Villancicos

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Existen pocas cosas más raras que encontrarse con la persona que más odias en el mundo, sentando en una banqueta cantando música navideña pero de alguna forma Dazai vio a Chuya, ebrio a más no poder luego de posiblemente salir de la fiesta navideña de la Port-mafia.
No era la primera, ni la última vez que aquel joven de sombrero considerará que no era importante contar sus tragos, más considerando su poca resistencia al alcohol,— ¿Qué pasó pequeño gnomo? ¿Santa no te quiso dar un aumento de sueldo por hacer los juguetes? — comento divertido en un intento de burlarse del borracho que ahora mismo cantaba Feliz navidad.
— Feliz Navidad, Feliz Navidad, Feliz Navidad próspero año y felicidad. Feliz Navidad, Feliz Navidad, Feliz Navidad, próspero año y felicidad — esa era la letra pero la forma en que cada palabra estaba más junta que la anterior y que posiblemente llevaba ya cinco minutos cantando solo esa estrofa era claro que no recordaba la letra en la absoluto,— Siempre es así todos los años —.

***

« Desde que le permitieron a Nakahara Chuya tomar era obvio verlo ponerse tan ebrio que simplemente se subía al escenario a cantar villancicos navideños, su voz para el canto de buena, eso ni el propio Osamu podía negar pero su estado alcoholizado le impedía por completo hacer un buen trabajo además que ya arriba del escenario hacía pasos extraños que nadie estaba seguro si bailaba o nuevamente Dazai había puesto gusanos dentro de sus pantalones. Era algo que el joven castaño no podía definir si era realmente algo bueno o malo de ver, era gracioso al principio hasta que a Nakahara se le ocurría tomarlo como ¿pareja de baile? No estaba segura que casi le rompieran su espalda mientras le hacía la quebradita con jingle bells versión cumbia, aún hoy seguía teniendo problemas de espalda por eso. Todos en la sala escucharon como la espalda de Dazai hacía un ruido similar a una cebollita dando vueltas antes de consumirse por completo. »

***

— Eso no fue baile, fue lucha libre — se quejó, recordando que cuando su cuerpo hizo ese ruido, Nakahara lo soltó al suelo antes de caer sobre el como si fuera alguna clase de costal, nos había dejado de cantar música navideña, por otro lado el otro miembro del soukoku pedía ayuda como nunca lo había hecho y no volvería a hacer en su vida, pero Mori estaba demasiado ocupado presumiendo el vestido de Elise apensar de que todo el mundo lo había hecho, por otro lado Kouyou intentaba no partirse de la risa, pero fuera que aquello era una obra de arte de ver o que estaba muy ebria para pensar en su glamour, era cierto que fue hasta que Chuya se quedó dormido encima suyo para finalmente detener la paliza,— Fue mi última navidad en la mafia — recordó antes de ver con atención a su ex compañero, abrazaba con fuerza su sombrero, mientras que su saco debía haberse perdido en algún lado. Ese sería su último año antes de poder solicitar para la agencia de detectives, ese sería el trabajo donde salvaría personas, no había visto a Nakahara, ni a nadie de la organización portuaria en todo ese tiempo, ese encuentro había sido solo pura coincidencia, salió para pasar un rato en la tumba de su amigo Odasaku, el cual fue el encargado de quitar de encima a Chuya.

***

« — ¿Estás bien? — preguntó y aunque parecía estar serio era obvio que contenía las ganas de reír, Ango estaba igual,— ¡¿Por qué no me ayudaron?! — cuestionó mientras buscaba recuperar el aire perdió en sus intentos de defensa, Chuya sobrio era fácil de leer, Chuya ebrio era un misterio.
Sus amigos lo habían abandonado en ese momento,— Parecias divertirte — comentó Ango, era una posible venganza por estornudar en uno de sus portafolios de trabajo. Estaba por quejarse diciéndo que parte de eso le había parecido algo divertido para alguien que despreciaba el dolor, pero antes de darse cuenta, Oda se quitó la gabardina que traía para el frío y la puso sobre el muchacho de sombrero,— No podemos dejarlo en el suelo frío... — fue todo lo que dijo. »

***

No pudo seguir divagando en los recuerdos de su época en la mafia ya que debía irse, suponía que alguien (posiblemente Akutagawa) debía estar cuidando a Chuya y lo que menos quería era volver a tener que involucrarse con la mafia estando tan cerca su oportunidad de cumplir la promesa de su amigo, ser una buena persona.

***

— ¡Chuya-san! ¡No corra cuando ya conseguí un taxi! — llamo Ryunosuke al encontrarse con su superior dormido,— ¿Y esto? ¿Dónde dejo su chamarra?... — pregunto Akutagawa, aunque sabía que nadie le contestaría quién había puesto esa prenda sobre Chuya que seguía cantando aún estando ya dormido,— Bueno, vámonos, conseguiré otro taxi — dijo el portador de Rashomon intentando llevarse a su superior.

***

— La gente buena ayuda a sus enemigos... Creo... —.

Estás son las brujitas o cebollitas ¿Ustedes cómo las conocen?

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Estás son las brujitas o cebollitas ¿Ustedes cómo las conocen?

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