Capítulo 1. Constelación

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La música suena en el nuevo departamento, ella a aceptado vivir conmigo, una chica realmente cariñosa y atenta, que me ha aceptado, a pesar de todas mis etapas de inmadurez y estupidez.

Aceptó todo ese conjunto de defectos que suelo ser, sin duda es la única que sin duda alguna me ama.

Ella acomoda todo, cada una de mis cosas, sin querer sale un cuadro, donde aparezco, una pintura al óleo, de mi espalda desnuda, ella lo halaga, le encanta mirarlo con detenimiento, aunque sabe la historia que lo rodea.

Hace algunos años un chico lo pintó para mi, fue un regalo de alguien importante para mí, que decía que mi espalda era un conjunto de constelaciones, una galaxia que el había descubierto, una metáfora hermosa de una espalda, con lunares por doquier

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Hace algunos años un chico lo pintó para mi, fue un regalo de alguien importante para mí, que decía que mi espalda era un conjunto de constelaciones, una galaxia que el había descubierto, una metáfora hermosa de una espalda, con lunares por doquier.

A mi, viene su sonrisa y aquella pintura, perfectamente enmarcada, con un moño, como regalo de cumpleaños, sus labios rosas me dicen un feliz cumpleaños, aun me inquieta pensar en el.

Amé a alguien, tanto que me hizo descubrirme a mi mismo, cuando no buscaba nada, a su lado confirmé lo que tanto sospeché en mi adolescencia, con el me di cuenta que los hombres me atraían igualmente, con el supe lo que el amor entre personas del mismo sexo puede significar, sus brazos rodeaban mi torso, cuando paseábamos en mi motocicleta por la ciudad, el era un chico realmente importante para mí, sus brazos rodeaban mi torso, su cabeza se acostaba en mi hombro, el era, el chico que abrazaba mi espalda.

Aquel chico que amé de verdad, me quedo mirando aquel cuadro, ella ríe nerviosamente, le he contado todo, ella sabe perfectamente que en mi historial, he podido tener sexo con hombres y mujeres por igual, aun así ella me ama y me abraza con amor.

Por mi cama han desfilado chicos y chicas por doquier, pero en mi corazón, solo alguien entró, el autor de aquel maravilloso cuadro que aún atormenta mis sueños.

Ella está feliz, baila con la música que suena en el departamento, y sin quererlo comienza a buscar en su play list, una canción que dice se le ha pegado, ante la cercanía de su mejor amigo.

Lo menciona a menudo, crecieron juntos, pero por alguna extraña razón, no supo de él por años, recuperó su amistad hasta hace unos meses, debo confesar que el trabajo acomulado en mi oficina, me ha hecho dejar a un lado a mi preciosa novia Mila Babicheva, me he perdido de esas anécdotas que de seguro tiene a su lado.

He medido su dedo anular mientras dormía, me he cuestionado si ya es momento de dar el paso, y formar un camino a su lado, pero el miedo carcome mi ser, un día quise vivir con alguien, el termino huyendo de mi y de mis ganas de formalizar, y ahora su recuerdo está impreso en aquella pintura, que Mila ha acomodado en nuestra sala.

La melodía comienza a sonar, no pongo atención a la letra, hasta que aquella canción es repetida de nuevo, se le ha pegado a petición de aquel amigo.

Me quedo a solas en la sala, escuchando la historia que relata aquella canción, una chica que le pide a su chico le quite el aliento, mientras se pasea abrazándose a él, en una Harley.

Aquello me trae recuerdos, alguna vez yo tambien tuve a alguien sujeto a mi, mientras paseábamos por la ciudad suspiro, tocan la puerta, el camión de la mudanza a llegado, ha comenzado a llover, los muebles son bajados con cuidado pero con prisa, amenaza con ser un día de lluvia, eso es melancólico, me hace recordar, aquel momento donde fui abandonado, una tarde igual.

Ella sale dándoles bebidas a los chicos de la mudanza, ella es un ángel que conocí un día menos pensado, trabajo en una compañía de viajes, y la conocí mientras aquella chica planeaba su viaje de luna de miel.

No tuvo boda y terminé siendo su compañero de lágrimas, fue mi primera clienta, a los dos nos habían abandonado.

Los muebles comienzan a ser acomodados, jamás pensé que mudarse fuera una tarea maratonica, mis brazos y hombros me duelen, ella me da un masaje, mientras trato de descansar - tranquilo amor, vendrán con ayuda - me dice antes de darme un beso en la mejilla.

Suena su teléfono, me quedo de nuevo solo, me siento en aquel sillón, recién desempaquetado, mientras aquella canción vuelve a repetirse como una maldición, comienza a sonar por si sola en mi cabeza, me levanto dispuesto a detener la música.

Cuando el timbre vuelve a sonar, abro la puerta, un chico dandome la espalda, vestido de negro, con una capucha está frente de mi - Buenas tardes, qué desea? - pregunto, el se voltea dejándome ver su rostro, siento que el mundo se ha detenido, siento que todo ha quedado en pausa, he dejado de escuchar, he dejado de sentir, frente a mi, el chico que abrazaba mi espalda.

Todos los recuerdos vienen a mi, como una lluvia torrencial, lo veo frente de mí, parece más una tornado que una lluvia.

Los recuerdos me inundan, el a mi lado amaneciendo con la luz del sol entrando por la ventana de mi viejo departamento, su cabello negro alborotado, y yo rodeándolo en mis brazos, el se acomoda en mi pecho ríe escuchando mi corazón.

Estoy totalmente inmerso en todos esos momentos, donde sus brazos rodearon mi torso, mientras veíamos llegar a la noche, en las afueras de la ciudad, donde jugábamos a ser grandes, para después perdernos en la oscuridad de mi habitación, donde el besó cada lunar de mi espalda, donde el mencionaba mi nombre para arañar mi espalda, momentos que ahora están frente a mi, presentándose uno a uno, regresando a mi con más fuerza, golpeandome aún más fuerte.

El está frente a mi, sus ojos están abiertos en señal de sorpresa, para el también se le ha detenido el tiempo, ambos nos hemos quedado en silencio, mirándonos fijamente, no puede sostener su mirada, Mila sale de la cocina, con su teléfono en la mano - Viktor... Ha llegado mi mejor amigo - lo abraza con fuerza - es mi mejor amigo Yuuri Katsuki.

El Chico Que Abrazaba Mi EspaldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora