Corazon roto

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Sigue adelante...
No te detengas por un pobre corazón destrozado

¡Ella se casará...!

La frase que destruyó mi vida... la frase que destrozo este corazón que apenas soportaba su ausencia
El dolor de mi primer amor, aquel dolor, tan fuerte y persistente, la pérdida...
Ella planeaba casarse conmigo, yo sería el hombre a su lado, el hombre que planeaba sonreirle cada mañana al despertar

¿Qué pasó?
Hasta ayer... ¡hasta ayer yo era el amor de su vida!

–Tengo que salir a buscarla, tengo que llegar a la iglesia, y tal vez convencerla que la amo, y que la pelea que tuvimos... que esa pelea no significa nada ¡NADA!

Mis pies parecieron tomar vida propia, vida que se dirigía hacia la chica de sus sueños, antes que otro maldito logre tenerla en sus brazos

Marinette y yo nos conocimos hace muchos años, para ser exactos, 20 años; ella y yo prometimos casarnos y llenar nuestras vidas de felicidad
Aunque siendo sincero, su sola sonrisa me brindaba el más bello gozo...
Sus manos, que parecían talladas por los mismos dioses, eran las que con cada caricia estremecían mi ser

¿Qué pasó?

Yo sé, sé que ayer peleamos y tomé el coche para salir a despejarme y no hacer que las cosas se vuelvan más difíciles
Pero... ¡¿Cómo puede casarse hoy?!

Mis piernas ya no podían correr más, mi cuerpo pedía descanso, pero mi corazón, solo la pedía a ella; me faltaba muy poco para llegar a la iglesia, muy poco para verla con un vestido largo de princesa, tal y como siempre quiso usar, a mi lado

Nadie notó mi presencia al llegar, pasé entre todos, nadie me miró,

Grité su nombre, nadie me dio señal

–¡¿Dónde está Marinette?! –Grité más alto mientras que con mis manos hacía un par de señas.

–Marinette está en la habitación de arriba

Escuché un susurro
¿De quién?
Sinceramente no me interesaba, ya que rápidamente subí a lo mencionado y me topé con una gran puerta de madera, la cual estaba tallada con un par de querubines, los que hacían mucho juego con todo aquel momento.

Respiré profundo…
Arreglé mi ropa y abrí la puerta para después cerrarla ágilmente

–¡No puedes casarte! Por favor...
Se que ayer peleamos, pero ¿por qué no me dijiste nada de una boda tan repentina? –pregunté todo esto mientras volteaba a mirarla con mis manos en la cabeza

<<Wow... >>

Fue el único pensamiento que reinó mi mente aquellos segundos

Su cabello recogido por un moño, con mechones azabaches colgando de una diadema que brillaba con la luz que apenas entraba por la pequeña ventana de enfrente. Sus labios color rosa delicado, sus ojos... una mezcla de alegría y tristeza.
Su vestido, era digno de una princesa; era digno de ella
Y por último, un velo largo, que iba desde la entrada del cuarto hasta donde se encontraba ella junto al espejo.

–Est... estás hermosa...

Confesé, pero no recibí respuesta

–Ma... Marinette, no lo hagas, por favor –extendí mis manos en signo de súplica –. Sé que ayer peleamos, se que no debí ponerme así, no debí dejarme llevar por rumores... sé que me amas, perdóname, pero no te cases...

Extendí ahora mi mano derecha esperando su agarre

–¡¿POR QUE TE FUISTE EN ESE MALDITO CARRO?!

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2021 ⏰

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