*・゚*。 ᶜᵃᵖᶤᵗᵘˡᵒ ᴵ *・゚*。

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Fue un día cuando lo sintió, era una sensación extraña pero a la vez tan reconfortante y agradable.

Estaba en el campo de entrenamiento con los nuevos discípulos y lo supo, el hormigueo en su vientre y la presión en su pecho dificultaba un poco su respiración; aunque al principio no supo bien que pasaba, después de calmarse entendió aquel sentimiento.

Era un embarazo.

Pero no el suyo claramente, sino el de su hermano que había vuelto a la vida hace no más de 2 años y se había comprometido con Hanguang-jun, por encima de todas las dificultades ambos supieron sacar adelante su relación y este era el resultado, su primer hijo.

Aunque aún prevalecía el recelo de los demás cultivadores por su camino hereje, los comentarios habían disminuido casi en su totalidad y el Patriarca de Yiling pudo integrarse nuevamente a la sociedad bajo el ala de la secta Gusu Lan, cortesía de su esposo.

Desde que su hermano volvió, no tuvieron oportunidad de conversar adecuadamente y los malentendidos no pudieron ser resueltos, por ende su relación está igual a cuando se separaron, incluso empeoró.

Después del asedio a los túmutos funerarios, liderado precisamente por él, se ocupo mayormente en reconstruir su secta y en fortalecer su relación con los otros líderes por el bien de la prosperidad de su hogar. Aunque esto último pudo no tener buenos resultados, ya que, o le tenían miedo o lo odiaban.

Luego de que todo aquello pasara y las cosas se calmaran pudo pensar y reflexionar con claridad, en sus padres, su hermana, su venganza, su odio, su resentimiento y por encima de todo, su hermano.

Siempre pensó que estarían juntos dirigiendo su secta, él como líder y el otro como su mano derecha, los orgullos de Yumeng. Pero no fue así y terminó cargando con todo el peso solo, debía cumplir con sus responsabilidades y no dejarse llevar por tontos sentimientos.

Debía de castigar al enemigo del mundo de la cultivacion y eso no impediría que se alzara contra su propio hermano, aquel que juró proteger y que juró protegerlo, juntos. Lástima que las cosas no resultarán de esa manera.

No sabía quién de los dos fue el primero en romper aquella promesa, si él por no protegerlo aún si eso significaba ir en contra de todo el mundo, dejando de lado el bienestar de su hogar y sobreponer su hermandad; o el otro por dejarlo de lado queriendo ser un héroe y proteger a los remanentes Wen buscando seguir sus ideales.

Tenía tanto en que pensar.

Le tomó 5 años llegar a la solución. Al final todo había sido su culpa, los Wen lo habían ayudado en su peor momento de debilidad y el no supo devolverles el favor que le hicieron, dejándolos morir miserablemente y en el fondo regocijarse de ello, de la victoria conjunta del mundo de la cultivación por acabar con el mal.

¿Qué mal? ¿Cuál había sido el error?

Fueron 5 años en los que pudo ver el panorama real de la situación, la frágil relación con quien alguna vez fue su hermano fue fracturandose poco a poco por las muchas palabras dichas y no dichas, no surgió de la noche a la mañana, todo fue alimentado por su sentido de inferioridad y su competencia unilateral de ver quien es mejor, terminando así en solo rencor y sufrimiento.

Ahora ya no podía hacer nada, los siguientes 8 años pudo darse cuenta de ello, su hermano había muerto y el culpable sólo era él; no importa si su espada no fue la que se clavó en su pecho aquel día, no importa si al final no fue él quien le quito la vida, solo importaba el hecho de que fue él quien lo empujó a tomar esa desición y se arrepentirá siempre por ello.

Tal vez la muerte de su hermana y el esposo de esta fueron también detonantes importantes, tal vez Wei Wuxian no pudo soportar el dolor de verla caer frente a sus ojos por protegerlo y decidió acabar con todo. Esta también fue una verdad dura de aceptar, que su querida hermana se haya interpuesto para proteger al otro aún a costa de su vida y el bienestar de su pequeño hijo; no fue tan sorprendente como hubiese querido, porque en el fondo la sabía. Aunque ella siempre los había tratado a los dos por igual, su prioridad siempre fue Wei Ying.

¿ᴬᶜᵃˢᵒ ᶰᵒ ᵉˢ ˢᵘᶠᶤᶜᶤᵉᶰᵗᵉˀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora