𝓛𝓪 𝓫𝓻𝓾𝓳𝓪 𝔂 𝓼𝓾 𝓶ú𝓼𝓲𝓬𝓪 [𝓽𝓸𝓴𝔂𝓸 𝓻𝓮𝓿𝓮𝓷𝓰𝓮𝓻𝓼] Cancelada

𝓒𝓸𝓶𝓹𝓻𝓪𝓼

Habían pasado un par de semanas y Astrid no tenía nada que hacer, hasta que su tío la llamó "Bonita, venga a buscar su plata para que se compre algo" fue lo que escuchó por parte de él, pero mas gritos se hacían presentes "¡Te vai' a comprar ropa normal!, toda la ropa que teni ' es del tata y mas encima te queda nadando además, solo una camisa y una de esas capas culias de él te quedan bien" La conversación con el adulto fue interrumpida por sus demás primos que le quitaron el teléfono al mayor.

Se encontraba sentada en una banca frente al centro comercial esperando a un par de personas. Si bien podía comprar sus cosas sola, era algo aburrido, aparte que esas personas sabían mucho sobre moda -¡Estrellita!- Levantó su cabeza al ver que alguien la llamaba. Ran estaba con una gran sudadera de color blanco y unos pantalones negros, Rindo estaba con una guayabera, parte de esta la guardaba dentro de unos jeans negros -¡Chicos!- Gritó para correr hacia ellos -¿Como has estado, pequeña?- El de lentes le acarició el cabello mientras sonreía levemente -¡Muy bien!- Exclamó alegremente -Que bien. ¿Te parece si vamos a comprar?-  Aportó el de trenzas -¡Si!- Estaba realmente feliz de salir con sus amigos -¿Qué vamos a comprar primero?- Preguntó el mayor de todos -Ropa. Todo tipo de ropa-  Contestó tomando la manga del de trenzas. Era una costumbre que tenía desde pequeña para no perderse, y a pesar de ya haber crecido, se quedó -¿Cuanto tienes para gastar? Me puedes decir que tipo de ropa quieres, pero quizás no te alcanza. Si me dices cual es el presupuesto, nos lo podemos ingeniar- Estaban pensando a cuales tiendas podían ir de primeras -Si redondeo son en total ciento trece mil setecientos cincuenta yenes- Leyó la cantidad que había en un sobre color beige. Ambos hermanos se miraron entre si y luego a la menor -Te vamos a llevar a las tiendas donde nosotros compramos ropa- Una gran sonrisa se formó en sus rostros y sin esperar un minuto mas, la llevaron rápidamente dentro del centro comercial.

-¡La ropa no es para mi!- Los gritos de Rindo se podían oír por toda la tienda. Se estaba quejando, ya que lo trataban como maniquí -No seas tan llorón, solo estamos viendo si la ropa se ve bien o no- Frente a él estaba Ran, quien ponía prendas de vestir frente al cuerpo de su hermano para poder escoger con mayor claridad -¡Entonces, si es para eso, pruébatela tú!- Empujó la ropa que su hermano le mostraba -No seas exagerado, solo es ropa además, estrellita y tu son casi iguales: miden casi lo mismo, sus gustos por la ropa son parecidos, tienen casi la misma contextura física, ¡son idénticos!- Una vena se asomó por su frente, tomó todos los conjuntos y se los entregó a Annelise -¡Vas a entrar al probador y probarte todo eso!- La tomó por los hombros y la metió dentro de un probador para después cerrar la cortina con rabia -Oye, no debes de porqué comportarte así- Le dijo su hermano mientras tomaba su hombro. Su mirada pasó a ser alegre a una algo seria -¿Así como?- Le preguntó con los brazos cruzados y el ceño fruncido -Como un idiota malhumorado- Una pelea entre ambos empezó, Ran lo tomaba de el cuello de la camisa mientras que Rin tiraba las trenzas de su hermano, prendas volaban por todos lados incluso golpes con los colgadores de la ropa llegaban del uno al otro. Una vez escucharon el sonido de la cortina se giraron -¡Ya estoy! Este es el primer conjunto, aunque creo que me queda algo mal- La muchacha traía puesto un chalequillo negro, una corbata de colores cálidos que mantenía dentro de este, una camisa color crema, una chaqueta negra y de paso presumía una pulsera de plata que traía una inscripción en alemán -¡Oh!, ¡te ves super bien!- Exclamó Ran con felicidad, pues a sus ojos ella estaba llena de brillos por todos lados -Le falta algo- Rindo finalmente soltó el cabello de su hermano y se acercó a la fémina, le quitó la chaqueta y la dejó en un perchero que tenía cerca -Si te vistes así nada más te vas a ver muy aburrida, pareciera que vas a un funeral. Estira los brazos- Le ordenó y sin rechistar obedeció. El mayor empezó a doblar las mangas de la camisa hacia arriba para dejarlas a la altura del codo y luego le colocó la chaqueta sobre los hombros -Ahora si. Antes te veías muy aburrida, parecías oficinista- Observó el pequeño trabajo que hizo con los brazos cruzados. Giró su cabeza hacia su hermano y lo vio con los ojos abiertos como plato, sus palmas estaban juntas y frente a su boca -¡Te ves mucho mejor que antes!- La felicitó mientras se acercaba a ella y la abrazaba por los hombros -Obvio, yo la arreglé- Con orgullo, Rin infló su pecho y cerró los ojos con seguridad -¡Perfecto!, ¿va a ser ese el atuendo que se va a llevar?- Una trabajadora del lugar se acercó con una tabla de portapapeles en sus manos -¿Desde cuándo está aquí?- Le preguntó curioso Ran -Siempre estuvo aquí, pero se alejó, porque estaban peleando- Astrid les respondió con una cara obvia entrando nuevamente al probador. Claramente no se iban a dar cuenta entre el desastre que incluso ella escuchó desde los vestidores -Siganme por aquí- Guío un poco nerviosa al trío hacia la caja para que pagaran las cosas que llevaban. Una vez el precio calculado, le entregó las prendas en una bolsa de papel, recibió el dinero y se despidió cordialmente  -Por cierto, estrellita, ¿de donde sacaste tanto dinero?- Le preguntó el de trenzas, quien caminaba a la par de ella -Es un tipo de pensión. Solo tomé el veinte porciento, lo otro lo estoy guardando- -¿Para que?- Ahora fue Rin quien preguntaba -No lo sé, cualquier cosa: un teléfono nuevo, un piano, comida de gato, un violín, casas para gatos, un lienzo, juguetes para mis gatos, libros, en adoptar más gatos, mangas, una taza de conejo, novelas ligeras, ropa con diseño de gato, ropa normal, un peluche gigante de gato, un lápiz con diseño de conejo, rascadores para mis gatos, pantuflas de conejo, etcétera, etcétera, etcétera- Le respondió levantando un dedo enumerando las cosas que podrían gustarle o que se podría comprar. "Muchos animales" pensaron ambos hermanos antes de llevarla a la siguiente tienda.