NOTA DE AUTOR. LO SIGUIENTE QUE LEERA SERA UNA SERIE DE TEXTOS EROTICOS Y VULGARES, Y ES RECOMENDABLE QUE DESPUES DE LEERLO PROCEDA A VER ALGO QUE REPRIMA TALES PENSAMIENTOS.Â
Disfrute
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Alcina habÃa comenzado su dÃa con un sueño placentero que ella nunca antes habÃa experimentado. Esos pensamientos y sueños tan Ãntimos le habÃan mostrado cosas que ella sintió con un gran placer. Pero tales sueños vinieron con un gran precio. Su ropa interior de tela negra habÃa sido mojada durante la noche, pero no exactamente de orina. Sus ropas intimas estaban mojadas de un liquido traslucido que ella nunca visto, incluso cuando ella era humana.
A pesar de que esas ropas intimas estaban mojadas, ella se sintió feliz, muy a pesar de también recordar la parte donde Miranda arruinaba su sueño.
"Necesito una ducha" Dijo Alcina mientras se retiraba su vestido de seda roja. "Olga se encargará de esto" Alcina pensó. Solo sus dos sirvientas principales podÃan lavar sus ropas.
Alcina se pondrÃa uno de sus tantos vestidos blancos, de igual manera ese vestido ya seria lavado.
Finalmente ella saldrÃa de su cuarto.
Ella camino por el pasillo de su torre, donde ella habitaba. Después de uno cuantos pasos, aunque para cualquier mortal serian varios pasos.
Ella camino hacia la parte donde se conecta la torre con el resto de su castillo y finalmente entrarÃa abriendo las dos puertas.
Para su delite, habÃa una sirvienta limpiando una mesa, la sirvienta quedo sorprendida al ver a su ama despierta.
"Buenos DÃas, mi ama" Dijo la sirvienta mientras bajaba su cabeza ante su señora.
Alcina vio como la joven rindió pleitesÃa para ella, "seguramente Mariana y Olga la educaron bien" pensó Alcina.
Para Alcina, sus sirvientas eran las abejas y flores de su panal que era el castillo, no cualquiera de las muchachas de la villa podÃa trabajar en su castillo, aunque claro, ninguna joven trabajaba voluntariamente para ella, todas eran contratadas al azar y traÃdas bajo amenazas y por la fuerza. Sin embargo habÃa excepciones como lo son Mariana y Olga, las sirvientas mayores que han servido al castillo por casi 30 años cada una. Luego estaba la joven Lupu, quien ya no era necesaria, pues ya habÃa alguien que habÃa tomado su lugar.
"Si que lo son." Dijo Lady Dimitrescu al acerarse a la joven. Esta joven era de las nuevas muchachas que habÃan llegado hacÃa unos dÃas. Sus hijas le habÃan informado el sabor que cada una tiene. Era hora de que Alcina tuviese su bebida predilecta.
Alcina tomarÃa del hombre de la adorable sirvienta quien temblaba ante la fuerza de su señora.
"Mi hija Cassandra dice que tienes un sabor dulce, querida." Dijo Alcina mientras acercaba su rostro al de la joven de pelo negro y a la vez sus colmillos crecÃan.
La joven ya le habÃa servida de su sangre a la señorita Cassandra y a Daniela. Ella sabia como eran los métodos de Cassandra, los cuales eran mas bruscos y bestiales mientras que con Daniela eran más soportables.
Peor ahora, quien succionarÃa su sangre esa mañana seria la propia Lady del castillo.
Pronto, el rostro pálido como le mármol de Alcina se acercarÃa al cuello de tez blanca viva de su sirvienta.
Esta sirvienta olÃa bien, como debÃa ser. Alcina habÃa instruido a Olga y Mariana sobre la higiene. Ella no succionarÃa la sangre de alguien con le cuello sucio o apestado.
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La Dama y el Forajido (Erron Black x Lady Dimitrescu)
FanfictionErron Black se había quedado sin suerte en OutWorld. Después de que su último jefe fuera asesinado, el mercenario tomó la decisión de regresar al EarthRealm, más específicamente al cálido estado de Texas mientras la situación se calmaba. Sin embargo...