Ella camina como siempre por la calle, con su mochila colgada al hombro y dando pequeños saltitos. Yo la observo, también como siempre, desde mi ventana. Mi madre me diría "¿Qué haces ahí niña, pegada a la ventana en vez de estarte vistiendo para ir a la escuela?"; en cambio, mi padre me diría que fuese lo que fuese lo que estuviera viendo, luchara por ello. Él siempre creía que cuando alguien veía para afuera era porque había algo que anhelaba ahí, y en este caso era así. Él me alentaría a salir a buscarlo, sin importar el qué. Pero claro, mi padre ya no vive en esta casa hace ya tiempo, ni siquiera en este país. Cuando mi madre descubrió que ya no sentía nada por él y que quería a otro hombre (el jefe de área de la empresa en la que trabajaba) lo echó injustamente a la calle y pidió el divorcio. Nunca entendí por qué se había casado con mi padre si no lo quería, y él no daba razones para que lo dejase de querer pues siempre le daba detalles, hacía lo que ella quería y le era fiel. Da igual, mi mamá es muy difícil de complacer. Al final, ambos se volvieron a casar, mi papá con una ex compañera de la universidad que se encontró en una fiesta de antiguos estudiantes y mi mamá con Thomas, no su ex jefe, sino un hombre alegre, simpático, guapo y muy amable que no sé cómo soporta a mi madre. Se comporta muy bien conmigo y me compra muchas cosas, no tiene una hija propia y tampoco planea tenerla, cree que conmigo está bien. Thomas es la única razón por la que vivo aquí y no en Perú con mi papá y su nueva esposa, que también es un tanto agradable, pero no como Thomas.
Termino de arreglarme y salgo a la calle. Camino con la cabeza gacha, mirando las rocas del suelo detenidamente. Cuando paso frente al parque, noto una figura sentada en la banca donde siempre espero a Holly, mi mejor amiga. Nos conocemos desde que tenemos uso de razón y ella es la única persona, además de mis padres y sus respectivos cónyuges, que sabe realmente lo que soy. Me detengo en seco cuando me doy cuenta de que la silueta sentada en la banca es nada más y nada menos que la chica que veo pasar todas las mañanas frente a mi casa, la que admiro secretamente desde hace tiempo. Nunca he hablado con ella, ni siquiera sé a qué escuela va, ni su nombre ni qué edad tiene. Sólo sé que me gusta mucho.
-Lo siento, creí que hoy no iba a llegar nadie-me dice.
Me había retrasado un poco y Holly también, pero eso no era excusa para... Espera, ¿acaso nos ha estado espiando? No, qué idiota de mí, con el solo hecho de pasar por ahí a diario podría darse cuenta de eso.
-Oh, no te preocupes, puedo esperar en otra parte-contesto.
-No, siéntate aquí, por mí no hay problema.
Tras cinco minutos de completo silencio, me empieza a hablar.
-Por cierto, me llamo Viviane. Vives en aquella casa azul ¿cierto?
Me sonrojo. Sabe dónde vivo.
-Sí, y me llamo Cass.
Me sonríe, una sonrisa que forma hoyuelos a ambos lados de su cara.
-Bueno Cass, ¿alguna vez te han dicho que es de mala educación espiar a la gente?
Me sonrojo aún más. ¿Lo sabe? Claro que lo sabe, debí de haber sido menos obvia.
-No... Es decir, sí, pero no lo hacía a propósito, yo sólo...
Reposa su mano sobre la mía y me mira a los ojos.
-Sé de tus preferencias Cass. Sé que no es fácil admitirlo, pero conmigo no tendrás que fingir. A mí también me gustan las mujeres y me percaté en ti desde aquél día en que te vi salir de tu casa por primera vez, y desde entonces miro a tu ventana para saber si estás ahí.
Conversamos por un rato y me invita a salir. Después de unos minutos recibo un mensaje de Holly diciéndome que no va a la escuela, pero continúo hablando con Viviane. Nos despedimos y quedamos para el día siguiente. Llego a mi clase justo a tiempo y por la tarde visito a Holly para contarle todo. Después, al regresar a mi casa, se lo cuento a Thomas. Más que el segundo marido de mi madre es mi hermano mayor, y él me apoya y da consejos, cosa que mi madre muy rara vez hace.
La cita con Viviane sale bien y continuamos saliendo por un largo tiempo. Sus padres también saben lo que ella prefiere y la aceptan tal cual, así que tras un año de relación nos presenta. Quedo encantada con ellos y ellos conmigo, y nos invitan a mi madre, Thomas y a mí de nuevo a una cena que sale perfectamente. Continuamos viéndonos y nuestros padres y Thomas se empiezan a llevar muy bien. Ese verano llevo a Vi a Perú a conocer a mi papá y su esposa, y ellos nos acogen con gran felicidad.
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Al otro lado de la ventana (Cuento)
RomanceCuento corto que narra cómo una chica comienza su relación con otra, de quien estaba enamorada secretamente, y a quien admira todos los días al pasar al otro lado de la ventana.