CAPÍTULO 20

1.2K 132 39
                                    

EL HONOR DE UNA DAMA.
CAPÍTULO 20.
⚔️⚔️⚔️⚔️

Entre dulces besos ella se siente como flotar en el inmenso océano, las manos de ese joven la sostienen, se siente fuerte, que puede batallar con el mundo entero. Que colisionaron en ese instante de tiempo y espacio solo para ese momento en donde podían mirarse a los ojos, y sonreírse.

—Eso fue... —Candy dirige una de sus manos al rostro de Terry, está pálido y sudoroso, y con el solo contacto tiembla. Mantiene sus manos enredadas en el pelo de Candy, jadeando cerca de la boca de la chica con ganas de más.

—¿Pasa algo?

—Es que... no sabía que un beso podría sentirse así... —Dice la chica entre jadeos, Terry acaricia su nariz con la suya, y eso provoca que ella se estremezca entre sus brazos.

—¿Nunca te habían besado? —Pregunta Terry sediento de más. Sin embargo, la respuesta de Candy lo deja helado.

—No —Aun con las luces de las lámparas Terry pudo notar el dulce sonrojo que se había hecho en el rostro de Candy —Nunca me habían besado.

Aquello lo dejo helado, él había sido el afortunado que había osado obtener un beso de ella. Quería seguir haciendo eso, se sentía tan genial besarla, era como probar un dulce único y singular, uno que no quería soltar jamás.

—He de sentirme alagado entonces.

—Se siente tan bien.

—Un beso es capaz de mandarte al cielo o al infierno —Es la respuesta del joven sin dejar de acariciarle las mejillas a Candy —Yo estaría dispuesto a ambos.

Candy sonríe ante esa aclaratoria, mira a los ojos al joven ladrón que esa noche había osado robarse algo importante.

—Yo... no puedo explicar que se siente esto.

—Yo menos, pero se siente lindo que alguien como tú le pida besos a alguien como yo.

—¿Alguien como tú?

—Si. Alguien que tuvo la desdicha de robarte sin pensar que serías tú la que se ahora se roba mis pensamientos —Dice entre risas —Quería en verdad robarte ese beso.

—¿Antes del callejón?

—No lo sé. Pero agradezco ahora haberlo hecho.

Terry le da un beso en la frente, y continúa en su labor de bajarle la temperatura. Si, quizás Stear tenía razón y ahora estaba navegando en las aguas más peligrosas en las que un hombre podía aventurarse, y de las cuales no tenía escapatoria alguna. Al final, ambos se quedan dormidos disfrutando de la compañía del otro. De que por un momento puedan olvidar las tragedias del exterior.

......
Por varias horas, Stear había tratado de analizar en donde había visto el rostro de esa chica que el joven ladrón al cual conocía como Lince desde hace unos años llevo a su consultorio clandestino. Ese era el detalle con la amnesia, buscaba entre el montón de lagunas algún indicio de esa chica.

Quizás tenía que ver con su vida pasada.

Solo tenía un indicio "Stear" y era porque era de las pocas cosas que traía encima cuando fue encontrado, una carta que decía "Querido Stear..." del resto, tinta corrida por sangre y quién sabe que más.
Esperaría a que ella despertara y le preguntaría lo que fuera, quizás lo conozca y sepa quién es.

—Madge —Llama a la anciana del otro lado de la habitación —¿La chica sigue dormida?

—Si. El muchacho también, me parece que son una linda pareja.

EL HONOR DE UNA DAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora