Tierras Blancas

9- Espera, ya entenderás

El camino sinuoso de las montañas ya era reconocido y predecible para Yuri y su escuadrón, pero eso dejaba al joven ojos de serpiente en desventaja. Introducirse por aquellas rutas era lo ideal si querían emboscar al grupo de Joel.

— Los tejones se preparan para salir...— Entre los árboles y los arbustos a penas podían notarse los ojos del grupo, sin embargo, ellos veían todo.

Yuuri miraba con regocijo aquella algarabía del pueblo a los pies de la montaña, desde allí arriba, podía notar con cierta nostalgia como los aldeanos decoraban sus carretas con flores falsas, dibujos del sol, de hojas y flores, el regreso de la primavera, finalmente tierra fértil e iluminada para sus cosechas antes de un nuevo invierno; le recordaba a su propia tierra... Las celebraciones de primavera se abrían junto a los cerezos y el sake abundaba cada noche mientras los pescados se ahumaban junto las fogatas de la playa, las ollas de hierro de todas las casas de unían en un sector y calentaban los guisos más deliciosos para compartir un festín con cada uno de los habitantes, los niños corrían peleándose por ver quien tomaba las primeras frutas en miel que preparaban las bailarinas del pueblo y Yuuri, junto a los monjes, se reunián junto al viejo líder tras la celebración y el banquete, para así leer el cielo y predecir la fortuna del pueblo...

— Solo se quedaron algunos jóvenes y los guardias del puerto... — Observo Jean, Yuri hizo un par de señas, e inmediatamente el grupo comenzó a moverse, ya que Yuuri no había entendido, uno de los integrantes del escuadrón le tomo del brazo y obligo a moverse.

Quien le guio era Chris, un muchacho de cabello rizado de un peculiar color castaño claro, sus ojos eran de un fuerte color verde y su piel trigueña llamaban la atención de quien se le pusiera en frente; a pesar de estar en el escuadrón de expedición, a menudo, tras los entrenamientos se le podía encontrar en el massin, ayudando a la elaboración de prendas, solo por ello Yuuri se había acercado y familiarizado con él. Chris tenía una personalidad que le hacía brillar, sus movimientos siempre eran seguros y determinados, no tenía a hablar, vida que a Yuuri aún le complicaba pues, Gigen, Uthgar y Viktor, le tenían una gran paciencia para entenderle, pero el resto del pueblo aún no, Yuuri aún tenía momentos en que se avergonzaba simplemente pidiendo la ración de granos que eran para él y su familia cada mes o consultando en la herrería si podía hacer uso de algún espacio... En esos mismos momentos Chris entraba sin temor ni vergüenza pidiendo en voz alta qué necesitaba.

—No le temas a la gente del pueblo, te ven extraño porque actúas como un extraño— Le aseveró Chris entonces.

— Aún no sé cómo actuar ante el resto...

— ¿Cómo es que actúas con Uthgar y el jefe? 

— Es distinto...— Se sonrojo Yuuri.

— Claro que no, todo es parte del mismo hogar aquí — Yuuri no lo entendió en ese momento.

El agarre de Chris en su muñeca paso a su cintura cuando tuvieron que esconderse en un recodeco entre las rocas a la orilla del cerro. Aunque la mayoría del pueblo de Tejones de Nieve había viajado hasta Aves Blancas, un grupo de guardias en el puerto, jóvenes cazadores y centinelas, quedaron montando guardia... y tenía sentido.

— ¿El espacio personal ya no es un problema, verdad?— Se burló el de ojos verdes, ya que Yuuri al recién llegar reaccionaba de sobremanera ante acercamientos bruscos y era normal verlo siempre sonrojado o con la mirada baja intentando sopesar su nerviosismo.

Chris y Helim se hicieron sus acompañantes mientras seguían su camino cero arriba, este ultimo había pedido especialmente unirse al equipo de expedición tras saber que Yuuri iría con ellos.

— Acamparemos aquí, que cinco se queden armando las tiendas y haciendo el fuego junto conmigo, el resto asegúrese de cazar algo bueno ahora la cena. Katsuki se queda— Con simples miradas el grupo se organizó y separó rápidamente, Yuuri fue obligado a quedarse a un lado, la herida en su pierna y cadera aún no sanaba del todo, así que Yuri, como capitán, considero mejor el dejarlo a un lado.