CAPÍTULO 19

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Ambos se acercaron a los chicos que tenían frente, también revisaron que la puerta de atrás de ellos esté cerrada. Fijándose más en ellos, ni siquiera estaban vestidos como cadetes, tenían una vil bata médica.

Cuando Sonia reconoció a su hermana fue a ella con paso inseguro, la movió por los hombros, sin embargo no hubo reacción. Intentó de nuevo pero el resultado no cambió. Subió la intensidad de las sacudidas ya con ansiedad.

—Iara, hermanita, estoy aquí –su voz temblaba, quebrando cada palabra que salía de su boca–. ¿Qué te hicieron, hermana? Hermanita... Iara...

Intentó quitarle el casco, pero una voz la detuvo.

—No hagas eso, Sonia –Sabine llegó desde la puerta.

—Al fin llegaste. ¿Cómo nos encontraste tan rápido? –Ezra la invita a acercarse.

—Bueno, ví caos y lo seguí. Ja –se mofa de la situación.

—¿Por... por qué no le puedo quitar el casco? –la chica menor va con ella.

—Es... es que están conectados a sus fibras neuronales. Y también leí informes que estaban en la sala a la que seguro ya entraron. Ellos ya no... están.

—¿"Ya no están"? ¡Aquí están! –toma a Sabine por los hombros y la sacude un poco fuerte– ¡¿Qué quieres decir con que "no están"?!

—Sonia, ellos ya están muertos –ella gira la mirada al dar la noticia–. Más bien, muertos en vida. No podemos hacer nada por ellos. Lo único que queda de tu hermana son las capacidades de moverse y acumular información, nada más.

—¡¡Mientes!! Mientes, eres una mentirosa, eres cruel y mentirosa –inundada por sentimientos comienza a llorar y sufrir la negación de su pérdida–. Ella está bien, si le quito el casco va a volver conmigo, a mi casa. Con mi mamá y mi papá. ¡Ella estará bien! Me lo prometió, nunca ha roto una promesa, solo tengo que...

Ambos se miraron, Sabine más destrozada de lo que pensó estar cuando le dijera.
En su mente la situación estuvo muy diferente.

Le diría, Sonia se resigna, se van.

De alguna manera, esperaba que fuera así, pero realmente le dolió que ese no fuera el resultado.

Tomó en sus brazos a la chica y la abrazó con fuerza, al principio la contraria no lo aceptaba, se negaba, hasta la empujó y aún así, Sabine estuvo sosteniendo a Sonia con todo el cariño que le reunió en todas esas semanas juntas. La mezcla humano-chiss dejó de pelear y le regresó el abrazo.

Ezra observó, pero le dió más importancia a los chicos detrás de él. No dejó de preguntarse cuántas familias están en la misma situación que su amigo, Sonia y la familia de Olev.

Se llenó de ira.

¿Qué es mejor hacer ahora? ¿Qué es lo apropiado?

Observó a todos una y otra vez, inconscientemente usando la fuerza, tal vez algo más maligno que la fuerza.
Antes de poder darse cuenta ya estaban todos desconectados.

    Las chicas notaron el sonido de aire descomprimido y cables cayendo al suelo.





Un silencio lleno de horror los consumió a todos, Ezra cubrió su boca y retrocedió, Sabine y Sonia se soltaron completamente perplejas.

Star Wars Rebels: La nueva historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora