Me encuentro en la hora del almuerzo con los demas chicos del equipo de lacrosse; los cuales, tambien se hacen llamar mis amigos. No me quejo, esos tontos me han ayudado a salir de muchas. Se avecina una gran fiesta que organiza un colega de una de las escuelas vecinas, Tom Johnson, que despues de mis amigos y yo, es uno de los mejores organizadores de fiestas de fin de curso, incluyendo esta que viene, a la cual, obviamente estamos invitados.
- Y bien, Will, ¿iras a la fiesta de Tom? -preguntó escéptico mi mejor amigo, Jason Black.
- ¿Estas bromeando Jay? ¡Por supuesto que ire, grandisimo idiota! -reí provocando que este tambien- Todos iremos, somos los caballeros de Avalon Institute, ¿alguno de ustedes cree que podemos faltar a esa maldita sensacional fiesta de fin de curso? -dije animándolos. Todos comenzaron a gritar euforicos. Mi trabajo está hecho.
Jay posa una de sus manos en mi espalda en señal de "bien hecho", y todo el equipo -aún euforico- comienza a gritar mi nombre.
Despues de todo, el trabajo del capitan es animar al equipo, ¿no?
*****
- Por lo tanto en la epoca de la colonizacion hubo muchas injusticias por parte de los españoles, los cuales...
La maldita y aburrida voz de la maestra de historia hace que quiera saltar por la ventana de una vez, esta clase me pone de mal humor. Lo único bueno de esta clase es que me toca con la sensual Alex Malone; es una puta, pero una puta que sabe muy bien como moverse.
Muchas chicas dicen que soy un descarado, por el simple hecho de que me encantan las mujeres, y mas aun, follar con ellas. Pero, ¿que hombre puede resistirse a un buen polvo? Es nuestra naturaleza. MI naturaleza. El hecho de que ellas se bajen las bragas cuando les hablo, no es culpa mia, ¿o si?
- Señor Carpenter, le gustaria decirme, ¿en que fecha arribó Hernan Cortés al continente americano? -la maldita maestra Gallagher me tomo desprevenido. Me odia desde que me matriculé en esta escuela.
Justo cuando iba a contestar que no sabia la respuesta e iba a quedar en ridiculo frente a toda la clase, la campana sonó dando fin a la jornada escolar de otro aburrido jueves y salvando mi dignidad.
- Creo que será mañana, querida maestra. -conteste con una sonrisa socarrona plasmada en mi rostro y sali del salon de clases.
Iba por el pasillo tranquilamente caminando, respondiendo al saludo de una que otra persona, hasta que senti algo blando chocar contra mi. Baje mi vista al suelo y me encontre a una chica, habia chocado con una muy guapa chica. Me agache hasta ella para ayudarla a recoger sus cosas.
Tenia el cabello castaño muy claro y ondulado, piel blanca, complexión algo delgada pero con sus atributos bien formados. Dios, cuando choque con sus ojos, un precioso color ambar, casi amarillo que los inundaba. Su mirada me hacia sentir vulnerable, era como si pudiese ver todo dentro de mi.
Por primera vez me senti cohibido ante una chica.
- Will, ¿que mierda haces ahi? -escuche a Jay llamarme. ¿Que acaso no veia que ayudaba a la chica? Gire mi mirada hacia el.
- ¿Que acaso no ves, imbecil? -pregunte obvio. El me miro con desconcierto y nego con la cabeza.- Estoy ayudando a... -voltee mi cabeza para encontrarme con la chica que habia chocado conmigo y vaya sorpresa, ya no estaba.
Habia desaparecido, ni siquiera un rastro de sus cosas tiradas por el suelo, nada. Como si se hubiese desvanecido.
- ¿Ayudando a... ? -continuó Jay esperando una respuesta. Me levanté del suelo para encontrarme con mi mejor amigo.
- Habia chocado con una chica y todas sus cosas se cayeron y me agache para ayudarle y... Y era hermosa, muy hermosa. -hable tan rapido que ni siquiera yo me entendí. Mi amigo me vio como si me hubiese vuelto loco.
- Bien, y... ¿Donde esta ella? -cuestiono buscando por todos lados.
- Yo... No lo se, yo creo que recogio sus cosas rapido y se fue.
- Tal vez, ¿y le preguntaste siquiera su nombre?
- Mierda no. Ni siquiera escuche su voz. Llegaste tu a cagarla, Jay. -le golpee el hombro, este rio y me devolvio el golpe.
- Vamos hermano, esta en el mismo instituto que tu, es obvio que volveras a verla un dia de estos. -dijo con gesto obvio y poso uno de sus brazos sobre mis hombros para despues encaminarnos a la salida del edificio.
Mi mirada iba de un lugar a otro por el pasillo en busca de esa misteriosa chica, mas nunca la encontré. Finalmente salimos del molesto edificio hacia mi auto. Di una última mirada a la entrada del instituto, con la esperanza de encontrarla saliendo de este, pero nada. Jay ya estaba dentro del auto apresurandome para irnos a casa.
Esa noche no pude dormir, pues cada que cerraba los ojos, veía los suyos. Esos preciosos ojos ambar me dominaron y se adueñaron de mis sueños toda la noche.
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Mi precioso ángel
Fantasy- ¿Quién demonios eres, y por que mierda estas en todos lados?- pregunté realmente aterrado hacia aquella extraña chica frente a mi. - No hay nada que temer, Will. Soy tu ángel guardián. Me fue encomendado como misión protegerte desde hace más de un...