-Elizabeth Holeasen, toma tus maletas y baja de una bendita vez, si no quieres que suba!!!!
-¡¡¡Voy!!! – Esa es mi madre, pidiéndome por décima vez que baje de mi habitación y me suba al auto – Es que no encuentro mi kit de libros seleccionados...
Abren la puerta y mi madre pasa por el umbral de mi habitación, siempre hemos tenido una buena relación, yo confió en ella para contarle mis problemas, y ella siempre me entiende o lo intenta.
-Está debajo de la campera sobre tu escritorio.
-¿Cómo hacen las madres para siempre saber dónde está todo? – le puse carita de angelito, tome el kit y la abrase – sabes que te amo – deposite un corto beso en su mejilla y corrí escalera abajo con el kit y la maleta.
Mi madre bajó detrás de mí con mi campera en la mano y una sonrisa un tanto peleadora.
-Si no fuera por mi te morirías de frío en ese campamento – dijo con simpleza y me lanzó la campera, la tome y sonreí con amor de nuevo, se acercó y me abrazó – te amo, quiero que te cuides y me llames todas las noches.
-Te amo, y prometo llamarte.
-¿Y cuidarte no? – preguntó con gracia.
-Si también – volteo los ojos – lo digo en serio, me voy a cuidar.
-Más te vale – le di un beso y me subí al auto.
UNAS HORAS DESPUÉS (en camino al campamento)
A mi lado está sentada Samanta, mi mejor amiga, y también la mala influencia.
-Okey traje tequila, vodka y ron.
-Shhh, baja la voz – le dije en un susurro – están los referentes a dos asientos de nosotras.
Deje mi auto en casa de Sam, y nos encontramos en el autobús de la empresa, estamos viajando con un grupo de chicos de entre 17 y 20 años, no somos las mas chicas ni es la primera vez que venimos a este tipo de viajes, todos los veranos vamos al mismo campamento ("Tiempos Libres") juntas, desde que nos conocimos allí.
Teníamos 5 años y ella era vergonzosa al igual que yo, nos pusieron en la misma cabaña y desde entonces somos amigas.
-Okey, hablo más bajo, pero... también traje unos 50 gramos de
-SAM! – me miro todo el ómnibus, mire a todos – Disculpen! – habían personas durmiendo.
-¿No que había que hablar bajo? jaja – la golpeé suave en el hombro, se lo merecía – ¡oye!
-¿Cómo se te ocurre? – susurre.
-Eran tres meses de abstinencia si no traía.
-Okey, pero prometo no fumar todos los días.
-Lo prometo.
UNA HORA DESPUÉS (en el campamento)
Cada año se hace un fogón de bienvenida para recibir a los nuevos campistas, y los "viejos" como nosotros, los organizamos, dividimos, y mandamos a sus cabañas después de cenar.
Los más grandes luego de que los referentes se duermen, empieza la fiesta de verdad.
-Eli!!! Tanto tiempo!!! – se acerca con un vaso de lo que parece cerveza en la mano.
-Iván!!! ¡Querido mío! ¿Cómo has estado este año? – lo abrase y derramó un poco de cerveza a mi lado – oye ya estás borracho?
-¿Quieres? – me ofreció el vaso medio vacío.
-Gracias estoy tomando vodka – dije mostrándole mi vaso – pero cuando se acabe voy a querer eso jajaja.
-Cuando quieras mi bella dama – se alejó y me dio una vuelta sobre mi misma como a una princesa, y cuando termino de girar veo que un chico muy guapo me mira de una forma única, es alto, castaño claro, y parece estar muy bien entrenado, se empieza a acercar, e Iván me cincha del brazo hacia él – que tanto miras eh?
-A ese chico guapo que se acerca – le susurro y aparece Sam a mi lado.
-Ah... te presento a mi compañero de cuarto – dijo con una enorme sonrisa, golpeando suavemente el hombro del chico guapo que ahora estaba cerrando un círculo entre Iván, Sam, y yo.
-Encantada de conocerte...
-Luca... ¿y tú eres...?
-Elizabeth... puedes llamarme Eli – dije con una amplia sonrisa.
-Y yo soy Samanta, llámame Samanta – dijo interrumpido con una sonrisa falsa.
-Sam! - la rezongue – lo siento no es muy amistosa – dije disculpándome con Luca.
-No, no lo soy, si no conozco a la persona – dijo nuevamente con una sonrisa falsa.
-Está bien, espero que con estos 3 meses nos llegamos a conocer – dijo demasiado amable.
Empezó a sonar "hasta abajo" y mi trasero se empezó a mover solo, y luego todo mi cuerpo. Tome de mi vaso y continúe moviéndome con el ritmo de la canción.
-Sam vamos a buscar más bebidas – dijo Iván jalando de su brazo y dejándome sola con Luca.
-¿Quieres bailar? – me pregunto una vez se terminaron de ir.
-Por supuesto – tomé su mano y lo lleve a donde estaba la montonera de personas bailando, lo acerque a mí y continúe moviéndome.
Puso sus manos en mis caderas y acompañó el movimiento de esta, acercándome a él levemente.
-Tienes un muy buen movimiento de caderas – susurro a mi oído – ¿sabes que eres muy bella?
-¿Y tú que estás coqueteando con esta bella chica?
-Lo sé, pero esperaba un halago a mi persona jajaja.
-Lo siento, pero no coqueteo con extraños.
-¿Y si bailas con ellos?
-Pues si tienen esos ojos celestes tuyos si - dije entre risas.
-Eli... lamento interrumpir, pero quiere...? – me mostró un porro.
-Ehhh...
-Por lo menos acompáñame, es aburrido fumar sola – me pidió con carita de perro mojado.
-Okey – dije revoleando los ojos – pero él viene con nosotras – dije señalando a Luca.
Ignore por completo si él no quería venir o cualquier protesta, tome su mano y nos dirigimos a la playa.
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Mi dulce adicción
RomanceSexo ¿que es eso? Para mi es una adicciòn, algo que quiero saaciar, pero que lastimosamente no puedo, porque también quiero enamorarme y estar con ese príncipe, lo sé no exisiten los príncipes azules o eso es lo que creía...