Capitulo siete.

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Un bostezo escapándose de sus labios, los brazos estirándose por inercia y la espalda curvada, acompañada de los huesos de esta misma tronando.

Era como si no hubiera dormido en años.

Y el dolor en su nariz ya había pasado, también la herida en ella, la cual sanó inmediatamente. Frank Morrison poseía una fuerza probablemente muy igualada a la de Danny Johnson, pero no pensaba que el ojiazul fuera tan fuerte.

La luz del sol fue lo primero que le llamó la atención, ya que por poco, esta daba en su ojo, otro error por dormir a un lado de la ventana, pero poco le interesó a Frank cuando vió la figura de Danny dormida, un tanto cerca de su posición.

Era lindo cuando quería.

Su cabello ondulado de color azabache le daba un toque especial a su rostro de muñeco, al estar algo desordenado debido a que este estaba en su quinto sueño, lo volvía mucho más atractivo.

O para Frank, tierno.

Nunca iba a decirselo de frente, de solo pensarlo, el estómago se le revolvía y el hecho de sobrepensar cada cosa, el futuro de una posible situación que llevara a confesar sus sentimientos, lo aterraba profundamente.

Solo era atracción, sí, eso pensaba.

Cuando el reloj que estaba sobre un mueble en la esquina de la habitación marcó las "08:00 AM", sonrió y silenciosamente se fue acercando a Danny.

Poco a poco, inclinándose en dirección al pelinegro, fue acercando la palma de su mano, con la intención de golpearlo en el rostro, de alguna manera, se estaba vengando por lo de la otra noche.

“—Frank, me la estás apoyando.

El castaño presionó su entrepierna accidentalmente, en ningún momento pensó en que Danny fuera capaz de darse cuenta, pero había sido demasiado obvio.

La voz de Johnson, tan baja y suave, en cierto punto llegaba a ponerlo en un estado inaceptable.

—Vuelve a apoyarla y no voy a dudar en golpearte —Reclamó Danny con las mejillas coloradas y incluso, ardiendo.

No era decisión de Frank, pero no podía evitar pegar su cuerpo con el del mayor, ni siquiera por su voluntad, tenía el valor de alejarse, por lo cual, el brazo que abrazaba la cintura de Danny, no se movió en ningún momento, al contrario, lo dejó duro, sin oportunidad de que Johnson pusiera resistencia en él.

—Lo siento —Susurró en su oído.

—Contaré del uno al cinco y si no te apartas, voy a golpearte...

Hubo un silencio de parte del ojiverde.

—Uno...

Nada.

—Dos...

Frank rodó los ojos desinteresado.

—Tres...

Aún nada.

—Cuatro...

Empezaba a sentirse nervioso.

—Y...”

—Cinco —Terminó Frank entre sus recuerdos y luego hizo una mueca, reviviendo ese momento en donde Danny se volteó y le metió un golpe exactamente en la nariz.

Ya sabía lo que se sentía un golpe en ella, de ahí su cicatriz, pero la diferencia es que por esa línea que atravesaba el puente de su nariz, ahí usaron un cuchillo.

Licor → Frank Morrison x Danny Johnson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora