𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐎𝐍𝐄

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Íbamos ya en camino a nuestra nueva casa, esta vez no era en una ciudad, sino en un pueblo pequeño y alejado de la ciudad, bueno, solo a unas horas de esta. Mamá me dijo que era un pueblo lindo y muy tranquilo, no me agradaba mucho la idea de de irnos de la ciudad, viví ahí toda mi niñez, por más que intente convencer a mis padres de quedarnos ellos fueron firmes con su decisión.

Bueno, no me he presentado, soy Mía, Mía Lee King, tengo 17 años, soy una chica media alta, cabello color castaño medio oscuro y unos ojos verdes, traía puesta una sudadera gris y un buso negro.

Luego de unas horas de viaje caí en los brazos de morfeo.

- Hija, ya despierta - repetía mi madre en un tono suave - Hemos llegado ya.

Comenze a abrir poco a poco mis ojos.

Frote mis ojos luego de adaptarme a la luz del lugar.

- ¿Ya hemos llegado? -pregunté desconcertada- Solo dormí un tiempo.

- Has dormido 3 hora ya Mia -espetó en un tono burlon.

- Dios mío - dije sorprendida.

- Vamos, menos charla mis niñas, necesitamos desempacar todas las cosas para poder instalarnos - dijo mi padre tranquilo.

Con eso fue suficiente para levantarme y salir del auto.

En el momento que abrí la puerta del auto sentí una brisa fría, bastante relajante.

Vi a mi alrededor, habían un poco de gente mirándonos, me llamó la atención que la mayoría nos mirara con miedo, preocupación y sorpresa.

No le tome atención y me voltie a mirar nuestro nuevo "hogar".

Era una casa bastante grande, se miraba un poco vieja y desgastada pero a pesar de eso era bonita.

Luego de un tiempo ya habíamos entrado la mayoría de cosas a la casa, faltaban unas pocas cajas pero mi padre se encargo de poder entrarlas.

Estaba dando un recorrido por la casa, por dentro era bastante grande, teníamos que arreglar algunas cosas mínimas, en el segundo piso estaban las habitaciones, me decidí a subir, cuando iba llegando a las escaleras pude notar una pequeña puerta debajo de las escaleras, mi curiosidad me ganó y intente abrir aquella puerta, lo intente pero luego me di cuenta que necesitaba una llave para poder acceder a esta, cosa que claramente no tenía. Decidí seguir mi camino hacia el segundo piso dejando la puerta atrás, al llegar pude notar 4 habitaciónes, una era la de mis padres, realmente era grande, luego seguía la habitación de huéspedes, luego un baño y por ultimo mi habitación, me sorprendió ver que era casi igual de grande que la de mis padres, me metí en esta, era muy bonita, tenía en medio la cama, habían muebles, estaban medios viejos pero con algo de ayuda podía repararlos.

Luego de que todos nos pudiéramos acomodar bien decidimos cenar, sacamos unas sopas de microondas para hacer ya que aun no habíamos instalado del todo la cocina, mamá las preparo y luego cenamos, papá me habló sobre una escuela en la que me inscribirán para no perder el año de escuela, accedí no tan convencida pero era mi única opción.

Luego cada uno nos fuimos a dormir.

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Ya era de mañana, desperté gracias a la alarma, hoy saldríamos a ver los libros para la escuela y para poder inscribirme.

Estaba tomando desayuno sola mientras que mi madre se terminaba de arreglar.

Escuche como algo se caía en el piso de arriba, pensé que a mi madre se le había caído algo, pero ese pensamiento se fue cuando la vi sacando la leche del refrigerador.

- Mamá? Escuchaste eso? - pregunté confundida.

- ¿Qué cosa cariño? - preguntó ella igual de confundida que yo.

- Arriba, votaste algo? -

- Bajé hace como 5 minutos hija, no eh votado ni escuchado nada -

Mire a mi madre confundida, decidí subir a investigar que había ocurrido, empeze a ver habitación por habitación, nada, hasta que llegue a la mía, ahí se encontraba en el piso mi libro.

- Qué raro - dije para mi misma.

Ese libro estaba alrededor de muchas cosas, si este caía caerían muchas cosas más, pero sólo se cayó el libro...

- Mia! - grito mi madre desde abajo haciéndome salir de esos pensamientos.

Acomode el libro en el estante nuevamente y baje rápido las escaleras.

- ¿Que sucede? - le pregunte a mi madre.

- Ya nos tenemos que ir, se nos hace tarde - dijo ella tomando su bolso.

Agarre lo que había ocupado para mi desayuno y lo dejé en el lavadero, agarre mi mini mochila y con mi madre caminamos hacia la salida.

- Vamos a ir primero a la escuela para poder inscribirte - escuche decir a mi madre.

Solo asentí y salimos de la casa.

𝐂𝐮𝐬𝐞𝐝 𝐋𝐨𝐯𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora