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─Abre tu camisa ─ le digo a Alexander cuando nos estamos terminando de vestir ─ Jonh ya debe de venir con la inyección del mes ─ le digo y bufa.

Se pone como un niño cuando cada vez que tiene que ponerse la inyección por su condición, no lo dice, pero le tiene miedo a las agujas e intenta negarlo, no muy agusto se empieza a quitar la camisa mientras toma asiento detrás de su escritorio y tocan la puerta justo a tiempo, quitó él seguro a la puerta y la abro encontrándome con Jonh con una caja blanca en sus manos.

─Buenos días, señorita Smith ─ me saluda.

─Hola John ─ lo saludó de vuelta, no entiendo porque me habla por mi apellido, pero en fin.

─Ava, ¿hace cuanto que estas en la oficina del señor Litman? ─ pregunta Jane con sorpresa.

─¿Cuando llegó él señor Litman? ─ Flor.

─Él incluso antes que yo, creí que no estaba cuando vine a su oficina por unos papeles y no se ha sentido bien así que me he quedado con él al pendiente ─ miento descaradamente, aunque lo de que él llegó primero que yo no es mentira.

─¿Tenemos que llamar a su médico y a su padre? ─ me pregunta Jane.

─Primero le pondré la inyección y si no se pone mejor les aviso para que lo llamen ─ digo y cierro la puerta, Alexander se empieza a reír.

─No se ría que no es gracioso ─ le regañó y se puso serio de repente.

─¿Otra vez vas a empezar? ─ me pregunta mientras me acerco a su escritorio.

─Te dije que en él trabajo no te voy a tratar diferente a como siempre lo he hecho ─ le digo mientras abro caja que contiene un pequeño frasco de algodón con alcohol para desinfectar él área, él otro frasco más pequeño con el medicamento y por supuesto la jeringa ─ no quiero que nadie empiece a sospechar que hay algo entre nosotros ─ digo preparando la jeringa.

─¿Y lo que hay ahora no es nada? ─ pregunta serio.

─No puede ser nada ─ contestó limpiando él área en donde le aplicaré la inyección.

─¿Por qué no ? ─ pregunta apartándose de mí cuando intento ponerle la inyección.

─Sabes muy bien por qué no, nadie se puede enterar que tu yo nos hemos acostado, se...─ me detengo y miro a la puerta con asombro ─ señora Litman, no es lo que usted cree...─ empiezo a decir y cuando Alexander lleva su mirara a la puerta, donde no hay nadie, le pongo la inyección ─ siempre cae en él mismo truco ─ me burlo sacando la aguja y colocando la movida de algodón ─ no se ponga así, no es para tanto ─ le digo cuando se me queda mirando con enojo y haciendo lindos moines y, ya que ya hay cierto tipo de confianza entre nosotros me inclinó para darle un pequeño beso en la comisura de sus labios ─ no estés así, sabes que lo hago para estés bien ─ le digo con cariño y de nuevo me toma desprevenida atacando mi boca con pasión, mientras me sienta en sus piernas.

─No....no...espera, tu padre me va a llamar ─ le digo y mi celular está en mi oficina.

─¿Y mi padre para que te va a llamar? ─ pregunta y no se si es cosa mía, pero me pareció sentir celos en su pregunta.

─Me llama siempre para verificar que si te he aplicado la inyección ─ contestó antes de salir a mi oficina.

─¿Él señor ya se siente mejor? ─ me pregunta Jane.

─Aún es pronto para decirlo, creo que se pondrá mejor ─ contestó siguiendo mi camino, cuando entro escucho mi celular sonar ─ buenas días señor Litman ─ lo saludo al contestar.

Quiero Un Heredero ◇Herederos Litman 1 ◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora