Levi piensa que el aire fuera de las murallas es más frío. Como si el rápido andar de los titanes pudiera revolver los átomos de la atmosfera y causar que estos se enfriaran. O quizás es el miedo de los soldados, el mismo terror que lo inunda a él en cada expedición, que congela las partículas y las hace extremadamente difíciles de respirar, como si clavaran cientos de cuchillas en la garganta. El galope del caballo le cansa las piernas y el esfuerzo de mantenerse concentrado, mirando a todas direcciones le está dando dolor de cabeza. Se alegra tremendamente de que no se hayan reportado accidentes durante el viaje porque así está seguro de que su pareja se encuentra bien al centro de la formación.
Erwin también siente el frío, el miedo, las cuchillas, lo percibe todo, y a eso le añade la responsabilidad del título de Comandante y el vínculo formado con su Capitán, el corazón le late a velocidades preocupantes. Hasta el momento el reconocimiento va viento en popa, ningún muerto, pocos heridos y el camino despejado hasta el siguiente punto donde intentarán descansar.
El Cuerpo de Exploración está probando una nueva formación diseñada para viajes más largos, y a pesar de que fue él quien la inventó, su posición queda muy alejada a la de Levi. La humanidad no se puede permitir perder dos de sus mejores soldados al mismo tiempo. Sin embargo, esto no evita que piense en él. En las otras expediciones, cuando viajaban juntos, iban conversando discretamente, manteniéndose acompañados y asegurándose que el otro seguía vivo, el viaje era más ameno de esa forma. Pero ahora se siente en soledad y su única preocupación viaja veloz hacia el frente del grupo, deseando poder ver a los ojos a aquel hombre.
La mal llamada calma se vio interrumpida por múltiples ráfagas de bengalas negras y rojas desde varias direcciones, centradas en la parte delantera del Cuerpo. Con las manos temblando Erwin dirigió sus dedos al estuche y extrajo una señal verde, la dispara hacia la izquierda (el lugar donde menos titanes se habían avistado). Toda la formación vira y tras unos breves enfrentamientos se restaura el andar constante de los soldados. Erwin mantiene los labios apretados, la mandíbula le duele de la tremenda presión que está ejerciendo. "¿Levi estará bien?" Se pregunta una y otra vez. No duda de las capacidades de su novio, pero con los titanes uno nunca sabe.
– Falta solo un kilometro para el descanso, Comandante – le informa su acompañante.
– Perfecto, le daremos a los caballos y a nuestros compañeros la oportunidad de recuperarse. Diles a los escuadrones de la línea de suministro que preparen el agua para descargar.
– Si señor.
Levi conoce perfectamente el recorrido, al ser el Capitán del escuadrón delantero parte de la responsabilidad de guiar al grupo recae en él, entonces había memorizado las rutas y los mapas y no necesitaba que Petra se los fuera dictando. Sabe que falta poco más de unos metros para el lugar previsto para el campamento improvisado. Hace una seña con la mano izquierda y sus compañeros se detienen y lanzan las bengalas verdes, indicando una llegada victoriosa al primer punto de parada.
Desmonta, observando a la lejanía como los otros grupos se acercan a su posición. Él se mantiene estático, incluso cuando otros le hablan o le felicitan por su rápido actuar con esos titanes que los atacaron sorpresivamente, algunos suenan preocupados y señalan su unifrome. Un soldado hasta le agradece de rodillas haberle salvado la vida. El Capitán no dice nada. Muestra señales de vida cuando divisa a la lejanía el porte de su pareja sobre el caballo, su cabello rubio, los ojos claros que lo buscan en el horizonte. Ambos se permiten respirar nuevamente.
Levi se da la vuelta y camina unos metros para ocultar la sonrisa que nace en su rostro, en ese momento siente una punzada muy fuerte en su costado izquierdo, bajo las costillas. Sostiene parte de su cintura y de su estómago con las manos, haciendo presión, para detener el sangrado. Erwin está cada vez más cerca y puede ver perfectamente como Levi se desploma en el pasto. Sin pensarlo dos veces acelera el caballo a su máxima velocidad y desciende de un salto, golpeándose la rodilla contra el suelo.
– ¡Levi! ¡Levi! ¿Qué te pasó? – sumergido en el terror que la imagen de su pareja sangrante le provoca, Erwin manda a llamar a los médicos, mientras sostiene sobre sus piernas dobladas la cabeza del Capitán.
– Erwin... Estoy bien, no es nada – tose y escupe sangre sobre el uniforme de su Comandante – perdona – estira su mano hasta el pañuelo que le cuelga del cuello e intenta limpiar la camisa de su pareja, embarrando el líquido por toda la tela.
En esos instantes críticos poco les importa lo que los cadetes y soldados pudieran pensar, algunos solo lo toman como una acción lógica dado que ambos hombres se conocen hace mucho tiempo y se han acompañado durante varias misiones, pura lealtad militar; otros saben leer entre líneas e interpretar la escena como algo mucho más profundo, pero no dirán nada.
El hombre más fuerte de la humanidad es trasladado en camilla hasta la carpa de primeros auxilios. Erwin sostiene, debajo de la capa y muy discretamente, la mano de Levi. Luego de ingresar cierra la carpa y es Hange la que se encarga de pedir que nadie entre sin autorización, conociendo la relación de los dos hombres. Los amantes escuchan el pronóstico del médico, la herida no es mortal, pero va a imposibilitar a Levi de luchar durante un par de meses, hasta que todo el daño interior se cure.
– Tsk... que estupideces – dice el morocho apenas abandona la salita el médico – esta herida no va a evitar que mate a algunos titanes.
Hizo el amago de sentarse sobre la camilla, pero un dolor punzante lo paraliza a medio camino, se recuesta nuevamente y suspira.
– Nos atacaron dos titanes especiales, eran veloces y habían centrado su ataque en un soldado raso del grupo a mi izquierda, todos bastante novatos – empieza a contar a lo que el rubio se gira y lo mira con atención, asiente y Levi continúa – le indiqué a Petra que lanzara el aviso y le informé que me iba a desviar para ayudarlos. Maté a uno, el otro tenía en su boca al soldado, me moví lo más rápido que pude para rescatarlo, pero no pude. Debió ser ahí cuando alguno de sus dientes me hirió. Escuché el grito de terror desde el interior del monstruo.
Gira la cabeza hacia el lado contrario a Erwin y cierra los ojos, contiene las lágrimas y el miedo que lo carcomen desde ese ataque. Hasta los más fuertes se desmoronan de vez en cuando.
– Me imaginé que pasaría si ese soldado fueras vos, al que no pude salvar, el que murió justo delante de mis ojos. Me sentí inútil. – confiesa tras varios minutos de silencio.
Erwin se levanta y de la vuelta a la camilla, Levi piensa que se va a ir, asqueado quizás por sus emociones, sin embargo, se arrodilla delante de su rostro y le acaricia el cabello. Luego toca sus mejillas y sus labios que tiemblan ligeramente. El Capitán abre muy grandes los ojos cuando el rubio se acerca, pensando que lo va a besar en una zona donde accidentalmente cualquiera los podría ver, pero se sorprende aún más cuando recibe un golpe gentil en su frente.
– No digas esas cosas, amor. No lo digas, cuando vi las señales negras sentí como si el corazón se me paralizara y quise galopar más rápido hasta encontrarte y protegerte – Levi estira la mano y sostiene entre sus yemas de los dedos una de las mejillas de Erwin, se sonríen pesadamente – Tenemos que ser fuertes, pensamientos así nos pueden llevar a que escenarios similares se hagan reales, debemos ser capaces de comprender lo que está ocurriendo para asegurar una victoria. No podemos darnos el lujo de dudar, mucho menos nosotros dos.
Se contemplan largamente, se pierden en lo ojos del contrario hasta que Erwin se acerca para abrazarlo. Sintiéndose agradecido de que su Capitán sobreviviera. Suspira contra sus labios al darle un beso largo y desesperado, buscando confirmar la existencia mutua de sus cuerpo y mentes.
– Lo hiciste muy bien Levi, muy pero muy bien – pronuncia mientras se recuesta su lado, acurruca al morocho en su pecho y le acaricia el cabello.
El Capitán se aferra al cuerpo del contrario, llora sobre la camisa ensangrentada y se disculpa docena de veces, con Erwin, con el soldado muerto y con todos los que han perdido alguna vez. Articula un "lo siento" por los cientos de nombres que se cruzan por su cabeza, por cada uno que puede recordar. Luego se queda dormido con los ojos rojos y el rostro tieso en una mueca de dolor. El Comandante escucha pacientemente, mantiene su cabeza sobre el cabello de Levi y huele la combinación del perfume, la tierra y la sangre, envolviéndolo en una burbuja de familiaridad. Más tarde se sumerge en el descanso, acompasando su respiración con la de su pareja. Comienzan a sonreír en el sueño, como si lo compartieran, abrazados sobre el colchón duro de la camilla.
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La noche previa - ErwinxLevi
FanfictionComandante y Capitán comparten la noche previa a una gran expedición. Los personajes pertenecen al anime/manga Shingeki no Kyojin creado por Hajime Isayama, todos los créditos a su autor.