte algo que no te va a gustar, a mi no me gusta.
- Pero no sabes quien es. - Marián sentenció, mientras Lula debatía con Karmi
- No, ese dato no lo sé. - mierda, mierda. - Ahora te tranquilizas tu. Respira.
- Es Matías.
Y Lula recordó como le maldijo hace tiempo por incumplir las normas de la casa verde.
Recordó como, después de apresarle y castigarle, le cogió el brazo fuertemente y cambió su destino para siempre.
"Te maldigo Matías, te maldigo durante el tiempo suficiente para que compenses el daño afligido, ni yo misma podré quitarte la maldición. Tu suerte es mía, y tu destino está sellado. No volverás a amar, nadie podrá amarte, tu fertilidad y tu sexualidad dependerá de un solo ser. Un ser que no soy yo. Tú mitad, esa que está por llegar, será la única que podrá curarte."

Lula levantó la vista y el recuerdo se esfumó. La maldición de un violador había caído.
Hace tiempo que perdí el control sobre el.
- Ese... - no sabía ni cómo describirlo - ese ser, ¿es tu pareja de sangre?
- Si, rompí la maldición hace tiempo.
- Y cuánto tiempo, si puede saberse, ¿llevas ocultándomelo?
- Lo siento. - avergonzada, enfadada y triste, preocupada por Matías. - Ha cambiado. Es mi compañero. Y ahora mismo no le siento. No siento su poder.

- Tenemos trabajo. - Mi voz interior
- Lo que tenemos que hacer es volver a casa, encontrar a Matías y buscar otro oráculo. Te Insto a romper el vínculo con Marina, no quiero malos karmas. Solo rompe los
Vínculos.
- Se merece un poco de Karma. Es marina y te ha traicionado.
- NO, justamente porque es Marina.
- Te ha mentido. Algo debemos hacer.

- ¿Lula? ¿sigues conmigo? - Marina comenzó a temblar y sintió como si algo se rompía dentro de ella. Observaba a Lula meditar, seguramente con su otro yo, y sabía que la había perdido como oráculo, esperaba poder recuperarla como amiga. Algún día. Lloro de nuevo por lo perdido y lo que estaba por llegar.

Lula abrió los ojos de golpe y la miro fijamente. Marina intuyó un castigo, la traiciòn, le cogió la mano fuertemente,la energía brotó, y ella Lloró de nuevo.

"No volverás a ser oráculo de nadie. Ni de nada nunca más. Y durante 3 meses, Solo podrás ver lo que mereces ver, tus noches se tornarán oscuras. Te maldigo Marina". "tu, mi amiga, mi confidente, mi paño. Mi oráculo. Me has mentido y ocultado informacion. A ti, te elijo yo tu castigo como compañera de sangre."
Mi voz interior terminó la frase en mi cabeza. Solo para mi. "Esta es vuestra última misión juntas. Encontraremos a Matías y nuestro hogar. Pero No volverás a verla."

Lula se entristeció también. Ambas se miraban. Intuyendo muchas cosas rotas entre ellas.

Sergio apareció con el caballo, al galope y les gritó. Sintió algo entre ellas, pero el solo protegía. No se metía en problemas. Tenía ganas de llegar a casa.
- Nos han dejado un rastro. El viento nos guía. Hacia el norte.
Al norte. Nuestro destino está cerca - oí eso en mi cabeza al mismo tiempo que lo decía Sergio.

El círculo de la sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora