Tarde en la Biblioteca

Parte Única

Advertencia: cero trama, puro hard.

Pedido hecho por: @MitouchihaH

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—¡Espera, estoy seguro podemos hablar de esto!

Wei Ying alzó las manos, sin ningún arma dando posiblidad alguna de defenderse. Hace apenas unos segundos, Lan Zhan había conseguido tirarla con una estocada por la ventana, dejándolo desprotegido.

Retrocedió varios pasos, tragando saliva nerviosamente, sintiendo una presión en el aire, y algo que jamás imaginó podía suceder frente al estoico y recto jade: querer huir por su vida, escapar.

Siguió retrocediendo, pero a pesar de lo lento que aparentaba Lan Zhan acercarse, ¡Con cada paso suyo, la distancia entre ellos en lugar de acrecentar, se hacía más corta! ¡Lo peor fue que Wei Ying se quedó sin escapatoria, en cuanto tocó el estante con su espalda! Frente a él, Wangji seguía su camino, portando una sombría expresión fría mientras Bichen brillaba en su mano.

Estoy jodidamente muerto, pensó tragando saliva el discípulo principal de Yummeng.

—Repite lo que dijiste– Ordenó Wangji, una vez sólo había una distancia casi indistinguible.

La cercanía hasta permitía al oji gris sentir el tibio aliento ajeno rozarle la cara, y notar cuántas pestañas había en cada ojo claro. Ni estando de esa forma tan despiadada podía Wei Ying dejar de pensar en lo guapo que era el jade.

Relamió sus labios resecos, desviando la vista al suelo.

—Sólo dije hay algunas cosas para adultos que no entiendes, no tienes que estar tan serio al respecto...

Lan Zhan apretó la barbilla de Wei Ying, forzando nuevamente el contacto visual. El tacto hizo quemar la piel expuesta del cuello, y se estremeció de una forma sutil.

Comprendiendo a qué se debían esas sensaciones, levantó una rodilla en dirección al pecho del jade, temiendo ser apuñalado si la situación continúa.

Wangji detuvo la patada que por alguna razón usó escasa fuerza, y la sostuvo bajo el brazo, luego inesperadamente presionó un punto de acupuntura que inmoviliza al menor.

La estrecha cintura del sometido es abrazada con fuerza, mientras el resto del cuerpo se dobla hacía atrás hasta casi chocar con el estante. Afortunadamente, Lan Zhan colocó su mano trás la nuca del oji gris, evitando sufriera golpe alguno.

Esa misma mano en su nuca, se deslizó por las mejillas y pestañas del menor, luego recorrieron gentilmente la longitud de sus labios. Wei Ying cerró los ojos, relajándose ante la ternura del jade. No se siente impotente sabiendo es imposible defenderse a sí mismo, quizá porque...

Es la primera vez que es amable con él.

Luego la mano se desliza hacía su cuello, justo en el área expuesta, y los labios cerezas de Lan Zhan aterrizan ahí, mientras mueve una rodilla entre las piernas del otro.

A este punto, es imposible ocultar la creciente erección que se asoma perteneciente a Wei Ying. Y aunque pudiera hacerlo, el cuerpo traspirado del oji gris ya ha sido sometido, arrebatado de cualquier oportunidad defenderse.

Pero la sumisa situación no es lo que más le preocupa, sino darse cuenta lejos de disgustarle, nunca había estado tan excitado. Su voz suelta suspiros placenteros mientras la temperatura aumenta gradualmente, y sí pudiera, estiraría más su cuello para dar más espacio.

¡Entonces Lan Zhan jodidamente se detuvo!

—¿Quién dice que no las entiendo?– Susurró con voz ronca el oji dorado, arqueando su espalda hasta estar justo en la oreja ajena.