Capítulo 15. Bajo La Lluvia

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Le pregunte si se mudaria conmigo, al principio solo me dio silencio y un lo pensaré, fue su respuesta, pero sabía que algo andaba mal, el me dejó por una razón, una sola razón, no fue el miedo, no fue el que dirán, era algo superior  que lo hizo huir de mi, pero a estas alturas, no quería oírlo.

Era nuestro aniversario, el usaba los lentes que le regalé, pero algo no andaba bien con el, a veces perdía el equilibrio, su cuerpo parecía no reaccionar, no podía meter las manos, era como si su mente no mandara las señales a sus brazos para reaccionar.

Quise llevarlo al médico, el se negaba a hacerlo, en su lugar me preparó mi cena favorita, bailó conmigo a la luz de las velas, varias veces me pisó, se reía nervioso.

Celebramos aquel aniversario con nuestras personas importantes y cercanas, comencé a comprar muebles nuevos, quería formar un hogar a su lado, compartir la vida, quería que fuera mi compañero.

El se volvió aun más torpe, quizá estaba tan sumergido en sus pensamientos, que no me percaté que haberle pedido, que viviera conmigo, era demasiado para el.

A veces, llegaba con golpes en la cara, o en el cuerpo, que disimulaba con destreza, era una mala época para los dos, las discusiones con mi familia por nuestra relación, la búsqueda por su parte de un empleo, y mi insistencia por recibir su respuesta, sentía que era demasiado estrés para su cuerpo, pero confiaba que la respuesta sería la misma, el compartiría su vida conmigo, ese era mi sueño.

Desperté después de las 11, ella se había ido, ni siquiera noté, que no estaba, me dejó hecho el desayuno, un mensaje llegó a mi celular, el anillo de compromiso que había mandado a hacer para ella estaba hecho.

Aquel anillo de oro blanco, con aquel diamante, estaba en mi mano, me emocioné, ella merecía más que un estúpido novio, con dudas, llamé a mi madre, a su familia, ella merecía que yo la amara hasta el final, Yuuri se había ido, y si volvía, aún así, yo lo alejaría, porque amarlo de nuevo no estaba en el plan.

Era un día soleado, y de pronto comenzó a llover, odiaba la lluvia, para mi, era un fenómeno meteorológico, que me traía malos recuerdos, un mal recuerdo que dolía, sobre manera.

Porque un día, como hoy, con esta misma lluvia, el me abandonó, llevaba sus panecillos favoritos, en la mano, entré a mi departamento y el estaba allí.

En sus manos, las cosas que tenía en mi departamento en una bolsa, en otra que estaba sobre la cama, las cosas que había dejado en el suyo, entendía a lo que se refería - lo siento, pero... Esto es demasiado para mi... No estoy listo!!, aun no!! - su voz temblaba, como si estuviera a punto de llorar, pero aunque las lágrimas se escurrieron de sus ojos, el las secó con desespero, el lucía fuerte y decidido.

- Entiendo no voy a presionarte... Lo juro!!, no es necesario esto... - traté de tranquilizarme, la vida no sería fácil, pero juntos, confiaba que la carga sería menor.

- Estoy terminando contigo Viktor, a caso no lo entiendes?.

- Crees que no se que significa que te lleves tus cosas y que me regreses las mías?, se lo que significa, solo te pedí vivir juntos, que parte fue demasiado?, no volveré a repetirtelo, de verdad, solo... No hagas esto - dolía demasiado pensar, en decirle adiós, al hombre que amaba.

- Se acabó... - el se dio la vuelta, abrió la puerta, seguro de su decisión, lo detuve, estaba dejando mi dignidad por los suelos, apretaba su brazo desesperado, el luchaba por irse.

- No hagas esto!! - alzaba la voz, tratando de que el recapacitara.

- No hagas esto tu!!, te estoy dando la oportunidad de que encuentres alguien que si pueda quererte.... Alguien que si pueda asumir el compromiso que yo no quiero!!, ten dignidad y déjame ir!! - el se apartó de mi - no te pido que lo entiendas ahora - fueron sus últimas palabras la puerta sonó tras de él, se había ido, me quedé estático, pensando que era una mala broma.

Lo llamé dandome cuenta que su celular estaba en mi cama, corrí tras el, pero el se había ido, la lluvia era terrible, corría como un lunático, todos me miraban, estaba angustiado, se me escapaba la vida con el, ese día bajo la lluvia entendí, que lo amaba, más de lo que algún día podía amar a alguien, corrí por todos lados, no se quien había sido, pero llamaron a JJ, el llegó por mi, en medio de la lluvia, estaba sentado en la acera, totalmente mojado, tiritaba de frío, estaba roto, el me había abandonado.

- Amigo... Qué haces aquí? - me pregunto, me miraba con dolor, estaba preocupado.

- Yuuri se fue... Yo.... Ayúdame a buscarlo... Ayúdame!!, peleamos!!, pero el va a volver, tenemos que arreglarlo - el negó varias veces, suspiró con pesar.

- No volverá, el me pidió que cuidara de ti, se ha ido, todo terminó, el fue quien me llamó - el me levantó del suelo, recuerdo estar en la bañera con el agua caliente en mi cuerpo, pero con el alma fría, con el corazón roto.

Sentía que el agua caliente, no calentaba mi cuerpo, sentía que el mundo se caía encima de mi, sentía que el color se la había ido al mundo, unos días atrás, el me abrazaba con amor, cocinaba para mi, porqué ahora ha decidido irse?.

Me vestí de inmediato, fui a buscarlo a su departamento, a pesar de que JJ, trataba de impedirlo, al llegar aquel letrero de se renta, fue el punto final, aquella tarde Yuuri Katsuki no había puesto puntos suspensivos a nuestra relación, había puesto un punto final.

La lluvia caía, la gente se atajaba de la lluvia, pero yo caminé bajo la lluvia, estaba decidido a dejar a Yuuri atrás, y con ello, el dolor que me causaban los días lluviosos, aquella sensación de dolor, provocada por la lluvia bajando sobre mi piel, había decidido, cerrar aquella herida obligatoriamente.

El Chico Que Abrazaba Mi EspaldaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora