Fingir ser una mujer fue más fácil de lo que pensó.
Solo tenía que cuidar su tono de voz y volverlo más suave y delicado, pero en general, no había mucho cambio. Seguía siendo amable, sonriente y educado, pero sí notaba el cambio que había a su alrededor.
La gente lo veía un poco menos que cuando lo reconocían como el príncipe en la calle pero las miradas no eran de sorpresa y cariño, sino que había algunas morbosas y otras desdeñosas, aunque también otras de admiración y coquetas.
Taehyung se sintió más tranquilo cuando el avión aterrizó en Londres y salió de aduana sin ningún problema o sospecha. Lo único que le llevó tiempo fue hacer el cambio de wones a libras y checar cuánto dinero en efectivo disponible tenía.
Era el suficiente para vivir seis meses con el lujo que hasta ahora siempre lo había hecho, y aún así seguía teniendo la tarjeta de crédito por cualquier situación.
Londres era enorme, ruidoso, frío y algo nebuloso, pero se sentía bien al estar rodeado de gente y que nadie le gritara "¡Majestad, una foto por aquí!", le gustaba ver a su alrededor con detenimiento y poder disfrutar del anonimato, aunque fuera en estas circunstancias.
Decidió ir a la casa de su abuelo para descansar, tomar un baño e ir a buscar dónde comer y dónde activar el celular nuevo y avisarle a sus primos que llegó con bien. También para checar qué estaba pasando en el reino.
Ya serían al menos diez horas desde que se fue, probablemente sus guardias ya estén checando todo a su alrededor antes de dar aviso a la familia real de su desaparición, si es que no fueron antes a verlo.
La casa del abuelo quedaba en Kensington y Chelsea, uno de los barrios más ricos de la ciudad, con casas antiguas pero elegantes. Normalmente era el barrio de la gente famosa, políticos, músicos, etcétera. Su abuelo la había heredado cuando se casó con su abuela, diciendo que hasta los reyes y reinas merecían tener unos días de descanso ante tanto revoloteo real.
La casa Cho era la 1138, de dos pisos y un sótano, con un portal amplio y ancho, estaba conectado a un departamento que era del ama de llaves y cuidaba la casa cuando la familia real no estaba. Decidió ir ahí primero pero dudó antes de tocar la puerta.
¿No sería muy sospechoso llegar a decir que iba a vivir en la casa de descanso de la familia real de Corea de Sur sin él, ella, ser "parte"?
Negó con la cabeza y empezó a retirarse pero la puerta se abrió y una anciana Omega se sorprendió de verlo ahí.
—Oh, ¿hola? ¿En qué puedo ayudarte, querida? —saludó en esa dulce acento inglés con una sonrisa sincera, pero confundida. Llevaba lentes que descansaban precariamente en la punta de su nariz, su cabello era completamente blanco y lo llevaba en un moño bajo. Era blanca, con ojos oscuros y piel arrugada pero de apariencia suave. Tenía dos lunares cerca del pómulo derecho, juntos y creando una pirámide extraña.
Olía a menta y limón, suave y relajante. Taehyung se sintió en confianza absoluta en cuanto la vio.
—Ehm, yo —Taehyung carraspeó, moviendo el fleco de lado y dejando sus ojos más a la vista. Su voz seguía siendo suave pero no sabía cómo iniciar la conversación. Señaló la casa y luego a él mismo, sin palabras aún.
La anciana miró sus manos y de repente abrió los ojos, enarcando las cejas en sorpresa.
—Oh, ¿vienes a preguntar por la renta de la casa?
—Sí —respondió con demasiada rapidez y alivio.
—Pensé que no habían publicado ese dichoso anuncio y ya iba camino a reprender a los muchachos del periódico, pero qué alivio de que no fue así. Ven, pasa, te diré los requirimientos antes, ¿de acuerdo?
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Royals I. Between Prince(s)s.
Romance"¿Fingir ser otra persona? ¡Eso es ilegal! ¡Lo voy a hacer!" Para poder tomar el lugar de su padre y ascender al trono, el príncipe Kim Taehyung deberá casarse con un Alfa que apenas conoce y que ni siquiera estaba en sus planes, tal y como lo dicta...