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La cueva y Ferideh era lo que más odiaba de "El otro lado", aquí, sentada en este pequeño infierno me sentía como un trozo de nada, si, estaba en la cueva, esperando una semana a que mi poca cordura terminara de desaparecer. Solo llevaba unas horas y ya me sentía desvanecer, maldita sea.

Pensándolo bien mi estadía en el otro lado no le ha caído bien a todos; en cuanto solté a Ferideh caí en shock, pero antes de poder decir algo de lo que había visto Abdon llegó y de inmediato me trajo con sus propias manos hasta aquí. Seguía en shock, obviamente, no podía creer lo que había visto, ella sabe más de lo que no nos quiso contar, por eso me retó, porque quería que yo supiera...

¿Qué?

¿En serio ella quería que lo supiera?  ¿Por qué? ¿Qué ganaría con saberlo?

Fue algo que no pude terminar de entender gracias a nuestro anfitrión Abdon, que ahora me dejará aquí una semana sin mi complemento y sin poder divulgar esta información a mis amigos, era evidente que teníamos algunas ventajas sobre Abdon, por ejemplo, teníamos a oídos, Salvador podía literalmente escuchar la conversación que el quisiera, era nuestra fuerza bruta, Ferideh es un elemento natural, un elemento que ahora por lo que sé es fundamental para lo que está planeando Abdon, nuestro amigo fortachón y calculador Austin, él era pieza clave para un enfrentamiento o para seducir la mente de alguien y por ultimo yo, para nadie es un secreto que con una chispa de lava puedo quemar a todo este maldito pueblo de muertos vivientes.

Una semana aquí será perder por completo el tiempo, se cumple la fase en dos semanas y tengo que contarle a todos lo que planea hacer Abdon, pero, ¿Cómo lo haré?

—No le digas a nadie—Susurró mirando a todos lados preocupada. 

La miré con desconcierto.

—Claro que tengo que hacerlo, no todos queremos ir a donde sea que lleva ese portal, ese maldito maniaco no puede decidir por todos nosotros.

Ella bufóSi que eres tonta, varias personas de aquí saben perfectamente este plan, los que llevamos demasiado tiempo aquí lo sabemos y todos estábamos de acuerdo.

—¿Por qué mierda nos quieres ayudar si estás de acuerdo con él?

—Porque nos omitió parte de parte de la verdad.

—¿Cuál parte omitió?—Ella negó con su cabeza—¿CUAL?

—En la cueva están tus respuestas. 

Desperté sudando, con las manos escurriendo pequeñas gotas de lava, sí, cuando estaba o me sentía débil dormía para no gastar mis energías. 

Qué mierda ese sueño o extraña conexión que había tenido con...con Ferideh. Me estoy enloqueciendo, pero teniendo en cuenta lo que vi cuando leí su mente, voy a hacerle caso a lo que me dijo, no tengo nada más que hacer que tener una manía persecutoria por Abdon. 


Salvador

—Espero que esto haya valido la pena.

—Lo ha valido, ahora tenemos despistado a Abdon, él no va a sospechar de nosotros con esto que acabamos de hacer.

—Celeste la debe estar pasando mal.

—Es el punto, Salvador, es el punto para que no sospechen de nosotros, pero no terminemos de confiar en Ferideh, debemos ser cautelosos, ella lleva bastante tiempo aquí, probablemente esté de acuerdo con el plan de Abdon y solo nos quiere distraer.

Aún sigo en shock, tanto por lo que le sucedió a Celeste como por lo que está tramando Abdon, que la verdad nunca pensamos que sería tan grave. 

—Espero que no nos estemos equivocando, fue una mala idea poner a Celeste de conejillo de indias. 

Bufé.

—La subestimas mucho, ella encontrará la respuesta que está en la cueva que es la pieza que nos falta para nuestro rompecabezas.—Salvador se tomó la cabeza con las dos manos, debía entender que todos debemos pasar por pruebas y desafíos para evitar que se efectúe ese plan. 

—No quiero que alguien más se sacrifique de este modo, tu debes crear otras alternativas o lo haré yo, Austin.

Sonreí y toqué su hombro.

—Se lo debo a ella.

—Pero la salvaste del mundo de mierda en el que vivía, aquí está bien, está feliz—Respondí.

Hace poco Austin me había confesado algo que me dejó la piel de gallina, no le creí al principio, pero luego empecé a atar cabos, no me esperaba esa confesión, no lo podía creer y tampoco podía creer que él no le había confesado todo a Celeste. 

—No creo que lo vea de esa forma—Me respondió Austin. 

—Lo entenderá.

—No, no creo que entienda que estoy siendo hipócrita.

Probablemente si esté siendo un hipócrita, dadas las circunstancias la vida y la muerte los volvió a juntar, él debió ser sincero con ella, debió contarle la verdad, antes de unirnos en una cacería de brujas.

—¿Le dirás en cuanto salga de la cueva?—Pregunté con curiosidad, no quiero estar cerca cuando esto pase o moriré calcinado.

—Probablemente—Respondió—¿Cómo le diré que fui yo?

Me encogí de hombros.

—Tienes una semana para hacer tu exposición y no morir en el intento.









Después De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora