Diciembre 20, 1976
Número 12 de Grimmauld Place
Habitación de Stella Black
2:46 p.m.
Aquel lugar se había mantenido en silencio durante el tiempo de su estadía. De hecho, era mejor que la casa se mantuviera en silencio. Cuando había algún ruido mayor al suave sonido de la voz de Walburga Black pidiendo algún tipo de pedido. Esta llegaba a ser una milésima más alta y ya podías dar por seguro que estarías mal ese día.
Los mellizos Black habían llegado a su casa el 15 de Diciembre, como cada año. No hubo mucho por resaltar aquel día más allá de que pudieron llegar a salvo y que Kreacher los esperaba con chocolate y galletas, cosa que siempre adoraban que cocinara.
El paso de los días había estado tranquilo. Sus padres no hablaban entre sí muy seguido más allá que para la cena, información sobre el resto de familias y recordarse lo mucho que les traía desdicha estar con el otro.
Ese lunes fue un tanto particular dentro de la casa Black.
Stella se encontraba en su habitación usando su camisón blanco escogiendo lo que usaría aquel día. Su hermano, mientras, estaba acostado en su cama leyendo un libro. Llevaba un suéter cuello de tortuga negro y un jean negro con bota campana. Por donde estaba y el color de las sábanas del cuarto de su hermana, se había quitado los zapatos.
Ella seguía revisando su ropa con calma.
—No entiendo por qué te demoras tanto escogiendo lo que usarás para andar por la casa—murmuró Regulus leyendo tranquilamente.
—Te recuerdo con quién tratamos—contestó Stella con un suspiro—. De cosa aprueba que siga viviendo aquí.
—Estrellita, da igual lo que te diga, te irá bien—Regulus se levantó de la cama de un brinco para caminar a abrir las cortinas.
—Lo dices porque a ti no te critica todo lo que haces, niño maravilla—gruñó en voz baja yendo a donde estaba.
Ella miró por la ventana. Por las fechas, era muy común que hubiera nevadas, así que convenía mantener el calor dentro de las casas. Además, no llevar ropa muy poco abrigada aunque se esté en casa.
Ella se alejó un poco y por fin se decidió. Terminó por usar un suéter cuello de tortuga verde, una falda que pasaba la rodilla a cuadros roja y unos zapatos con unas medias algo gruesas negras.
—¿Y bien?—lo miró esperando su aprobación. La abrazó despacio.
—Te ves bien—le sonrió y acarició su espalda.
—Lo sé, Reg—le guiñó el ojo y él suspiró negando.
—Merlín, sí que eres hermana de Sirius—murmuró negando—. Creída a morir.
—Mejor eso que cuestionarme si de verdad me veo bien—se dejó caer en la cama—¿Te puedo decir una pequeña teoría que tengo sobre nuestros padres?
—Tú siempre tienes una nueva de ellos—negó suspirando—. Estaba interesante la de que se intentan matar mientras no estamos, pero hay otras muy poco serias, como que mamá es parte veela y ellos odian las criaturas mágicas casi tanto como los muggles.
—No, esta puede sonar rara, pero tiene sentido—le dijo Stella a Regulus—. El matrimonio de nuestros padres fue arreglado, sí. Y nuestra madre siempre dice que no vale la pena casarse con un hombre si no es sangre pura y con dinero.
—Eso suena...—empezó a decir Reggie, pero se sentó en silencio a analizar todo.
—¿Ves?—Stella rio despacio—. Tiene sentido.
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La Noble Casa Black
FanfictionEn la noble casa Black, lo más importante es la pureza de sangre. Sirius, Regulus y Stella Black han sabido desde que eran muy pequeños. El respetar o no aquella ley, dependía de ellos, pero debían atenerse a las consecuencias. Mientras tanto, era...